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Elecciones legislativas en Grecia

Conservadores griegos pierden fuerza a pocos días de elecciones

Fuentes: Prensa Latina

Grecia se encuentra en los últimos días de campaña electoral y el partido gubernamental Nueva Democracia (ND) no consigue voltear los sondeos de opinión pese a los redoblados esfuerzos del Primer Ministro saliente, c Desde hace semanas los conservadores se encuentran en la segunda posición, según las encuestas, pero a medida que se acerca la […]

Grecia se encuentra en los últimos días de campaña electoral y el partido gubernamental Nueva Democracia (ND) no consigue voltear los sondeos de opinión pese a los redoblados esfuerzos del Primer Ministro saliente, c Desde hace semanas los conservadores se encuentran en la segunda posición, según las encuestas, pero a medida que se acerca la fecha de las elecciones legislativas, el próximo 25 de enero, la brecha se va abriendo a favor del izquierdista Syriza.

Los ideólogos del partido recurrieron a eslóganes para la campaña como «Decimos la verdad», «garantizamos el mañana» o «una fuerza responsable», presentando de ese modo a Samarás como un hombre honesto, previsor y serio.

Con ello trataron de recuperar una credibilidad muy menguada por el incumplimiento de su programa electoral durante la legislatura que finaliza, y por la aplicación de muchas medidas impopulares y contraproducentes para la economía y la sociedad griega.

Por esa razón el líder conservador volvió a retomar, durante el pasado fin de semana, las promesas de un futuro mejor para los ciudadanos, con menos impuestos, más trabajo y un país en el camino de la recuperación.

Pero al mismo tiempo no dejó de insistir en la campaña del miedo, desatada contra el principal favorito para la victoria: «Syriza quiere traer inmigrantes ilegales para darles la ciudadanía», «Syriza llevará el país a la quiebra», afirmó hace unos días Samarás.

El martes, cuando los sondeos mostraron que se ampliaba la distancia entre ambos contendientes, el aún Primer Ministro afirmó entre sus seguidores que no permitiría «un soviet aquí (en Grecia)» y que «el comunismo no va a ganar».

En la misma línea, pero con palabras más duras, se expresó el pasado domingo uno de sus ministros, Makis Voridis, usando en un mitin el lema de la dictadura de los coroneles y llamando a sus adeptos a hacer «todo lo que sea necesario» para impedir la victoria de Syriza. A diferencia de lo que ocurrió en las elecciones legislativas de 2012, en esta ocasión ese tipo de discurso parece no estar haciendo mella entre los votantes, más preocupados por las dificultades diarias y hastiados de tensiones políticas.

Incluso las referencias a la quiebra del Estado o a la salida de Grecia de la zona euro, en caso de una victoria de la izquierda, fueron matizadas por dirigentes europeos que ya aceptan la negociación sobre la deuda como inevitable y cuya única condición es que el nuevo Gobierno continúe adelante con las reformas.

Samarás no solo ha perdido la confianza de una parte de sus votantes, sino también la de sus socios europeos, quienes presionaron al Gobierno griego hacia un adelanto electoral, según reconoció el martes el Presidente de la Asamblea Nacional, Evángelos Meimarakis.

Antonio Cuesta. Corresponsal de Prensa Latina en Grecia.