
Una investigación de la Unión Europea confirmó la presencia de decenas de agrotóxicos en personas, aire, agua, suelo y alimentos. El trabajo científico, que se realizó durante cinco años y abordó once países, es una prueba contundente del envenenamiento que sufre la población (tanto rural como urbana), de la contaminación ambiental y de la desidia de gobiernos y empresas.