Frente a la crisis que atraviesa al Partido Democrático (PD) y su posible escisión [ya consumada], los medios burgueses multiplican los análisis y las fórmulas enfáticas («un partido que nació mal y muy tarde», «una amalgama desgraciada», «un partido que jamás nació», «el suicidio perfecto», etc.). Pero ninguno de esos medios va a la fuente […]
Frente a la crisis que atraviesa al Partido Democrático (PD) y su posible escisión [ya consumada], los medios burgueses multiplican los análisis y las fórmulas enfáticas («un partido que nació mal y muy tarde», «una amalgama desgraciada», «un partido que jamás nació», «el suicidio perfecto», etc.). Pero ninguno de esos medios va a la fuente de esta crisis que pone en cuestión a las dos partes implicadas, los partidarios de Renzi /1 y los aliados de Bersani /2. El PD está en crisis, en particular a causa del enfrentamiento en las instancias del partido, con el rechazo del exgrupo dirigente a ser relegado al rango de minoría. Pero la crisis proviene de que el antiguo grupo dirigente ha gestionado directamente las políticas de austeridad. Es el mismo proceso que ha llevado al Partido Socialista francés al borde del abismo y a su desmoronamiento.
Los orígenes profundos del PD
El PD nació hace diez años [en octubre de 2007] de la fusión de componentes significativas de la antigua Democracia Cristiana (DC) y del Partido Comunista Italiano (PCI) que se había convertido en Partido Democrático de la Izquierda (PDS) en 1991, y luego en Demócratas de izquierda (DS) en 1998. Esto pasó tras el abandono de la antigua apelación [comunista] y la escisión de una parte del PCI que fundó Rifondazione Comunista en 1991.
El objetivo fundamental del PD era la construcción de un nuevo instrumento político capaz de representar y gestionar lo mejor posible las decisiones políticas de la clase dominante. El sustrato popular de sus dos pilares esenciales [sectores salidos de la DC y del PCI] habría debido asegurarle la hegemonía política, en el juego de la alternancia con las fuerzas que se presentan como de derechas. El resultado de la operación fue, sin embargo, contradictorio: si, de un lado, las elecciones no le favorecieron siempre, no confirmando su vocación mayoritaria, del otro, la patronal le consideró siempre como un instrumento político esencial del que tenía necesidad para gestionar sus propios intereses.
Es así como tras la caída del gobierno de Silvio Berlusconi, en 2011 -reclamada a gritos por la Confindustria [la principal organización patronal italiana] para hacer frente a la crisis económica y financiera- el PD asumió un papel bien preciso: el apoyo y la gestión de las políticas del gobierno de Mario Monti [ex comisario europeo, consultor de Goldman Sachs, luego Presidente del Consejo de noviembre de 2011 a diciembre de 2012], luego el de Enrico Letta [abril 2013 a febrero 2014] y posteriormente de Matteo Renzi [de febrero de 2014 a diciembre de 2016]. Este último ha llevado hasta el final los golpes del asalto neoconservador contra los y las asalariadas, obra proseguida por el gobierno-fotocopia de Paolo Gentiloni, entrado en funciones el 12 de diciembre de 2016. Las políticas antipopulares de austeridad han sido así plenamente desplegadas a través de:
– la reforma de las jubilaciones
– la destrucción del Estatuto de los Trabajadores [la Ley sobre el trabajo]
– la generalización de la precariedad [la facilitación de los despidos incluso para los contratos de duración indeterminada, la difusión de los contratos de corta duración así como la legalización de un estatuto trampa de autónomo]
– la contrarreforma escolar llamada de la Buona Scuola [Buena Escuela: política restrictiva de becas, privatizaciones, debilitamiento de la formación profesional, debilitación de la integración de las personas discapacitadas, endurecimiento de la contratación de enseñantes a formar], agravada por los recientes decretos del gobierno Gentiloni,
– la carnicería social con recortes globales y masivos en los gastos públicos – la presencia militar por todo el mundo [el ejército italiano está presente en Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Cachemira, Centroáfrica, Chipre, Cisjordania, Emiratos Árabes Unidos, Georgia, Irak, Kosovo, Líbano, Libia, Malí, Malta, Níger, Sahara occidental, Sinaí (Egipto), Somalia]
– y las políticas antiinmigrantes.
Hay que subrayar que toda la empresa -dicho de otra forma, tanto los diputados como los senadores del PD, más allá de su pertenencia a alguna corriente, han votado a favor de las infames leyes y reglamentos que están en el origen del profundo deterioro de las condiciones de vida y de trabajo de las personas asalariadas y del malestar social que golpea a todo el país. Matteo Renzi no ha representado más que una aceleración personal y autoritaria de esta tendencia, en particular marginando a los antiguos dirigentes, a la vez que representaban la continuidad directa de sus propias políticas.
Con el tiempo y los gobiernos que ha apoyado o dirigido, el PD y sus gobiernos han aparecido, a ojos de amplias capas de la población, como lo que son: enemigos responsables del deterioro de sus condiciones materiales de vida. La tentativa de Renzi de imponer una solución político-institucional del problema, con el referéndum constitucional de diciembre -con el objetivo de consolidar la ola neoconservadora y su propio poder- ha fracasado. Ha encajado un fracaso estruendoso, infligido por el rechazo masivo del electorado. Este rechazo se ha expresado en las urnas el 4 de diciembre /3, subrayémoslo, con una fuerte participación de los jóvenes y de los sectores «socialmente débiles» y pauperizados del país. A partir de ahí, la crisis de dirección política -del país y en el seno del PD- era inevitable, a pesar de la ausencia de una fuerza alternativa del movimiento obrero y de las izquierdas; lo que ha permitido a la burguesía nombrar un nuevo gobierno -el de Paolo Gentiloni- conforme a los precedentes.
Las decisiones de Bersani y sus aliados
Los opositores en el interior del PD están enfrentados a un secretario general que, aunque debilitado por la derrota del 4 de diciembre, está haciéndoles desaparecer de la escena política. Se ven por tanto obligados a salir al descubierto, dispuestos incluso a tomar la decisión extrema de la escisión, opción en relación a la cual una persona como D´Alema /4 ha dispuesto sus peones desde hace ya algún tiempo. Esto explica por qué los opositores han descubierto tan repentinamente que el PD está cortado de su base popular histórica, que el Jobs Act /5 y la Buena Escuela son horrorosos, que el color rojo de las banderas es hermoso y que es agradable cantar el himno revolucionario de Bandiera Rossa.
Bersani y consortes esperan tener aún algunas cartas que jugar, en la medida en que el referéndum ha puesto a la luz la movilización de sectores sociales tradicionales y de referencia a través del ANPI y el ARCI /6, a los que Massimo D´Alema concede una atención muy particular desde hace algún tiempo. La esperanza es que esas asociaciones puedan servir de apoyo a un proyecto político [de nuevo partido de la izquierda que D´Alema y Bersani se disponen a fundar], a la espera de saber cuál será la amplitud de la movilización en el seno de la CGIL [la Confederación General Italiana del Trabajo, el principal sindicato italiano, fuertemente ligado al PD].
Está claro que no podemos sino felicitarnos de la crisis del PD y del peligroso proyecto antidemocrático y autoritario de Renzi. Pero está tan claro como lo anterior que quienes han votado sin pestañear las leyes conservadoras de Renzi son los mismos que hoyh declaran distanciarse de él. En realidad -lo que ha sido puesto a la luz en un cuadro sinóptico publicado por el diario de Turín La Stampa– las divergencias sobre los contenidos políticos de fondo entre Renzi y la minoría son irrisorios /7. Por no hablar de los valores llamados fundamentales, de los que no se ve ni la menor huella en ninguna de las dos partes.
El que el principal contradictor de Renzi sea D´Alema -el hombre del bombardeo de Belgrado [en 1999], el artesano de las más importantes privatizaciones realizadas en Italia, el defensor (hace diez años, con el gobierno de Prodi) de la implicación militar en el extranjero (en particular en Afganistán) para defender los «intereses vitales» del país, el partidario de los conciliábulos institucionales con Berlusconi /8 -no arregla evidentemente el asunto. En absoluto.
¿Cuál será el espacio disponible para la nueva formación, suponiendo que tome verdaderamente forma en las próximas semanas /9? Los primeros sondeos y las evaluaciones de los periódicos indican pronósticos electorales de entre el 5 y el 7% (algunos van hasta el 10%), no como fuerza política autónoma, sino en el marco de una alianza con el PD.
Los dirigentes de la minoría critican la Buena Escuela, pero al mismo tiempo han aportado ya su apoyo al gobierno Gentiloni que, con recientes medidas legislativas, ha agravado los contenidos reaccionarios de la reforma en cuestión. Además, hacen frente a una contradicción insoluble: si votaran para hacer caer al gobierno Gentiloni, harían el juego a Renzi que quiere llegar rápidamente a elecciones anticipadas, esperando tomar así su revancha.
En cuanto a la supervivencia del gobierno en plaza, la burguesía tiene preocupaciones claramente resumidas por el diario La Reppublica: «Como ocurrió con el gobierno de Romano Prodi en 2008, el gobierno Gentiloni va a sufrir todos los tormentos y los resentimientos de esta izquierda pulverizada y neoproporcional. Un gobierno que debe durar hasta 2018 y que, desprovisto del paraguas protector de Mario Draghi [se trata de la compra de activos del Estado italiano por el Banco Central Europeo], debe gestionar la ley de estabilidad [es una especie de ley de freno al endeudamiento en versión italiana], cuando ha ya emprendido gastos extraordinarios por un valor de 20 millardos de euros y debe afrontar una crisis bancaria cada vez más grave.
¿Este gobierno de responsabilidad limitada tendrá las espaldas suficientemente sólidas como para aguantar todo esto? Difícil imaginarlo» /10.
En lo que se refiere a la Confindustria, el editorialista del diario económico Il Sole Ore (21 de febrero), tras haber flagelado a los partidarios de Renzi y a sus opositores, acusándoles de no estar suficientemente en línea con las exigencias patronales, afirma: «Afirmamos de entrada que el interés del país (sic), es proseguir sin aplazamientos, con decisión, por el camino de las reformas emprendidas por Matteo Renzi que, a pesar de sus errores y contradicciones, tuvo buenos resultados». Y añadía solemnemente que «frente al mensaje populista -incapaz de gestionar los grandes problemas igual que de administrar grandes ciudades- la respuesta no puede ser sino más gobierno, rápidamente, sin perder tiempo» /11.
Resistir a la atracción fatal
Lo que más nos interesa y nos preocupa en la crisis del PD, así como en los proyectos de su minoría, son los efectos políticos que resultarán de ella, y que se pueden en parte observar ya, entre las fuerzas que se posicionan a su izquierda. Incluso las «llamadas de la selva» que se perciben en cuanto una hoja cruje en el viejo mundo del Partido Comunista Italiano.
Uno de esos efectos ha podido ser percibido inmediatamente: Sinistra Italiana, antes incluso de venir al mundo en su reciente congreso de fundación del 17 al 19 de febrero, ha conocido un gran número de bajas -en particular entre sus parlamentarios- que se han sumado a las filas del hipotético nuevo partido político de D´Alema y Bersani.
Si todo esto no tiene nada de extraño, la consistencia política y moral de esos representantes de la «izquierda» nos deja estupefactos. El exalcalde de Milán /12 es parte de ese proceso. Por su parte, el diario Il Manifesto dicta buenos consejos para esta nueva formación y se entusiasma por el «giro a la izquierda» de la socialdemocracia alemana -como consecuencia de la candidatura de Martin Schulz, expresidente del Parlamento europeo -de cara a las elecciones de septiembre de 2017.
La dirección política de la recién llegada, Sinistra Italia (SI) -cuyo secretario general es Nicola Fratoianni, diputado de Bari, antiguo miembro de la coalición SEL (Sinistra Ecologia Libertà) disuelta en 2016 y cercano a Nichi Vendola -no podía sino confirmar, para concluir su congreso, las razones de su independencia, de su autonomía… a la vez que expresaba su disponibilidad en relación al nuevo partido de los escisionistas si acaba tomando forma. Veremos bastante pronto lo que significa esta disponibilidad, con mayor razón sin se adelantan las citas electorales.
Riondazione prepara su congreso con un debate interno intenso, una de cuyas características es la afirmación de su autonomía y de la alternativa que representa en relación al PD, incluyendo todas sus tendencias. Si los escritos tienen su importancia, más importantes aún serán las decisiones concretas de Rifondazione de cara a las próximas citas políticas y sociales. En este terreno, señalamos una contradicción importante entre la autocrítica sobre las decisiones de hace diez años en relación al gobierno Prodi (más vale tarde que nunca) /13, y el apoyo concedido a las decisiones de Tsipras /14 y de su segundo gobierno (septiembre de 2015, remodelado en noviembre de 2016) que pone en práctica el tercer memorándum de la Troika /15.
La crisis de la dirección Renzi y más globalmente del PD, así como la victoria del referéndum [del 4 de diciembre último contra la centralización de los poderes ejecutivo y legislativo] deben ser utilizadas para relanzar con fuerza la construcción de una real izquierda alternativa. Entendemos con ello una fuerza que sepa conjugar la batalla contra las políticas neoliberales con un sólido proyecto anticapitalista, fuerza aún más necesaria y actual dada la crisis de la Unión Europea y del sistema económico actual.
Esta izquierda debe afirmar su carácter totalmente alternativo en relación a todas las corrientes salidas del PD y de su entorno. Debe igualmente privilegiar la acción sobre la base de contenidos claros. Y, sobre todo, debe aportar su contribución directa a todo lo que puede ayudar a las clases trabajadoras a levantar la cabeza, a emprender nuevas movilizaciones, a emprender luchas para cambiar en profundidad las correlaciones de fuerzas, a construir resistencias y movilizaciones en los lugares de trabajo, en las fábricas, en las escuelas, las áreas metropolitanas y en los barrios populares, contra la patronal y el gobierno, obstaculizando las políticas de compromiso de los aparatos burocráticos conservadores.
Estas crisis y sus compromisos, que atraviesan a todas las fuerzas políticas, deben ser una incitación para la recomposición de una política de independencia de clase. Esa es la vía más segura para obtener, incluso en relación a las elecciones que tendrán lugar dentro de un año, un resurgimiento de las fuerzas de una verdadera izquierda.
Post-scriptum:
Nacimiento de los «Demócratas progresistas»
El sábado 25 de febrero ha sido presentado en Roma el movimiento político nacido de la escisión del PD de Renzi. Se llama «Artículo 1-Movimiento de los Demócratas y los Progresistas» [llamado habitualmente Demócratas y Progresistas, DP]. ¿Por qué artículo 1? El primer párrafo de la Constitución italiana proclama que: «Italia es una República democrática basada en el trabajo».
Los padrinos que han sostenido al recién nacido en la pila bautismal son : Roberto Speranza [antiguo jefe del grupo parlamentario del PD desde 2013 a 2015], derrotado en las elecciones para secretariado general del PD; Enrico Rossi, Presidente de la región de Toscana desde 2010, y Arturo Scotto, piloto de la loca patrulla parlamentaria de los diputados de la antigua Sinistra Ecologia e Libertà [SEL]. Esta última, aunque se negó a participar en la fundación del nuevo partido de Nicchi Vendola y Nicola Fratoianni, Sinistra Italiana [SI, Izquierda Italiana] está muy atenta a la evolución de la escisión del PD.
Pier Luigi Bersani y Massimo D´Alema, ambos líderes históricos del Partido Comunista Italiano, estaban ausentes [pero forman parte de él], para no hacer sombra a la generación de los cuadragenarios del nuevo partido. Bersani ha sido ministro en varias ocasiones: en el primer gobierno Prodi [1996 a 1998], en el gobierno de D´Alema [octubre 1988 a diciembre 1999, luego de diciembre de 1999 a abril de 2000], en el segundo gobierno Prodi [2006 a 2008] también. En fin, fue secretario general del PD de 2009 a 2013. D´Alema estuvo a cargo del secretariado de la Federación de Juventudes Comunistas en los años 1970, luego fue Presidente del Consejo de Ministros, Ministro de Asuntos Exteriores en el segundo gobierno Prodi (2006 a 2008) y Vicepresidente de la Internacional Socialista (1996 a 1999, 2003 a 2008).
Vasco Errani se ha afiliado al nuevo partido. Es un alto funcionario de la administración, expresidente de la región Emilia Romaña y, actualmente, Comisario para la reconstrucción de las zonas de Italia central devastadas por el terremoto del año pasado. Se ha producido igualmente la adhesión de Guglielmo Epifani, ex Secretario central de la CGIL y, por un breve lapso de tiempo, secretario general del PD.
El objetivo de la nueva formación es construir un «centro izquierda de lucha y de gobierno». Roberto Speranza afirma en efecto: «estos últimos años hemos vivido una fractura entre el pueblo y sus representantes. Ha llegado el momento de coser, de reconstruir el centro-izquierda. Se hace sentir la necesidad de una nueva radicalidad, incluso la valentía de ser una fuerza gubernamental». Paralelamente a estas declaraciones, el nuevo partido apoya al gobierno de Gentiloni.
Su consistencia parlamentaria gira alrededor de unos 40 diputados en la Cámara (de 650) y 13 senadores. Pero un gran número de electos siguen cálculos sobre si vale más la pena permanecer en el PD o sumarse a la nueva formación. Es evidentemente demasiado pronto para evaluar su fuerza electoral. Un primer sondeo indica que alrededor del 8% de los votos irían a todas las fuerzas políticas a la izquierda del PD en caso de elecciones, incluyendo por tanto Sinistra Italiana y Rifondazione comunista.
Notas
1/ Matteo Renzi fue Presidente del Consejo de Ministros de febrero de 2014 a diciembre de 2016. Intenta hoy ser el futuro primer ministro; (el juego intenso de sillones en la política italiana hace que, cuando los medios hablan del «expresidente del Consejo de Ministros», es muy difícil saber de quién se trata). Gobernó con una coalición mayoritaria que reagrupaba al Partido Democrático (PD), el Nuevo Centro-Derecha (NCD), el Opción Cívica por Italia (SC) y Por Italia (PI). El PD es un partido «neoconservador» -presentado en los medios internacionales como de centro izquierda- salido, en 2007, de la fusión de corrientes nacidas de la ex Democracia Cristiana, del ex Partido Socialista, el ex Partido Comunista y de ex partidos de derechas, ecologistas y de izquierda (desde 2013, los presidentes del Consejo de Ministros son miembros del PD: Enrico Letta, Matteo Renzi, y actualmente Paolo Gentiloni. El NCD es una formación de derechas fundada en noviembre de 2013 por Angelino Alfano, hasta esa fecha delfín de Silvio Berlusconi, la punta de lanza de la derecha neoconservadora italiana. A finales de 2013, Alfano -con la NCD- se convierte en aliado del PD. SC es una formación de derecha conservadora fundada en enero de 2013 por el expresidente del Consejo de Ministros, independiente de derechas, Mario Monti. Este último fue Comisario Europeo para los gobiernos de la derecha y de la llamada izquierda italianas, luego Presidente del Consejo de Ministros de noviembre de 2011 a abril de 2013. Es hoy senador vitalicio. Abandona SC ocho meses después de haberlo fundado, por rivalidades políticas secundarias o incluso personales. PI es un reagrupamiento salido de SC y fundado en noviembre de 2013 por Lorenzo Dellai, un político de derechas que ha recorrido un gran número de partidos políticos de la península.
2/ Pier Luigi Bersani ha sido miembro de diferentes partidos políticos que, por etapas, desde el Partido Comunista han conducido a la creación del PD, del que fue secretario general de octubre de 2009 a abril de 2013. Fue también diputado nacional y diputado europeo, varias veces ministro en gobiernos «de izquierda». Se opone, desde 2015, a Matteo Renzi en el seno del PD. En particular, en 2016, afirmaba su oposición a la reforma electoral de Renzi (ver nota siguiente). Participa hoy, en particular con Massimo D´Alema (ver nota 4) y un número significativo de diputados y senadores, en una escisión del PD (ver post scriptum).
3/ Sometido a votación en referéndum el 4 de diciembre de 2016, el proyecto de reforma constitucional (aumento del poder del ejecutivo y de la cámara de diputados en detrimento del Senado y de las instituciones regionales) ha sido rechazado por el 59% de los votos, una fuerte abstención (1/3) y un rechazo muy claro en las provincias más pobres. El Presidente del Consejo de Ministros Matteo Renzi, que había hecho de la aceptación de este proyecto una cuestión de principios, ha dimitido tras la votación, dejando su puesto a uno de sus clones y rivales en el seno del PD, Paolo Gentiloni. [Ver sobre este tema los artículos publicados en VIENTO SUR: http://vientosur.info/spip.php
4/ Massimo D´Alema es, como una gran parte del casting de la casta política institucional italiana, un has been de la política peninsular que no deja de volver una y otra vez a los primeros papeles. Antiguo miembro del PCI, del PDS, de los DS, antiguo presidente del Consejo de Ministros (1998-2000), antiguo diputado europeo (2004-2008), antiguo ministro (2006-2008), dirigente del PD, D´Alema es hoy uno de los defensores de la próxima escisión del PD que habla ya de su futura alianza con… el PD (Silvio Buzzanca, «La sfida di D’Alema: Pronti a scissione, nuovo partito vale il 10%. Renzi: Se torno al governo taglio l’Irpef», diario La Repubblica, Roma, 30/01/2017).
5/ Puesta en marcha por el gobierno PD desde la primavera de 2015, la legislación llamada Jobs Act, entre otras cosas, facilita los despidos, concede rebajas fiscales para las empresas que contratan, ataca los derechos de los parados, las vacaciones y flexibiliza los horarios y salarios.
6/ ANPI [Associazione Nazionale Partigiani d’Italia, Asociación Nacional de los Resistentes de Italia] y ARCI (Associazione Ricreativa e Culturale Italiana, Asociación italiana de la cultura y el ocio) son ambas salidas del anti y el posfascismo. Hoy son dos expresiones paradójicas, de una parte, de la textura históricamente densa del tejido social no gubernamental o antigubernamental y, de otra parte, de la red institucional amplia que sirve de base social a las «izquierdas neoconservadoras» institucionales.
7/ El artículo ANSA & Angelo Carconi, «Perché alcuni vogliono lasciare il PD», periódico online ilpost.it, Milan, 20/02/2017 (http://www.ilpost.it/2017/02/
8/ Silvio Berlusconi -multimillonario, hombre de negocios (sociedades Fininvest y Mediaset en particular) y dirigente de las fuerzas políticas -Forza Italia y luego Il Popolo della Libertà) construyó su fortuna, en particular, gracias a sus relaciones con el Partido Socialista italiano, que desaparecerá sumergido por escándalos de desviación de fondos , que estallaron con la operación Mani Pulite). Berlusconi fue Presidente del Consejo de Ministros (1994-1995, de 2001-206 y 2008-2011); es una especie de Trump italiano avant la lettre.
9/ El post scriptum del autor, al final del artículo, comenta la presentación pública de esta nueva formación.
10/ Se trata del artículo de Massimo Giannini, «Pd, tutti colpevoli in una scissione senza valori», La Repubblica, Roma, 20/02/2017.
11/ Giorgio Santilli «L’interesse del Paese e le riforme da completare», quotidien Il Sole 24 Ore, Milan, 21/02/2017.
12/ Se trata de Giuliano Pisapia, alcalde «socialista independiente» de Milán de junio 2011 a junio 2016, ex post estalinista y antes miembro de Democrazia Proletaria.
13/ Rifondazione apoyó los dos gobiernos de austeridad de Romano Prodi. El primero, un gobierno de derecha-izquierda (1996-1998), apoyado desde «el exterior» (es decir sin ministros). El segundo, al que Franco Turigliatto alude aquí, es un gobierno de derecha-izquierda (2006-2008), pero esta vez con migajas adquiridas «desde el interior» (es decir con 1 ministro de 26, 1 viceministro de 10 y 6 subsecretarios, es decir secretarios generales, de 66). Precisemos que, durante el segundo gobierno Prodi, Franco Turigliatto, autor del presente artículo y entonces senador, fue expulsado de Rifondazione, en marzo de 2007, en particular por no haber tomado parte en la votación sobre la implicación del ejército italiano en Afganistán.
14/ Alexis Tsipras es el Primer Ministro griego. Dirige el gobierno que cuenta con un 80% de ministros de Syriza. Syriza es una coalición que algunos -que no parecen preocuparse de la situación real en Grecia- continúan llamando de «izquierda radical».
}15/ La Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea) impuso al gobierno griego el tercer memorándum (tercer programa de ajuste económico para Grecia) desde 2010. En algunos meses de negociaciones, el gobierno del partido Syriza, presidido por Alexis Tsipras, aceptó en el verano de 2015 este tercer memorándum, un muy duro programa de austeridad y de privatizaciones que retoma de hecho lo esencial de las disposiciones que el referéndum griego había rechazado poco antes con el 62% de los votantes.
Traducción al castellano de Faustino Eguberri.