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En la trama del sistema capitalista globalizado la moneda estadounidense cumple las funciones de reserva mundial, sirve de respaldo para la mayoría de las monedas, interviene en la mayoría de las transacciones comerciales y operaciones financieras, y hace de medio internacional de pago. En este escenario, su caída significaría el fin del patrón dólar, y generaría una mundialización de la crisis en la que ningún Estado capitalista podría sobrevivir. Si se cayeran EEUU y el dólar, sería como si una bomba nuclear estallase en la economía y en el sistema capitalista y nadie podría escapar con vida de la radiación que se desataría a escala planetaria.
Los expertos (del sistema) que escribieron sobre las causas estructurales de la crisis financiera se han dado cuenta que les faltaba un capítulo: El impacto de la «crisis financiera» en las finanzas del Estado . O sea, el costo (económico y social) que demandará a los Estados capitalistas (empezando por EEUU y las economías centrales) el salvataje (con dinero público de todos los contribuyentes) de los grandes conglomerados bancarios y empresariales que hicieron estallar la «burbuja» del colapso financiero a escala global en 2008.
Controlados por las corporaciones trasnacionales, y despojados de su condición de «bien social», los alimentos se convierten en mercancía capitalista con un valor fijado por la especulación financiera, convirtiéndose en la causa principal de las hambrunas y conflictos sociales que ya empiezan a desarrollarse por todo el planeta.
Algo así como decir «nos vamos de este mundo, pero con la conciencia tranquila». En una nueva estrategia de proyección de imagen, 40 súper millonarios encabezados por Bill Gates, Carlos Slim y Warren Buffet (los tres más ricos del planeta) firmaron el «Compromiso de Donar», una promesa ficticia de «donar» la mitad de sus fortunas […]
La crisis financiera que ya golpea a los Estados centrales (y que amenaza al mundo periférico) ha derivado en «crisis social» por medio de tres actores centrales: La baja de salarios como producto de los ajustes, la baja de la capacidad de consumo, el trabajo en negro y el desempleo, que afecta principalmente a los […]
En medio de la crisis global, con Estados quebrados y en cesación de pagos, con ajustes salvajes del gasto público que impactan en los sectores más vulnerables de la sociedad, con desocupación récord mundial y caída del consumo, el gasto militar mundial continúa en en ascenso. El gasto militar global que ya asciende a la astronómica cifra de US$1,464 billones (además del billonario negocio para las corporaciones armamentistas) marca un escenario de ascendente escalada militar de las potencias y de los países en todos los continentes.
U n análisis macroeconómico de la consultora Deloitte & Touche revela que sólo 25 países producen anualmente un PBI mayor que la industria del fútbol en su conjunto. El fútbol, que mueve anualmente un negocio de US$ 500.000 millones, está en Sudáfrica, de cuyos 39,7 millones de habitantes, la mitad sobrevive por debajo de la […]
Grecia encendió la luz roja. ¿Cómo hará el eje dominante EEUU-Europa para conservar la hegemonía mundial (del sistema capitalista imperial) si en sus propias metrópolis comienzan a colapsar, además de los bancos y las empresas, los Estados y el «sistema» que sostiene la credibilidad pública en las instituciones del control político y social?
Los emergentes sociales y sindicales del brutal ajuste fiscal en Grecia, exigido por el capitalismo usurario para «refinanciar» la deuda griega, además de proyectarse a otros países, como España y Portugal, ya se presenta como la mecha de una crisis generalizada que amenaza con implosionar las bases económicas, políticas y monetarias de la Unión Europea. En este escenario, el colapso del euro frente al dólar juega como elemento clave y variable de ajuste de un proceso de descomposición que el propio Banco Central Europeo ha reconocido como la «mayor crisis financiera en un siglo».
El brutal ajuste fiscal en Grecia, exigido por el capitalismo usurario para «refinanciar» su deuda (en realidad, solo un macro negociado con la crisis) ya se presenta como la mecha de un potencial estallido social en cadena que podría, como emergente principal, desencadenar un proceso de crisis política y de perdida de la gobernabilidad que se proyecte de la eurozona a toda la periferia europea.