El homicidio frustrado de un joven manifestante que fue lanzado al lecho del río Mapocho por un enajenado funcionario de las Fuerzas Especiales de Carabineros es la gota que colmó el vaso. Ya basta de represión sobre las manifestaciones, ya basta de represión a mansalva, ya basta de lanzar al ataque fuerzas policiales como jaurías de fieras tras los manifestantes que se convierten en indefensas presas de caza.