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Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
«¿Por qué se equivocaron tanto los expertos? En general, se equivocaron porque la teoría económica es una disciplina científicamente subdesarrollada, desvergonzadamente dominada por la pura ideología. La escuela imperante de pensamiento económico durante la Gran Depresión era, y sigue siéndolo a día de hoy, la escuela «neoclásica» o marginalista. Pero en el mundo «neoclásico» no existen cosas parecidas a las crisis. No habita en el mundo real en que vivimos, sino en un mundo sin clases sociales, compuesto de «consumidores» y «productores»; un mundo armonioso, modelado por lo general con instrumentos procedentes de la física matemática. En ese mundo no hay historia; no hay pasado, no hay presente, no hay futuro. En ese mundo nunca sucede nada importante, y desde luego ningún acontecimiento catastrófico. Ese mundo marginalista irreal, insípido y a-histórico debería haber sido abandonado hace mucho tiempo, particularmente después de la Gran Depresión. Sin embargo, su apariencia de elegancia matemática, ligada a su integrista y descarada defensa del capitalismo, o del «libre mercado», según prefieren sus partidarios, lo ha mantenido con vida.»