Lo ocurrido en el plano político en Chile desde la rebelión popular del 18 de octubre de 2019 es sumamente aleccionador, aunque reitera ciertos patrones de conducta que se instalan y reproducen de manera casi espontánea en el espectro de las fuerzas políticas que se reclaman de izquierda.
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Para el historiador y académico es necesario analizar estos hechos sobre la base de la evolución dinámica de la sociedad. «Hay que entender las historias y memorias colectivas como un campo de luchas entre fuerzas opuestas que tratan de significar o resignificar determinados personajes, símbolos o periodos de la historia», señala.
Se acerca el 11 de abril en Chile, fecha en la cual no solo se realizará la inédita elección para constituyentes, sino también a gobernadores/as, lo que ha generado amplias expectativas en el país, considerando que es la primera vez en la historia que se podrán elegir democráticamente autoridades regionales.
En mi última columna de opinión publicada en varios medios de comunicación alternativos sostuve lo siguiente: «De acuerdo con la opinión de la mayoría de los expertos electorales las actuales reglas y normas electorales como las establecidas en la Ley 21.200 favorecen al estatus quo político institucional dominante. Es decir, más que favorecer a la derecha política, beneficia, en última instancia, a las posiciones políticas e ideológicas que procuran defender la continuidad histórica del capitalismo. Independientemente, de la forma que asuma ya sea el Estado o el régimen, el interés de esos sectores es evitar la transformación de la sociedad».
A propósito del inicio de la campaña electoral para la elección de constituyentes el próximo 11 de abril, luego de más de 200 años de historia de constituciones antidemocráticas, la discusión sobre quienes debieran ser las personas más indicadas para ser parte de la convención constitucional se hace fundamental.
Movimiento de pobladoras y pobladores lanzó la campaña territorial de su concejalía popular y a la convención constituyente.
La escalada del conflicto en la Araucanía va cobrando una inercia que amenaza con salirse de control, atizada por el postrer intento de Piñera, de acudir a la solución militar, sin fondo político para la iniciativa.