Como les decía ayer en un comentario uno de los roles que los EUA insisten en darle a los ciudadanos de ese país residentes en Puerto Rico es usarnos como peones en sus guerras perpetuas dirigidas a recolonizar y reafirmar su hegemonía sobre los pueblos de Nuestra América. La conducción de una guerra de baja […]
Como les decía ayer en un comentario uno de los roles que los EUA insisten en darle a los ciudadanos de ese país residentes en Puerto Rico es usarnos como peones en sus guerras perpetuas dirigidas a recolonizar y reafirmar su hegemonía sobre los pueblos de Nuestra América.
La conducción de una guerra de baja intensidad contra el campesinado, la insrgencia popular y la persecución de movimientos sociales en paises como Panamá, Brasil, Paraguay, México, Honduras cuenta en Puerto Rico con una base para el rastreo de comunicaciones en internet y en llamadas telefónicas que ponen al servicio de inteligencia de esos países para facilitarles su intervención contra las organizaciones sindicales, campesinas, políticas y así ayudarles a desarticular los esfuerzos por la paz, la justicia y la defensa de derechos humanos.
De igual manera estas actividades de espionaje se ensañan contra los gobiernos de los países del ALBA, UNASUR y la CELAC que insisten en implantar modelos de desarrollo fuera de las limitaciones y directrices opresivas de las organizaciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y las ignominias colonizadoras de los mal llamados tratados de libre comercio que buscan imponer modelos contrarios a lo que países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua que insisten en afirmar su soberanía sin someterse a las políticas empobrecedoras y antidemocráticas del neoliberalismo transnacional.
La información obtenida por este andamiaje cibernético en los países del ALBA es entonces suministrada a grupos paramilitares y operativos de inteligencia que interaccionan con los grupos de extrema derecha financiados por la National Endowment for Democracy, la Agency for Intenational Development (USAID) para facilitarles su labor de desestabilización de los proyectos políticos de integración bolivariana.
Nosotros los puertorriqueños solidarios con los procesos de cambio por la segunda y definitiva independencia de Nuestra América debemos sentirnos indignados y pedir disculpas a los gobiernos y los pueblos de esos países por servir de base para la indebida intervención de los EUA con su derecho a su libre determinación e independencia.
Convertirnos en agentes desestabilizadores y mulas cibernéticas de los servicios de inteligencia estadounidenses que actúan en menoscabo de esos derechos es una indignidad que nos impone la potencia que nos invadió en 1898 y nos ha mantenido bajo su dominio colonial negándose a reconocer nuestro derecho y acechando y desestabilizando al movimiento independentista que ve en los procesos bolivarianos la vía de acceso a nuestra Independencia y a nuestra integración con plenos derechos a la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe.
Sirva esta información como advertencia a compañeros del movimiento que insisten en afirmar que Puerto Rico ya no es ficha clave en los planes bélicos de los EUA en la región. Aunque por el momento se hayan desactivado las bases dedicadas a ejercicios bélicos y operaciones militares convencionales; estas revelaciones delatan una siniestra participación de puertorriqueños al servicio de agencias de inteligencia y compañías de mercenarios que sí entrenan fuerzas paramilitares y participan activamente en operaciones encubiertas típicad de una guerra de baja intensidad como la que evidentemente han ampliado para intensificarla contra la V República de Venezuela, los países del ALBA y los movimientos sociales progresistas de Nuestra América.
Estas actividades de espionaje que dirigen los servicios de inteligencia de los EUA en Puerto Rico constituyen una grave violación al derecho de los pueblos de Nuestra América a su libre determinación. Además constituyen la negación misma de las palabras de Casa Blanca en el sentido de que interesan propiciar un verdadero proceso de descolonixzación en Puerto Rico.
La necesaria deliberación de los países afectados por este trabajo de espionaje requiere, a la mayor celeridad posible, la convocatoria de reuniones de la CELAC, la UNASUR y demás organizaciones latinoamericanas para exigir de los EUA una completa divulgación de este patrón de actividades de espionaje en toda la región de la cuenca del Caribe y los demás países que han sido objeto de estas actividades encubiertas de espionaje o han decididamente, como es el caso de Colombia, México, Panamá y Puerto Rico, colaborado con esta red de rastreo y desestabilización que usa nuestro territorio para conspirar contra Venezuela, Bolivia, Ecuador y Uruguay.
El Gobierno de turno presidido por el Gobernador de Puerto Rico y Presidente del Partido Popular Democrático le debe explicaciones al Pueblo de Puerto Rico y a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Brasil sobre la puesta en marcha de estas operaciones encubiertas que atentan contra las libertades de países cuyo pecado principal ha sido insistir en el pleno ejercicio a su derecho a la libre determinación e independencia.
Nota del autor:
Algunos de los documentos filtrados por el ex empleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Edward J. Snowden mencionan a Puerto Rico como centro de espionaje clandestino para varios países de Latinoamérica.
Según reportajes publicados en las versiones cibernéticas de los periódicos O Globo de Brasil, El País de España y The Guardian de Inglaterra, sobre los documentos hechos públicos por Snowden, ambas -la NSA y la CIA- mantuvieron una operación conjunta desde la base Naval en el barrio Sabana Seca de Toa Baja.
Esta operación en Puerto Rico servía para coordinar con otras oficinas en Brasilia, Bogotá, Caracas, Ciudad de México y Ciudad de Panamá mediante un programa llamado Fornsat, con el que la NSA y la CIA interceptaron miles de millones de llamadas telefónicas, mensajes electrónicos y de texto y comunicaciones por Internet privadas.
A raíz de las nuevas denuncias de Snowden divulgadas desde el pasado fin de semana, los Gobiernos de Brasil y Colombia han exigido oficialmente explicaciones al de los Estados Unidos sobre el aparente espionaje de telecomunicaciones de ciudadanos ajenos a su jurisdicción.
Uno de los artículos publicados por O Globo menciona que el mayor número de interceptaciones telefónicas y cibernéticas ocurrió en Brasil, seguido por Colombia, con quien los Estados Unidos mantienen acuerdos estratégicos para combatir el narcotráfico.
El artículo añade que la NSA intensificó las interceptaciones en Colombia y Venezuela, donde usaba el programa Boundless Informant, mientras el presidente Hugo Chávez agonizaba de un cáncer incurable en meses recientes.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.