Con el objetivo de fortalecer y profundizar el debate alrededor de la problemática y las consecuencias de la crisis climática en Nicaragua, la organización ambientalista Centro Humboldt presentó el estudio Mapeo de riesgos, procesos, políticas públicas y actores asociados a cambio climático en Nicaragua en el que se brindaron informaciones acerca de los futuros escenarios […]
Con el objetivo de fortalecer y profundizar el debate alrededor de la problemática y las consecuencias de la crisis climática en Nicaragua, la organización ambientalista Centro Humboldt presentó el estudio Mapeo de riesgos, procesos, políticas públicas y actores asociados a cambio climático en Nicaragua en el que se brindaron informaciones acerca de los futuros escenarios climáticos, y las principales afectaciones que se presentarán en Nicaragua. También hizo un llamado urgente para que se implemente de inmediato una política de Estado, que involucre a la sociedad en su conjunto y desarrolle medidas concretas y articuladas.
Los datos que arroja el estudio son alarmantes. Según Maura Madriz Paladino, oficial de Incidencia del Centro Humboldt, la variación de temperatura simulada al año 2050 evidencia un incremento a nivel nacional de 1.6 ºC (grados centígrados), es decir el 6.6%. Asimismo, se señala una reducción de las precipitaciones del 16.8%, equivalente a 800 mm).
Esto significa que si actualmente las zonas más vulnerables ante los cambios climáticos (niveles de riesgo medio y alto) involucran a 94 municipios (88% del territorio) y al 45% de la población (2.3 millones de personas), en 2050 la afectación se extendería a 139 municipios (97% de la superficia territorial) y al 87% de la población (6.5 millones de personas).
Con respecto al acceso al agua, actualmente el nivel de disponibilidad de agua resulta ser bajo y medio en 96 municipios (85% de la superficie y 46% de la población). En 2050 se elevaría a 118 el número de municipios afectados (91% del territorio y 85% de la población).
Articulación de la acción
Ante este escenario preocupante, la organización ambientalista nicaragüense señaló la urgencia de impulsar acciones conjuntas y articuladas que involucren a toda la sociedad, implementar medidas concretas de adaptación al cambio climático, así como promover, de parte del Estado, espacios de participación y promoción de la acción colectiva como país, también transparentando la información de lo que Nicaragua está negociando en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).
«Nicaragua y los demás países centroamericanos van a ser entre los más afectados por el cambio climático. Si bien a nivel nacional y regional se ha mostrado cierto nivel de voluntad política para abordar ese tema, aún no se ha logrado pasar de la retórica a la acción», afirmó Víctor Campos, subdirector del Centro Humboldt.
Campos recordó que en Nicaragua se aprobó la Estrategia Nacional de Ambiente y Cambio Climático y que diferentes instituciones promovieron iniciativas para enfrentar a esa problemática, sin embargo opinó que fueron acciones desarticuladas, sin complementariedad y con muy bajo nivel de concreción en los territorios.
«Estamos enfrentándonos a un problema que es global y si actuamos dispersos tenemos muy pocas posibilidades de llegar a resultados concretos. Tenemos que establecer instancias mixtas de concertación y discusión entre los distintos sectores de la sociedad y el Estado nicaragüense», dijo el subdirector del Centro Humboldt.
Adaptación
Según el Centro Humboldt, Nicaragua necesita urgentemente cambiar de rumbo, canalizando más recursos y proyectos hacia la adaptación al cambio climático, lo cual quiere decir proteger a los sectores más pobres y vulnerables del país.
En efecto, el estudio evidenció que entre 2005 y 2010 en Nicaragua se aprobaron 135 proyectos vinculados a la problemática del cambio climático, con una inversión total de casi 1,200 millones de dólares. Casi la mitad de ellos (47%) fueron desarrollados por agencias oficiales de cooperación, pero con una inversión que representa solamente el 3% del total.
Por el contrario, el 23% de los proyectos fueron impulsados por instituciones financieras multilaterales y concentraron el 95% de la inversión, el 9% de la cual corresponde a endeudamiento público. Ong internacionales (16%) y la cooperación multilateral (12%) promovieron el resto de proyectos, mientras que la empresa privada se destacó negativamente por aportar solamente el 2%de los proyectos y el 0.5% de la inversión.
«El 63% de toda esta inversión está dirigida a bajar el nivel de contaminación (mitigación) a través del cambio de la matriz energética en el país, y solamente el 21% se invierte en proyectos de adaptación al cambio climático», afirmó.
Si bien se reconoce la importancia de lo que el gobierno ha hecho en materia energética, la reducción de las emisiones de Nicaragua y Centroamérica no va a ser prácticamente perceptible a nivel mundial, porque son otros los grandes contaminadores.
«Pero pagamos las consecuencias de todo esto con el endeudamiento público y la pérdida de vidas humanas. Es por eso que tenemos que enfocarnos en la adaptación, impulsar una acción conjunta y articulada a nivel nacional y regional, así como establecer una politica de Estado que ataque de manera frontal y eficiente el problema», aseveró Campos.
Panorama sombrío
Finalizando la actividad, el directivo del Centro Humboldt fustigó a la comunidad internacional por su apatia e inercia durante la Cumbre Climática que acaba de concluir en Durban, Sudáfrica.
«La inercia de Copenhague y Cancún se mantuvo en Durban, donde se siguió buscando la forma en que un grupo muy reducido de países, que son los que más contaminan y que no están dispuestos a reducir sus emisiones, tomen las decisiones. Mientras se mantenga esta inercia va a ser difícil encontrar una solución y vamos a ser nosotros los que vamos a sufrir las consecuencias», concluyó.
Fuente: ALBA SUD
También en http://nicaraguaymasespanol.