El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, ordenó a las autoridades declarar el estado de emergencia excusándose en una oleada de migrantes que han llegado al país para cruzarlo hacia Estados Unidos, pero que realidad intenta ocultar la grave crisis de criminalidad y seguridad en un país considerado “la Suiza” centroamericana.
El viceministro de la Presidencia, Jorge Rodríguez, recordó que sólo en lo que va de septiembre, más de 60.000 personas han cruzado por Paso Canoas, una localidad fronteriza con unos 20.000 habitantes, una cifra que «sobrepasa la capacidad institucional para atenderlas».
El mandatario también ha pedido «mano firme» al Ministerio de Seguridad Pública, para perseguir a quienes «confundan con debilidad» el «corazón generoso» de los costarricenses. En este sentido, ha lanzado un mensaje para quienes cometan algún tipo de disturbio: «Van de vuelta a su país de origen porque aquí no se lo vamos a tolerar».
Chaves visitará Panamá para reunirse el 6 de octubre con su colega Laurentino Cortizo.Ambos mandatarios tienen prevista una visita al Tapón de Darién, que une Colombia con Panamá, por donde ingresaron unos 390 mil migrantes en lo que va del año.
La violencia crece
En Costa Rica se registra un incremento inusitado de la violencia en los últimos dos años, que coinciden con período de mandato de Chaves. “En menos de 500 días, el gobierno de Chaves suma casi 1,100 homicidios”, lo que significa un aumento entre un 35% y un 40% en un período de 365 días, señala la prensa digital.
Una encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) -del 20 de setiembre- pone en evidencia que los costarricenses, alarmados por los niveles de violencia prevalecientes, de los cuales nunca antes habían conocido, consideran que ese es, precisamente, el principal problema del país, seguido por la corrupción y el desempleo.
En gira por la provincia caribeña de Limón, una de las tres en las que más han crecido los índices de violencia, el mandatario señaló, frente a cámaras y micrófonos, que los limonenses le habían dicho: “que no me preocupara tanto por los asesinatos, porque mientras uno no se mete en malos pasos, no hay porqué preocuparse, eso es entre ellos que se matan, y saben qué, sí, es cierto”. Hacerse de la vista gorda del drama que está viviendo la población es cinismo o irresponsabilidad.
El analista Rafael Cuevas señala que . La ubicación geográfica de Costa Rica y la penetración de carteles mexicanos y colombianos que se disputan territorios, solo auguran un futuro crecimiento del problema que, como ha sucedido en otros países pasará, de solo la guerra entre bandas, a la extorsión de ciudadanos comunes y silvestres, cobro de peajes, secuestros y todo lo que caracteriza a la prevalencia del crimen organizado.
Durante una conferencia de prensa, el presidente Chaves dijo que muchos de los migrantes pasan por Costa Rica en su camino a Estados Unidos. “Todos sabemos que hay una crisis migratoria a lo largo de todo el continente americano, nosotros somos un país de paso de migrantes fundamentalmente, gente que viene, que pasa por Costa Rica tratando de fundamentalmente llegar a los Estados Unidos”, dijo Chaves.
Y añadió que «esta situación amerita declarar una emergencia nacional que se vive en el país debido a la cantidad de personas que están pasando por nuestro territorio”.
La decisión de Chaves ocurre en medio de una serie de medidas que han tomado algunos países de la región para enfrentar la creciente afluencia de migrantes que buscan llegar a EEUU. La semana pasada se registraron más de ocho mil detenciones fronterizas diarias por parte de autoridades migratorias estadounidenses.
*Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)