Artículos
Hace pocos días, en una de mis notas, escribí que cada nueva embestida de EE.UU contra Cuba intensifica la solidaridad internacional con la isla caribeña, y aísla más del mundo a Washington.
Cientos de latinoamericanos han sido reclutados como carne de cañón para combatir en la guerra de Ucrania contra Rusia que hasta hace poco EE.UU. apoyó, y que Europa insiste en alentar y financiar en la actualidad.
Mientras EE.UU. amenaza, reparte sanciones y subidas de aranceles por todo el mundo, además de pretender robar territorios, la obediente Europa se torna temerosa y cómplice al mismo tiempo frente a la conducta soberbia del actual régimen de Washington.
La gira latinoamericana que acaba de concluir el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, fue una acción chantajista dirigida a dividir a las naciones de Nuestra América, región que Washington nunca ha dejado de considerar su patio trasero.


