Después de 1945 algunos servicios secretos occidentales trabajaron durante mucho tiempo con el asesino nazi Klaus Barbie. La revisión histórica de ese capítulo apenas ha comenzado
El camino hacia la verdad sobre las conexiones de Klaus Barbie con los servicios secretos occidentales después de 1945 ha sido largo, pedregoso y ha pasado por los más altos tribunales alemanes. La periodista germano-argentina Gaby Weber y el historiador de Maguncia, ciudad alemana, Peter Hammerschmidt trataron durante meses acceder a los expedientes del servicio secreto alemán sobre Barbie. Pero el gobierno alemán se opuso. La cancillería alemana impuso una nota de bloqueo general sobre los documentos del servicio secreto alemán – injustamente, como manifestó el Tribunal Contencioso-Administrativo Federal a finales de abril de 2010 después de una demanda de Weber. Únicamente la decisión del Tribunal Supremo allanó el camino hacia los archivos y allí se encontró algo sorprendente.
Klaus Barbie – antiguo funcionario del SS, «Servicio de Seguridad» y de la Gestapo de Hitler – continuó sin ningún obstáculo su carrera al servicio de órganos de inteligencia militar occidentales después de la victoria sobre el fascismo. Por primera vez, el historiador Hammerschmidt ha expuesto a grandes rasgos la biografía de posguerra del «Carnicero de Lyon». Para ello no sólo pudo ver los expedientes del servicio secreto alemán en la municipalidad alemana de Pullach, sino también fondos históricos del Archivo Nacional de los Estados Unidos de América, situados en Washington.
Hammerschmidt nos muestra en un primer trabajo científico basado en los documentos históricos la siguiente imagen: mientras que las autoridades estadounidenses perseguían a Barbie como uno de los criminales de guerra más buscados, el servicio secreto estadounidense, CIC por sus siglas en inglés, lo reclutó como su hombre en el frente para la Guerra Fría que comenzaba. «En 1946 se encontraba en las listas de búsqueda de los aliados. A partir de abril de 1947 estaba en las nóminas de pago del CIC», dijo Hammerschmidt.
Hammerschmidt rebate en unas 160 páginas de un estudio histórico el cuento sobre el desconocimiento por parte de las autoridades occidentales sobre la carrera como asesino de Barbie. Esto vale tanto para los Estados Unidos de América como para la República Federal de Alemania. Ya para finales de 1949 se acumulaban en Alemania y Francia los indicios sobre los asesinatos cometidos por Barbie como hombre de la Gestapo en Lyon. Sobre todo la deportación de 44 niños de un orfanato judío de Izieu hacia el campo de acogida de Drancy y luego hacia Auschwitz convirtieron a Barbie en uno de los principales objetivos de búsqueda; pero también el asesinato del comandante de la resistencia francesa y posterior héroe nacional Jean Moulin motivó a los cazadores de Nazis.
En varias ocasiones existieron pistas de donde se encontraba Barbie. En abril de 1961, una pariente del «Carnicero de Lyon» ofreció en una estación de policía detalles sobre la fuga de Barbie hacia Sudamérica. En 1951, el CIC había llevado a su agente a ese continente con ayuda de la milicia croata Ustasha. También en los Estados Unidos de América se encontraron pruebas. Una nota diplomática de ese país expedida en febrero de 1967 confirmaba la estancia de Barbie en la Paz, capital de Bolivia. «Se ha establecido aquí bajo el nombre de Klaus Altmann», se puede leer en el documento de los archivos de los Estados Unidos de América. Así, Hammerschmidt pudo demostrar además que en 1983 el investigador estadounidense, Allan A. Ryan, mintió de forma consciente a la opinión pública sobre los conocimientos de los Estados Unidos de América sobre Barbie y sus contactos con la CIA.
En realidad, a pesar de sus crímenes, Barbie fue uno de los primeros agentes de Occidente contra la Unión Soviética. «La tendencia de confraternizar entre los militares estadounidenses y los nazis tenía como base la intención de recibir amplias informaciones de supuestos expertos en el comunismo del régimen nacionalsocialista sobre el nuevo enemigo del Este», resume Hammerschmidt. Los servicios secretos estadounidenses atribuían a Barbie una «actitud anticomunista marcada». Por esta misma razón, el servicio secreto alemán reclutó al criminal de guerra a mediados de los sesenta. Hammerschmidt encontró el expediente de reclutamiento de tres páginas, con fecha 18 de mayo de 1966. Bajo «Datos sobre el pasado político y posición» se puede leer en pocas palabras: «1930, entrada a las Juventudes Hitlerianas, de derecha y anticomunista». Sin embargo, el BND terminó la colaboración oficial solamente siete meses después. Barbie se había convertido en alguien muy peligroso debido a su pasado, especialmente porque investigadores privados como el matrimonio Beate y Serge Klarsfeld y las autoridades francesas estaban tras la pista del «Carnicero de Lyon». No obstante, la deportación y la detención no sucedieron hasta 1983.
Después de evaluar lo encontrado hasta ahora en los archivos queda claro que Barbie continúo en Sudamérica su cruzada anticomunista para los servicios secretos de los Estados Unidos de América de forma ininterrumpida. En estrecha cooperación con la CIA, el servicio secreto alemán y la empresa productora de armamentos MEREX A.G., de Alemania Occidental y cercana al servicio secreto alemán, el antiguo militar nazi abasteció de armas a gobiernos derechistas de América del Sur. Después del golpe de Estado militar del General René Barrientos Ortuño en 1964, Barbie entrenó a los esbirros en métodos de interrogatorios, tortura y lucha contra la resistencia. Barbie era experto en eso: al finalizar la guerra, él había destrozado casi totalmente las estructuras de la resistencia en Lyon. En una entrevista concedida en 1983, el Ministro del Interior de Bolivia, Gustavo Sánchez Salazar dijo sobre las actividades de Barbie: «Mi país ha perdido vidas humanas por su culpa. Con él regresaron los métodos de tortura. Barbie trasladó su guerra europea a territorio boliviano.»
Solamente después de la democratización de Bolivia, Klaus Barbie fue deportado en 1983 a Guyana Francesa. Allí los funcionarios de seguridad franceses detuvieron al criminal de guerra y agente y lo condujeron a Francia en un vuelo. En 1991, Barbie murió mientras se encontraba en prisión en Lyon.
Por , Berlín
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