
El panorama es desolador porque las elites árabes, en lugar de intentar hallar un arreglo justo o cuando menos estable para la cuestión palestina, están minando la estabilidad de Oriente Medio.
El panorama es desolador porque las elites árabes, en lugar de intentar hallar un arreglo justo o cuando menos estable para la cuestión palestina, están minando la estabilidad de Oriente Medio.
El genocidio en Gaza continúa sin obstáculos desde hace ya dos años. Sin embargo, la ONU dispone de un mecanismo para eludir el veto estadounidense y proteger a la población palestina, si la comunidad internacional finalmente se atreve a intervenir.
Las federaciones internacionales apelan al criterio de elegibilidad del Comité Olímpico Internacional para admitir a Israel, mientras este equipara su presencia con la de Palestina, ignorando el genocidio en Gaza.
La intención de Israel de aniquilar Gaza habría quedado clara mucho antes si hubiéramos escuchado a los periodistas palestinos, en lugar de las evasivas y ambigüedades de medios como la BBC.
No necesitaron ver el actual genocidio del pueblo palestino para darse cuenta, hace un siglo, que aquel proyecto sionista de “un hogar para los judíos” incluía un plan de limpieza étnica en la Palestina Histórica.
A punto de cumplirse dos años de la invasión de Israel en Gaza, muchos se preguntan por qué los países árabes no presionan a Israel. A menudo la respuesta es sencilla: están priorizando sus intereses estratégicos y económicos.