Anuncios de agencias inmobiliarios en letras cirílicas, una radio, los periódicos y hasta las escuelas rusas: en la ciudad balneario de Limassol, al sur del país, es fácil adivinar la identidad del primer inversor extranjero de Chipre.
El origen, considerado dudoso, de los 26.000 millones de dólares en fondos rusos depositados en los bancos chipriotas -una cifra que sobrepasa de lejos el PIB de 17.800 millones de euros de la isla- podría plantear problemas a la isla en plena recesión.
Según un informe elaborado por los servicios de Inteligencia alemanes citado la pasada semana por la revista «Der Spiegel», el plan de rescate de 10.000 millones de euros que Chipre negocia con el troika que integran la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional podría ser utilizado para salvar entidades financieras que sirven para blanquear dinero ruso, lo que plantea un dilema para los ministros de Hacienda europeos.
La Inteligencia alemana, que ha presentado sus conclusiones a la troika, indica que Chipre cumple, formalmente, todos los compromisos sobre blanqueo de dinero adoptados por la UE y en acuerdos internacionales.
El país mediterráneo ha decretado las leyes necesarias y creado las instituciones correspondientes, pero es en la puesta en práctica de estas medidas donde se presentan los problemas, pues las normas son aplicadas de forma deficiente, señala el informe.
En 2004, la isla se convirtió en Estado miembro de la UE, tres años y medio después introdujo la moneda comunitaria y se convertía así en un país extremadamente atractivo, que cuenta hoy con casi el doble de empresas que antes de su ingreso en el bloque, recoge «Der Spiegel».
El semanario sostiene que en Chipre se repite muchos de los errores que se cometieron con Grecia, que cuando ingresó en la UE era un país que en la práctica no cumplía con los estándares europeos de un mercado financiero saneado.
Pero Chipre no tiene miedo: con o sin plan de rescate europeo, el dinero ruso, que llega a través del Estado o de inversores privados, parece destinado a quedarse.
Los compradores rusos pesan mucho en la economía local, sobre todo en el sector inmobiliario de lujo.
«En el segmento de entre 500.000 y dos millones de euros, el mercado se compone principalmente de compradores europeos y rusos», señala a AFP Peter Christofi, la agencia inmobiliaria Antonis Loizou.
«La parte alta del mercado -casas de más de dos millones de euros- atrae a compradores originarios de Rusia y de otros países de la Comunidad de Estados Independientes», sostiene.
Muchos rusos se han instalaron para largo tiempo, han adquirido la ciudadanía chipriota y contribuyen significativamente a la actividad económica de la isla. Según la revista alemana, la facilidad con la que los nuevos ricos rusos pueden adoptar la ciudadanía chipriota reduce los obstáculos para el lavado de dinero.
«Me enamoré de este lugar», asegura Karina Luneva, que vino a trabajar y estudiar en Chipre, donde compró una casa hace siete años. Ella ni tiene más que elogios para su nuevo lugar de residencia por «el clima maravilloso, la gente amable, el ambiente agradable y el bajo índice de criminalidad» de la isla mediterránea y no tiene intención de volver a Rusia.
En la actualidad, en Chipre viven unos 50.000 rusos, que representan el 5% de la población. Una comunidad pequeña también presente en la parte norte de la isla ocupada por Turquía.
Los que tratan de adquirir la ciudadanía chipriota son «las mujeres rusas que se casan (con chipriotas) y los rusos más ricos», explica Luneva.
La adquisición de una propiedad de más de 300.000 euros garantiza la obtención de un permiso de residencia permanente en Chipre.
«Vínculos culturales»
Andreas Theophanous, economista de la Universidad de Nicosia, afirmó estar un poco preocupado por el impacto de la información publicada por «Der Spiegel».
«Tenemos los reglamentos y el marco legal» necesarios para asegurar que las inversiones rusas en Chipre son sanas, pero las garantías sobre su eficacia son todavía cuestionadas en los círculos europeos.
Theophanous incide en «los lazos culturales» entre Rusia y Chipre que, más allá del reducido impuesto de sociedades (10%), empujan a los rusos a invertir sus fondos en Chipre.
Los grecochipriotas griegos son en su mayoría ortodoxos, como los rusos, y muchos ejecutivos y políticos, empezando por el presidente chipriota, el comunista Demetris Christofias, fueron educados en Moscú.
Rusia concedió el año pasado a la isla mediterránea un préstamo de 2.500 millones de euros. Y aunque Moscú no respondió explícitamente a la solicitud de Nicosia, que pidió otros 5.000 millones de euros en agosto, «Der Spiegel» señala que Rusia tenía un interés especial en apoyar a Chipre para proteger sus inversiones.
Las inversiones directas de Rusia en Chipre, en aumento, alcanzó en 2011 los 1.500 millones de euros, según cifras proporcionadas a AFP por el banco central. Los datos de la Inteligencia alemana publicados por «Der Spiegel» elevan la cantidad depositada por oligarcas rusos en Chipre hasta los 26.000 millones de euros.
Y no está dispuesto a parar. Según el diario chipriota «Alithia», la isla está negociando un préstamo de mil millones de euros de los bancos rusos para llevar a cabo exploraciones de petróleo y gas.