Traducción de Miguel Alonso Ortega
Desde hace más de dos décadas, la comunidad política internacional ha visto, interpretado y llevado a cabo sobre el paisaje político de Bosnia-Herzegovina a través de un prisma casi exclusivamente étnico -a pesar del atento saber académico, que avisaba de manera consistente en contra de ello- simplificaciones y un peligroso consentimiento a las elites etno-nacionalistas locales. La guerra, así como la paz resultante, ambas supervisadas («favorecidas y alentadas», usando el lenguaje del TPIY) por observadores internacionales, no han hecho más que incentivar a la partitocracia local etno-nacionalista en Bosnia-Herzegovina, la cual -escudada en los miedos a nuevas guerras y violencia- procedió a enriquecerse en un país con la tasa oficial de desempleo juvenil del 57%.
Que el epicentro de las recientes protestas sea Tula, una ciudad de clase obrera que se opuso a la tendencia etno-nacionalista durante la guerra no es, por tanto, una coincidencia. Las protestas reflejan a su vez la profunda decepción con el Partido Social Demócrata, ganador en las elecciones de 2010, el cual ha malgastado su capital político actuando de un modo que le hace indistinguible de los partidos etno-nacionalistas. Como resultado, las protestas expresan desesperación por la falta de alternativas políticas y una sensación de que ningún partido político es capaz de dirigir reclamaciones socioeconómicas legítimas.
Los primeros días de protestas estuvieron marcados por la violencia y la represión policial, pero también por el prolongado revuelo mediático y político. Los manifestantes fueron criminalizados y sus demandas ridiculizadas, politizadas y/o reapropiadas, mientras proliferaban teorías conspiratorias -con un esperado enfoque étnico-. Sin embargo, los resultados de las protestas iniciales fueron excepcionales. Se expandieron a través de la Federación Bosnia y condujeron a la dimisión de políticos locales en diversos cantones y municipios. Se están creando asambleas ciudadanas en una ciudad tras otra, y en un pueblo tras otro. Las demandas de los manifestantes, si bien ligeramente diferentes de una comunidad a otra, se centran en las oportunidades de empleo, las pensiones, las prestaciones sanitarias, la confiscación de las propiedades obtenidas de manera ilegal y la formación de gobiernos no-étnicos y, en algunos casos, tecnocráticos. Ninguno de ellos está fundando sus demandas en la etnicidad, la religión o cualquier otra de las divisiones que caracterizan a Bosnia en su teco estereotipo.
Hasta el momento, la respuesta de la comunidad internacional a los levantamientos bosnios ha sido débil, confusa e inepta. El Alto Representante actual (nota al pie), Valentin Inzko, mencionó en una entrevista al diario austríaco Kurier que «si la situación continúa se agrava, tendríamos que pensar en las tropas de la UE». Aunque más tarde se retractó de su declaración, ya habían sido establecidos desafortunados paralelismos con la ocupación de Bosnia por parte de los Habsburgo (1878-1914) y el daño ya estaba hecho. La petición de la dimisión de Inzko se añadió a la lista de solicitudes de los manifestantes. Políticos dela UE -desde Catherine Ashton hasta Carl Bildt-, han emitido vagas declaraciones defendiendo el derecho de reunión de los ciudadanos, llamando a negociaciones transparentes entre los manifestantes y los representantes gubernamentales y condenando la violencia. Dado el carácter evasivo de la declaración emitida por la Embajada de EE.UU. en Sarajevo, es de esperar que EE.UU. permita a los europeos encargarse de las protestas y de cualquier posible repercusión política derivada de ellas.
Sin embargo, este no es el momento ni de desentenderse ni de actuar con brusquedad. Es el momento de reflexionar y de actuar contra los años de injusticias económicas acumuladas y desigualdades desatendidas, admitiendo por fin que no todas están basadas en la etnicidad. De ese modo, como académicos e investigadores de la región, hacemos un llamamiento a los representantes de la comunidad internacional para que digan adiós a las elites etno-nacionalistas cleptócratas y a las instituciones que han ayudado a crear. Asimismo, debe aconsejarse a los países vecinos -principales instigadores de la guerra- para que se abstengan de interferir en Bosnia-Herzegovina en un tiempo en el que las etnocracias que sustentan se enfrentan a retos mayores procedentes de abajo. Le pedimos a la comunidad internacional que reconozca a los plenos cívicos y las asambleas como expresiones legítimas de la voluntad política de los ciudadanos bosnios, que no buscan reemplazar a la democracia sino mejorarla. Las elecciones no son la única modalidad de la práctica política. Tras los repetidos llamamientos a los bosnios para que asuman el destino de su país en sus propias manos, la comunidad internacional debería extender ahora su apoyo a los manifestantes y considerar seriamente sus demandas.
En la primavera de 1992, los ciudadanos bosnios organizaron las manifestaciones más grandes jamás vistas contra todos los partidos nacionalistas. Fueron silenciados por francotiradores, y sus voces, a partir de ese punto, ignoradas por la comunidad internacional. Esta vez el mundo debería escuchar.
Firmantes:
Aida A. Hozić, Universidad de Florida, Estados Unidos
Florian Bieber, Universidad de Graz, Austria
Eric Gordy, University College de Londres, Reino Unido
Chip Gagnon, Ithaca College, Estados Unidos
Eldar Sarajlić, Universidad Central Europea, Hungría
Tanya Domi, Universidad de Columbia, Estados Unidos
Tanja Petrović, Centro de Investigación de la Academia Eslovena de las Ciencias y las Artes, Eslovenia
Ana Dević, Fatih University, Turquía
András Bozóki, Universidad Central Europea, Hungría
Jo Shaw, Universidad de Edimburgo, Escocia/Reino Unido
Jasmin Mujanović, Universidad de York, Canadá
Valerie Bunce, Universidad de Cornell, Estados Unidos
Konstantin Kilibarda, Universidad de York, Canadá
Aleksandra Miličević, Universidad de North Florida, Estados Unidos
Emel Akcali, Universidad Central Europea, Hungría
Olimpija Hristova Zaevska, Instituto Balcánico para la Fé y la Cultura, Macedonia
Jana Baćević, Universidad de Aarhus, Dinamarca
Jelena Vasiljević, Universidad de Belgrado, Serbia
Michael Bernhard, Universidad de Florida, Estados Unidos
Tea Temim, NASA/Universidad de Maryland, Estados Unidos
Jasmina Opardija-Susnjar, Universidad de Friburgo, Alemania
Julianne Funk, Centro para la Investigación de la Paz y el Desarrollo, Universidad Católica de Leuven, Bélgica
Hanns Schneider, Ex-investigador de la Universidad de Jena, Alemania
William Risch, Georgia College, Estados Unidos
Kiril Avramov, Nueva Universidad Búlgara de Sofía, Bulgaria
Tom Junes, Instituto Histórico Alemán de Varsovia, Polonia
Tibor T. Meszmann, Grupo de Trabajo sobre Sociología Pública «Helyzet» de Budapest, Hungría
Béla Greskovits, Universidad Central Europea, Hungría
Hilde Katrine Haug, Universidad de Oslo, Noruega y Harriman Institute, Columbia University
Armina Galijaš, Universidad de Graz, Austria
Zoltan Dujisin, Universidad de Columbia, Estados Unidos
Heleen Touquet, Universidad de Leuven, Bélgica
Amila Buturović, Universidad de York, Canadá
Margareta Kern, artista, Londres, Reino Unido
Catherine Baker, Universidad de Hull, Reino Unido
Adriana Zaharijević, Universidad de Belgrado
Maja Lovrenović, Vrije Universiteit de Ámsterdam, Holanda
Marko Prelec, Grupo de Investigación Política Balcánica, Pristina, Kosovo
Claudiu Tufiș, Universidad de Bucharest, Rumanía
Gal Kirn, Humboldt Universität de Berlín, Alemania
Keziah Conrad, Universidad de California, Los Ángeles, Estados Unidos
Jarrett Blaustein, Universidad de Aberystwyth, Reino Unido
Igor Štiks, Universidad de Edimburgo, Escocia, Reino Unido
Rossen Djagalov, Koç University, Turquía
Paul Stubbs, Institute for Economics, Zagreb, Croacia
Davor Marko, Universidad de Belgrado, Serbia
Ljubica Spaskovska, Universidad de Exeter, Reino Unido
Christian Axboe Nielsen, Aarhus University, Dinamarca
Andrej Grubačić, California Institute of Integral Studies, Estados Unidos
Wendy Bracewell, University College London, Reino Unido
Zhidas Daskalovski, Universidad de Bitola, Macedonia
Nicole Lindstrom, Universidad de York, Reino Unido
Hristina Cipusheva, South East European University, Macedonia
Marina Antić, Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos
Alen Kristić, Universidad de Graz, Austria
Julija Sardelić, Universidad de Edimburgo, Escocia/Reino Unido
Lara J. Nettelfield, Royal Holloway, Universidad de Londres, Reino Unido
Ivana Krstanović, Facultad de Filosofía, Universidad de Sarajevo
Danijela Majstorović, Universidad de Banja Luka, Bosnia-Herzegovina
Zoran Vučkovac, Universidad de Alberta, Canadá
Elissa Helms, Universidad Europea Central, Hungría
Harun, Buljina, Columbia University, Estados Unidos
Igor Cvejić, Instituto de Filosofía y Teoría Social, Belgrado, Serbia
Slavoj Žižek, Birkbeck Institute for the Humanities, Reino Unido
Nataša Bek, Universidad de Osijek Josip Juraj Strossmayer, Croacia
Sladjana Lazić, Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, Noruega
Katarina Peović Vuković, Facultad de Filosofía, Rijeka, Croacia
Artan Sadiku, Institute de Ciencias Sociales y Humanidades, Skopje, Macedonia
Peter Vermeersch, Universidad de Leuven, Bélgica
Roland Schmidt, Universidad Europea Central, Hungría
Spyros A. Sofos, CMES, Universidad de Lund, Suecia
Vedran Horvat, Heinrich Böll Stiftung, Croacia
Franjo Ninic, Universidad de Muenster, Alemania
Adam Fagan, Universidad Queen Mary de London, Reino Unido
Soeren Keil, Canterbury Christ Church University, Reino Unido
Esad Boskailo, Universidad de Arizona, Estados Unidos
Biljana Đorđević, Facultad de Ciencias Políticas, Universidad de Belgrado
Amra Pandžo, Asociación MALI KORACI (Pequeños Pasos), Sarajevo, Bosnia
Malte Frye, Universidad de Muenster, Alemania
Vanja Lastro, Rice University Houston, Estados Unidos
Srđan Dvornik, analista independiente y consultor, Zagreb, Croacia
Goran Ilik, Universidad de Bitola, Macedonia
Nikola G. Petrovski, Universidad de Bitola, Macedonia
Nicholas J. Kiersey, Universidad de Ohio, Estados Unidos
Roska Vrgova, UG «Zasto ne» («Por qué no»), Bosnia-Herzegovina
Kiril Nestorovski, Habitat for Humanity, Macedonia
James Robertson, Historia, Universidad de Nueva York, Estados Unidos
Ellen Elias-Bursać, Traductor literario y académico independiente, Estados Unidos
Antje Postema, Universidad de Chicago, Estados Unidos
Ronelle Alexander, Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos
Zdenko Mandusić, Universidad de Chicago, Estados Unidos
Grace E. Fielder, Universidad de Arizona, Estados Unidos
Jennifer H Zoble, Universidad de Nueva York, Estados Unidos
Wayles Browne, Universidad de Cornell, Estados Unidos
Holly Case, Universidad de Cornell, Estados Unidos
Cynthia Simmons, Boston College, Estados Unidos
Panagiotis Sotiris, University del Egeo, Grecia
Anna Selmeczi, Universidad de Western Cape, Sudáfrica
Gezim Krasniqi, Universidad de Edimburgo, Escocia/Reino Unido
Azra Hromadžić, Universidad de Siracusa, Estados Unidos
Lejla Sokolović Indjić, Universidad de Bergen, Noruega
Marko Attila Hoare, Universidad de Kingston, Reino Unido
Anton Markoč, Universidad Europea Central, Hungría
Boštjan Videmšek, periodista, DELO, Eslovenia
Karla Koutkova, Universidad Europea Central, Hungría
Luca J. Uberti, Universidad de Otago, Dunedin, Nueva Zelanda
András Riedlmayer, Universidad de Harvard, Estados Unidos
Jeffrey B Spurr, Investigador independiente y miembro del consejo editorial de CultureShutdown
Suzana Vuljević, Historia, Universidad de Columbia, Estados Unidos
Michael D. Kennedy, Universidad de Brown, Estados Unidos
Jennifer Dickinson, Universidad de Vermont, Estados Unidos
Arlind Qori, Universidad de Tirana, Albania
Chiara Bonfiglioli, Universidad de Edimburgo, Escocia/Reino Unido
Sarah Wagner, Universidad George Washington, Estados Unidos
Safia Swimelar, Universidad de Elon, Estados Unidos
Adnan Dzumhur, Universidad de North Carolina, Estados Unidos
Nirvana Pistoljevic, Universidad de Columbia, Estados Unidos
Anej Korsika, Iniciativa por un Socialismo Democrático, Eslovenia
Dejan Stjepanović, Universidad de Edimburgo, Escocia/Reino Unido
Igor Jovanoski, South East European University, Macedonia
Tamara Vukov, Universidad de Montreal, Canadá
Anna Selmeczi, Universidad de Western Cape, Sudáfrica
Biljana Kotevska, CRPRC Studiorum, Macedonia
Rory Archer, Universidad de Graz, Austria
Saša Pavlović, Artista musical y ex-periodista , Macedonia
Goran Janev, Instituto para la Investigación Sociológica, Política y Jurídica, Macedonia
Armina Galijaš, Universidad de Graz, Austria
Nina Caspersen, Departamento de Política, Universidad de York
Lucian-Dumitru Dirdala, Universidad Mihail Kogalniceanu, Rumanía
Bojan Baća, York University, Canadá
Mary N Taylor, Graduate Centre of the City University of New York, Estados Unidos
Mariya Ivancheva, Investigadora independiente y miembro del consejo editorial de Lefteast, Bulgaria
Volodymyr Ishchenko, Centro para la Investigación Social, Ucrania
Agon Hamza, Centro de Investigación de la Academia Eslovena de las Ciencias, Ljubljana, Eslovenia
Artículo original: http://www.criticatac.ro/lefteast/an-open-letter-international-community-in-bosnia/