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Con el pueblo del Donbass, paremos las agresiones fascistas de la Junta de Kiev

Fuentes: Rebelión

El régimen de Kiev resultante del Golpe de Estado de 2014 lo ha vuelto a hacer y de nuevo la población del Donbass, sobre todo la de la República Popular de Donetsk (RPD), ha sufrido los bombardeos indiscriminados de la artillería de las fuerzas militares y paramilitares de extrema derecha ucranianas. Como en todo conflicto […]

El régimen de Kiev resultante del Golpe de Estado de 2014 lo ha vuelto a hacer y de nuevo la población del Donbass, sobre todo la de la República Popular de Donetsk (RPD), ha sufrido los bombardeos indiscriminados de la artillería de las fuerzas militares y paramilitares de extrema derecha ucranianas. Como en todo conflicto bélico, las informaciones que llegan desde el Este de Ucrania no son claras pero a tenor de las imágenes y los datos que desde las redes sociales está divulgando la gente desde los lugares atacados, especialmente desde algunos barrios de la ciudad de Donetsk, el alcance de la agresión ucraniana ha tenido unas consecuencias muy dramáticas para la población civil. Más allá de las informaciones oficiales divulgadas, algunas fuentes solventes han informado de que las personas fallecidas podrían rondar la treintena y ser decenas los heridos, entre ellas niños.

Según estos testimonios los bombardeos ucranianos han sido los más intensos desde los brutales ataques del verano de 2014 y del invierno de 2015, utilizando para ello tanques, distintos sistemas de artillería y lanzacohetes múltiples, todos ellos prohibidos por el acuerdo de Minsk. Los primeros ataques ucranianos comenzaron a últimos de enero, pocos días después del primer contacto directo entre el nuevo presidente de los EEUU Donald Trump y el presidente de la Federacion Rusa Vladimir Putin y sobre cuyo contenido parece que no fue informado Poroshenko por lo que la Junta fascista decidió llamar la atención a Occidente bombardeando primero la línea del frente y posteriormente tratando de romper las defensas de las milicias entre Yasinovataya (bajo control de la RPD) y Avdeevca (bajo control ucro). Sin embargo, fracasaron en este intento y además recibieron la que ha sido la más dura respuesta del Ejercito de Donetsk tras lo cual volvieron a reanudar los bombardeos, además esta vez abiertamente contra objetivos civiles, especialmente entre los días 2 y 3 de febrero contra barrios de Donetsk y las localidades de Avdéyevka y Yasinovátaya donde solo el día 2 la OSCE reconoció que contabilizo 10.000 explosiones. No podemos olvidar el atentado mortal que sufrió el jefe de las milicias de Lugansk, Oleg Anaschenko, el día 5 y que ha sido atribuido a los servicios secretos ucranianos. Desde que estalló el conflicto ha sido habitual que a las ofensivas ucronazis les acompañaran atentados contra destacadas personas de las Repúblicas en un intento de desmoralizar a la población y a sus milicias

Pese a que los bombardeos amainaron bastante los días 4 y 5 de febrero, esta situación que parece ser una huida hacia delante de Poroshenko y su camarilla responde a un intento de por un lado mostrarse como aliado fiel de los intereses de los EEUU, UE y la OTAN en la zona, no en vano el embajador de Ucrania en la ONU presumió de fuerza y capacidad tras los ataques de Avdéyevka; por otro lado (pese a que el gobierno de Kiev con la complicidad de los grandes medios corporativos de comunicación se ha esforzado en responsabilizar y acusar a la Federación Rusa de estar detrás de lo ocurrido) una especie de advertencia a Occidente de lo que la Junta de Kiev podría llegar a hacer ante la incertidumbre sobre el futuro a corto-medio plazo del hasta ahora apoyo incondicional de los EEUU; por ultimo, no debemos de olvidar que el patriotismo, derivado de una coyuntura bélica, es un instrumento de la Junta fascista de Kiev para contrarrestar el cada vez mayor descontento social producto del fango económico en el que han metido al país y que amenaza con el surgimiento de una oposición latente.

En 2016, el gobierno ucraniano ya ha demostrado de lo que es capaz y de continuar haciendo con solo observar los datos oficiales facilitados por las Repúblicas Populares de Lugansk y Donetsk que hablan de mas de 143.000 bombardeos (2 mil toneladas de munición), 314 asesinados, mas de 400 heridos y unas 830 viviendas e infraestructuras destruidas. Desde que estalló la guerra más de 10 mil personas han muerto y más de 22.500 han resultado heridas.

El peligro de una catástrofe humanitaria (incluso ecológica) no ha pasado, ya que el mismo Alexander Turchinov, Secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania, quien dio orden de atacar el territorio en 2014, ha comunicado a sus tropas que se preparen para una ofensiva. Unas tropas que desde diciembre no paran de rearmarse y provocar a lo largo de la línea de separación, una situación que se está agravando en las últimas horas. Es necesario extender la solidaridad con el pueblo del Donbass apoyando todas las campañas y actividades que se den este sentido.

¡Gloria eterna al pueblo del Donbass! ¡No pasarán!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.