El primer ministro británico, Gordon Brown, carece de bomberos para apagar un escándalo lesivo a su partido laborista, mientras crecen hoy las demandas de renuncia del presidente de la Cámara de los Comunes (Parlamento), Michael Martin. El líder del Partido Liberal-demócrata, Nick Clegg, se convirtió hoy en el primer dirigente partidista en demandar oficialmente la […]
El primer ministro británico, Gordon Brown, carece de bomberos para apagar un escándalo lesivo a su partido laborista, mientras crecen hoy las demandas de renuncia del presidente de la Cámara de los Comunes (Parlamento), Michael Martin.
El líder del Partido Liberal-demócrata, Nick Clegg, se convirtió hoy en el primer dirigente partidista en demandar oficialmente la dimisión de Martin más por su mal manejo de la crisis política que por sus faltas como diputado.
Clegg consideró que el legislador laborista estaba lejos de ser la persona adecuada para poner en práctica necesarias reformas, en medio de la recesión económica en esta nación, con más de dos millones de desempleados, indicó la cadena de radio y televisión británica BBC.
El legislador del opositor Partido Conservador Douglas Carswell, prometió presentar mañana una moción de censura contra Martin, para lo cual dijo contar con el respaldo del líder de su agrupación, David Cameron, y de diputados liberal-demócratas y laboristas.
La moción estima que el dirigente parlamentario fracasó en manejar adecuadamente el escándalo por el empleo de los funcionarios del dinero público para cubrir sus gastos particulares, por lo que perdió capacidad de liderazgo dentro del legislativo.
Pero el rotativo Daily Telegraph se encargó esta jornada de recordar que la desventura política atañe casi por igual a laboristas, conservadores y liberal-demócratas, entre ellos Brown y Cameron.
Los líderes del laborismo y de los conservadores emularon por presentarse como los principales oponentes a la práctica de reclamar compensaciones estatales para sus gastos y propusieron purgas partidistas y un órgano independiente de control.
Daily Telegraph publica en esta ocasión una relación de funcionarios (ministros y diputados) que lucharon por mantener en secreto la referida práctica de compensaciones, en medio de una fuerte contracción económica.
Varios de los diputados que hace dos años se opusieron a una ley para exceptuar al Parlamento de una aplicación completa del Acta de Libertad de Información recibieron miles de dólares de beneficios por el llamado sistema de gastos.
El esquema consiste en cargar los desembolsos particulares a los establecidos para el apartamento que otorga el estado a los diputados en esta capital para ejercer sus funciones en la Cámara de los Comunes, aparte al inmueble en su región de residencia original.
Un ministro conservador en la sombra reclamó la devolución de 10 mil 500 dólares gastados en un cuarto de hotel y tres mil 300 en un televisor, mientras un coordinar electoral laborista lo hizo, tras adquirir 16 juegos de sábanas para una habitación en sólo dos meses.
Tras las revelaciones de la prensa británica, un miembro del ejecutivo renunció, mientras dos diputados laboristas y un ayudante de Cameron fueron suspendidos, en un escándalo, cuyas llamas se expanden cada vez más, sin que aparezcan adecuados bomberos para sofocarlas.