
En febrero de 1794, dieciséis años antes de la Revolución de Mayo, los españoles escaparon de la zona que luego sería Bariloche. Una comitiva de militares, milicianos y sacerdotes huyó ante la presencia de loncos (autoridades mapuches) y conas (guerreros). Como reconoce la Constitución Nacional, los pueblos indígenas son preexistentes a la conformación del Estado argentino.