Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes. José Martí, enero 10, 1891. Llueven las noticias sobre la II Cumbre de Jefes de Estado o Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), […]
y hemos de andar en cuadro apretado,
como la plata en las raíces de los Andes.
José Martí, enero 10, 1891.
Llueven las noticias sobre la II Cumbre de Jefes de Estado o Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), a desarrollarse en La Habana este 28 y 29 de enero, con la participación de 33 mandatarios y mandatarias de la región, también importantes invitados que llegan por primera vez a la capital cubana con motivo de la cita, como José Miguel Insulza y Ban Ki Mon.
Más que una reunión se me antoja sentir el evento como una fiesta entre amigos, por ser el espíritu que más resalta de imágenes, declaraciones y actividades de la Cumbre. Nada mejor para un encuentro de este tipo en tierra cubana, el país que más ha hecho por la unidad de los latinoamericanos y caribeños, reconocimiento que el canciller argentino Héctor Timerman ha hecho notar. Y es que la vocación latinoamericanista ha sido principio fundamental en el accionar del pueblo cubano, inculcada desde el siglo XIX por José Martí y los próceres de su independencia, siguiendo el legado de Bolívar, alcanzó sus mayores dimensiones tras el triunfo Revolucionario de 1959.
El ejemplo de la revolución cubana, triunfante y vibrante durante 55 años frente al imperio más voraz que ha conocido la humanidad, es la mayor muestra del cariño de los cubanos a los pueblos de esta parte del mundo. Cada vez que se menciona a Cuba, se enarbolan las banderas de dignidad, soberanía, unidad e integración de este continente. En cada tribuna que habla Cuba, se alza la voz de los millones de vilipendiados y desposeídos que siguen la lucha por la definitiva independencia y que comienzan a empoderarse con el cambio de época que vive el continente.
Los pueblos de América sienten como aportes a la unidad e integración de la región cada paso de los cubanos, tanto en las ciencias, como en las artes, el deporte o todo ámbito de la vida, por resultar innumerables las muestras de hermandad que han recibido desde la mayor isla del Caribe, y cual elocuentes exponentes resaltan la lucha contra la deuda externa; la ayuda humanitaria que llega tras los desastres naturales; la Misión Milagro y las miles de brigadas médicas que han brindado asistencia gratuita en prácticamente la totalidad de la geografía americana o los miles de jóvenes latinoamericanos que han salido profesionales de las aulas cubanas, tejiendo inquebrantables lazos de hermandad desde lo que nos identifica en lo más profundo. ¿Qué no ha hecho Cuba por este continente?
Ninguna fecha mejor que el 28 de enero, 161 aniversario del natalicio de José Martí, Héroe Nacional y prócer de la independencia de los cubanos, quien recibe el abrazo fraterno de esta Nuestra América que proclamara, en tiempos donde la unidad de los pueblos, por la que trabajara incansablemente, ha prevalecido frente a los reiterativos e inútiles intentos de torpedearla y minarla que desde el norte siguen llegando. Este siglo del bicentenario pone a relieve que la integración bajo fórmulas mercantilistas europeístas se desmorona y que solo perdura esta que construimos desde los pueblos, en la que avanzamos verdadera y necesariamente a través de la CELAC y otros espacios, y que debemos consolidar y proteger para cumplir el anhelo de Bolívar, de «ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad y gloria».
Esta segunda Cumbre sabe a celebración de un gran triunfo, desde la fragilidad centroamericana y caribeña hasta la pujante fuerza de los gigantes del sur; sabe a complementariedad, a hermandad, a paso firme y seguro por un camino común, próspero y alentador; sabe al amor y la sabia que desde nuestros pueblos emana. Cuba es el mejor escenario para proclamarlo.
Yasser Perera Ortiz. Joven cubano radicado en Bolivia. Graduado de Ingeniería Industrial en la Universidad de Matanzas «Camilo Cienfuegos»
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