«La policía indicó a la esposa de Gerry Adams, Collette, que tenía información de una amenaza contra la vida de Gerry», dijo Raymond McCartney, de Sinn Fein. El premier Robinson y su vice, McGuinness, intercambiaron acusaciones.
El arresto del líder de Sinn Fein, Gerry Adams, envenenó el clima político en Irlanda del Norte: su puesta en libertad el domingo no hizo nada para calmar las aguas. «La policía indicó a la esposa de Gerry Adams, Collette, que tenían información de una amenaza contra la vida de Gerry. Es claro que hay elementos que están contra el proceso de paz y Sinn Fein», señaló Raymond McCartney, miembro de la Asamblea Provincial de Sinn Fein. Otro alto miembro de la organización, otrora ala política del fenecido IRA (Ejército Republicano Irlandés), Bobby Storey, también fue amenazado de muerte.
En Irlanda del Norte una chispa siempre corre el peligro de encender la pradera y el pasado está saturado de combustible para un estallido. El secuestro y asesinato de una protestante convertida al catolicismo y madre de 10 hijos, Jean McConville, en 1972 llevó al arresto de Gerry Adams el miércoles de la semana pasada. La policía lo puso en libertad sin cargos y pasó el archivo del caso al Servicio Fiscal de la Corona (Crown Prosecution Service) que debe decidir si hay suficientes elementos para procesar a Adams y si un juicio está en el «interés público», consideración eminentemente política.
La familia de McConville aseguró ayer que si el Servicio Fiscal de la Corona no procesa a Adams ellos iniciarán un juicio civil contra el líder de Sinn Fein. En declaraciones a la BBC, el hijo de McConville, Michael, contó que Adams le advirtió hace unos años que habría una «respuesta negativa» si ellos mencionaban nombres, algo que él interpretó como una amenaza. Adams niega toda participación en el hecho y calificó su arresto de conspiración política contra Sinn Fein de cara a las elecciones europeas del 22 de mayo, donde se espera un buen resultado para la organización republicana tanto en la provincia como con los candidatos que presenta en la República de Irlanda.
El hermetismo del caso es tal que, según la BBC, «se supone que la policía buscaba procesarlo por su supuesta pertenencia al IRA, algo que Adams siempre ha negado». A pesar de estas negativas, la policía, los servicios secretos y algunos medios irlandeses y británicos asumen que fue jefe del IRA en Belfast y, por lo tanto, dio la orden para el secuestro y asesinato de Jean McConville a quien la organización acusaba de tout (soplona). En dos grabaciones hechas por investigadores de la Universidad de Boston para una historia oral del conflicto, dos miembros del IRA, opuestos a Adams y hoy fallecidos, lo señalaban como el que había dado la orden. Ayer una pintada callejera en los barrios republicanos y católicos de Belfast apuntaba a los investigadores bostonianos con letras negras que decían «Boston College Touts» (Facultad de Boston soplones).
La tensión ha repercutido en el siempre frágil interior de la coalición formada por el primer partido protestante (Partido Democrático Unionista) y el primero republicano católico (Sinn Fein) que, por el acuerdo de paz, cogobiernan la provincia. El primer ministro Peter Robinson, y su vice y número dos de Sinn Fein, Martin McGuinnes, han intercambiado fuertes acusaciones respecto del arresto y la imparcialidad de la policía. Esta tensión puede encender otra chispa a la vista, la de la temporada de los desfiles unionistas probritánicos que comienza el 12 de julio y se extiende hasta agosto. Estos desfiles celebran la victoria del protestante William of Orange sobre el rey católico James II en la batalla de Boyne en 1690, fundamental en el destino de Irlanda, y suelen ser escenario de violentos enfrentamientos entre ambas comunidades. No cabe duda de que la historia proyecta una larga sombra sobre el presente de Irlanda del Norte.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-245554-2014-05-06.html