Está convencida de que el cierre de la Radiotelevisión pública griega le va a costar caro al Gobierno de Andonis Samarás y avisa de que esto crea un precedente en el resto de países del sur de Europa que tienen la soga de la troika al cuello. Asegura que la presión de los ciudadanos, la […]
Está convencida de que el cierre de la Radiotelevisión pública griega le va a costar caro al Gobierno de Andonis Samarás y avisa de que esto crea un precedente en el resto de países del sur de Europa que tienen la soga de la troika al cuello. Asegura que la presión de los ciudadanos, la huelga indefinida de medios que se ha decretado en protesta, y los movimientos políticos que se están haciendo para frenar el decretazo del primer ministro conservador, puede acabar llevando al país de nuevo a las urnas. Se llama Dora Makri, es corresponsal de la RTE en Madrid, y después de una mañana repleta de llamadas telefónicas, entrevistas y nervios por la «sobredosis de café», explica a Público en una conversación telefónica que no se siente despedida y reivindica el sentido genuino de los medios de información públicos: servir al ciudadano.
¿Se enteró de la noticia por los medios, le llamó alguien desde Atenas o ya lo sabía?
No lo sabía nadie. Me llamaron mis colegas de Atenas y me dijeron que estaban cerrando RTE. Había rumores de nuevos despidos, pero esto no se lo esperaba nadie. De la plantilla de 2.656 personas que hay en ERT quedan 620 periodistas cuando hace tres años eran 1.300. Entre todos tenemos que curbrir la información de los tres canales de televisión nacionales, las nueve emisoras de radio nacionales, y de otras 19 locales.
Ahora bien, el Gobierno debería saber que no se pueden bajar los interruptores de la televisión pública por lo que significa para la gente, por el servicio público que hace y porque es plural.
¿Cree que Samarás dará marcha atrás?
El Gobierno va a seguir adelante. Pero de momento, todos mis compañeros, periodistas y técnicos, están encerrados en la sede de la RTE. Se sigue emitiendo el programa que empezó ayer por la tarde y además contamos con el apoyo de todos los periodistas de medios públicos y privados, que están en huelga indefinida. Los sindicatos han convocado también huelgas para mañana y no saldrán los periódicos. Veremos qué puede hacer un Gobierno cuando se dejan de producir noticias de manera indefinida.
Del tripartito que tenemos en el Gobierno, los dos socios de Nueva Democracia [Dimar y Pasok] dicen que están en contra del cierre, por lo tanto hay malestar dentro de la coalición porque además aseguran que esta decisión se ha tomado hace un mes y medio sin tener en cuenta su opinión. La presión va a ser grande. Desde ayer los trabajadores ocupan el edificio central y las redacciones y la avenida que lleva a la sede de la RTE está cortada. El pueblo griego lleva tres años sangrando y ya es hora de que salga a la calle y deje de esconderse en sus casas.
Ahora, cuando han visto la que se está organizando, el portavoz del Gobierno dice que en una semana reabrirán RTE con una nueva plantilla, pero si todo sigue adelante, con el apoyo de la ciudadanía, sin emisiones de noticias y alguien más se suma a la moción de censura que ya ha presentado un partido, yo creo que iremos a unas elecciones en breve.
¿La Comisión Europea dice que es una decisión autónoma de Samarás. Desde su punto de vista hay algo oculto detrás del cierre y el consiguiente apagón mediático? ¿Cree que el Gobierno va a aprobar algún tipo de recorte especialmente duro y por eso está distrayendo la atención?
Todo el mundo sabe que la principal preocupación de este Gobierno son las privatizaciones y siempre ha utilizado cualquier excusa para criticar a la RTE. La RTE en Grecia ingresa 310 millones de euros anuales que se recaudan de los 4 euros mensuales que pagan los griegos en su factura de la luz. De esos, 149 millones se los queda el Gobierno para cubrir sus agujeros y cumplir con el objetivo de déficit. Con el cierre no se ahorra dinero. La gran mentira es que la RTE se cierra porque se ha despilfarrado, son los asesores de los políticos y las producciones externas las que aumentan los costes. El sueldo de un periodista mayor de 25 años no supera los 1.200 euros. Todos los sueldos de los periodistas juntos de la RTE no suman los de los consejeros y asesores del Gobierno dentro de RTE.
De la plantilla de 2.656 personas que hay en ERT quedan 620 periodistas cuando hace tres años eran 1.300 No hay gente con más experiencia en medios en Grecia que la que trabaja en ERT y su cierre no sólo afecta a los ciudadanos, hay que tener en cuenta la ayuda tan importante que supone para las cadenas privadas por los contenidos que les proporcionamos y porque no les hacemos competencia. Por eso están todos de nuestro lado. Entiendo que el objetivo de una empresa privada es obtener beneficios, pero el beneficio de la televisión pública, aunque tenga menos audiencia, es servir al ciudadano.
Ahora bien, con esta decisión está dando la idea a todos los ciudadanos de que vivimos en una época de la que no nos queremos acordar. Lo que pasa es que esto es aún pero porque ni siquiera la dictadura de los generales se atrevió a una cosa así. Los generales aplicaban la censura pero nunca cerraron RTE. Yo creo que ha sido un error y lo van a acabar reconociendo.
¿Ha habido excesiva injerencia política desde que empezara la crisis?
El único problema de RTE es que el Gobierno interviene cada dos por tres en las decisiones. No pasa sólo en Grecia, sucede en España, sucede en Portugal y en Italia. Cada Gobierno griego que llega nuevo considera la televisión pública no como la televisión de todos los ciudadanos sino como la televisión de su Gobierno.
¿Esto podría pasar en otros países del sur de Europa?
Yo creo que es muy peligroso porque se crea un antecedente y en cualquier momento, una mañana, podemos ver cómo se toma la decisión de cerrar la televisión pública en Portugal, España o Chipre.
¿Qué va a hacer ahora?
No me lo he planteado aún porque no me siento despedida. Yo voy a seguir viviendo en España, en Madrid. Me pueden despedir de mi trabajo pero no me pueden despedir de mi casa.