Artículos
La pobreza energética tiene graves consecuencias en todos los ámbitos de la vida de quienes la sufren. Blindar la seguridad de la gente ante la rapiña y la voracidad de las empresas es una obligación del gobierno.
No es una guerra, es una catástrofe. Para esta batalla no se necesitan soldados sino ciudadanos; y esos aún están por hacer. La catástrofe es una oportunidad para ‘fabricarlos’.
Cuanto de forma más veloz se destruyen y se ponen en riesgo las bases materiales que sostienen la vida, más sanas están las economías
Tengo que confesar que después de la resaca electoral y el debate de investidura he empezado y borrado esta carta varias veces y, al final, lo que me ha salido es desnudar las dudas, preocupaciones y reflexiones de estos últimos tres meses. No voy a perder muchas líneas describiendo el contexto de crisis civilizatoria en […]