Categoría: Ecología social
«Me he preguntado por la catadura ética de los ricos, considerando el aumento de la desigualdad o el hecho de que el 1% de arriba contamina el doble que el 50% más pobre», reflexiona Azahara Palomeque.
La selva amazónica se encuentra en estado de creciente asfixia como consecuencia del calentamiento global
Leopoldo Magelli, médico laboral, exdirector de los servicios de prevención y seguridad en el trabajo de la AUSL boloñesa y desde hace años colaborador de la Asociación de Familias y Víctimas del Amianto de Emilia Romaña (APS), nos envió un artículo que habla de la catástrofe provocada por la guerra en Gaza, que a partir de los horrores vividos diariamente por el pueblo palestino, también enfrenta el problema de los daños que se pueden esperar en los años venideros, causados por la enorme destrucción de edificios que estaban llenos de productos con amianto.
El sector privado y los gobiernos impulsan la producción, compra y venta de «créditos de carbono», un mercado donde las empresas contaminantes prometen compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero con proyectos que absorban o remuevan carbono. Organizaciones y comunidades advierten que no benefician al ambiente y, por el contrario, tienen impactos negativos. La crisis climática y sus falsas soluciones.
Es la nueva epidemia que asola el planeta, el sumun de la falta de respeto al hogar común de los habitantes de esta Tierra. Las formas y especialidades en que se concreta este desprecio van en aumento y las consecuencias que de ello se derivan se multiplican en progresión geométrica.
Los expertos ya hablan de una nueva era geológica: el Antropoceno. Es decir: un período marcado por la acción humana que está cambiando radicalmente el medio natural. Lo está cambiando no en términos positivos, sino alterando en forma muy negativa las condiciones de vida del planeta, tanto que podrá hacer imposible la sobrevivencia de todas las especies vivas -el ser humano incluido, obviamente- si no se modifica el curso de los acontecimientos.
Lo digo ya en las primeras líneas de este artículo: para las personas que practican el activismo medioambiental, el ecologismo es, en primera instancia, una permanente construcción de principios de precaución que ponen en entredicho los «principios» comúnmente establecidos.
Aunque en marzo se rechazó establecerlo como una unidad de tiempo geológico, la idea del Antropoceno se ha asentado en el imaginario colectivo y entre la comunidad científica como sinónimo del impacto humano en el planeta Tierra.