Rodrigo Tobar Astorga

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La revuelta popular de octubre develó la profunda crisis política y social a la que el duopolio Concertación-Chile Vamos nos llevó en 30 años de postdictadura. Pero también, nos mostró la importante crisis de las instituciones fundantes de la república: La Iglesia y el Ejército, las que se han visto envueltas en serios problemas que las han deslegitimado ante la sociedad, llevando a que una de las principales imágenes de la protesta social sea el accionar contra sus símbolos, especialmente de las FFAA y de orden.

No podemos pasar por alto el contexto en el que se origina el “Acuerdo por la paz y la nueva constitución” la madrugada del 15 de noviembre. Pasado casi un mes del inicio de la revuelta, el pueblo se volcaba cada vez con más fuerzas y multitudinariamente a las calles, la crítica al sistema económico-social era generalizada y se avanzaba en la consciencia de la necesidad de la organización popular.