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Tras el nombramiento de la española Inés Alberti para el Fondo para el Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem)

¿Cuánto cuesta un cargo en Naciones Unidas?

Fuentes: Instituto del Tercer Mundo

Roberto Bissio, director del Instituto del Tercer Mundo, analiza el procedimiento de las Naciones Unidas para el nombramiento de la nueva directora del Fondo para el Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer. Considera que de esta forma se envía un mensaje no muy bueno sobre la gobernanza de la ONU y futuros nombramientos, pues si las designaciones dependieran de las contribuciones, los ciudadanos de países pequeños o pobres no tendrían ninguna chance en el medio internacional. 10 de abril de 2008

Inés Alberdi tiene los requisitos necesarios como para realizar una excelente gestión como directora del Fondo para el Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), cargo para el cual fue designada el lunes 7 de abril. El diario El País de Madrid la describe así: «…hermana de la ex ministra de Asuntos Sociales Cristina Alberdi y candidata del PSOE en las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid en 2003, es catedrática de Sociología en la Universidad Complutense y reconocida experta con experiencia internacional en asuntos relacionados con la mujer y la familia. Ha sido asesora de varios organismos internacionales, entre ellos el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (Instraw), dependiente de Naciones Unidas».

Con excelentes antecedentes académicos, militancia política y el respaldo de un gobierno con una trayectoria ejemplar en los temas de promoción de la mujer, Alberdi debería estar recibiendo el aplauso y las felicitaciones de los grupos de mujeres de todo el mundo. Sin embargo el diario global International Herald Tribune tituló el martes que su designación «desató críticas» entre sus colegas feministas. Según Adrienne Germain, presidenta de la Coalición Internacional para la Salud de las Mujeres, «estamos profundamente decepcionadas de que esta decisión no se ha basado en méritos sino sobre factores que no deberían ser considerados en un nombramiento profesional en las Naciones Unidas» más aun cuando «desde el otoño (boreal) se había identificado a una candidata que cumple todos los requisitos y es del Sur».

Germain se refería a la economista india Gita Sen, cuya candidatura -apoyada por redes y organizaciones de mujeres de todo el mundo- fue votada unánimemente por un comité de selección como la mejor entre más de un centenar de aspirantes.

Si bien la agencia española EFE celebró a Alberdi como «la primera española al frente de un fondo, agencia o programa para el desarrollo de Naciones Unidas», en el organigrama de la organización mundial, Unifem es apenas un fondo dependiente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y su jefatura (tradicionalmente ocupada por mujeres) es un cargo de tercer nivel en el escalafón de la ONU, apenas un «D2» ubicado por debajo de la vicesecretaria general, los subsecretarios generales y los secretarios generales adjuntos.

Un cargo de tan poca importancia jerárquica debería normalmente ser nombrado por Kemal Dervis, el administrador del PNUD, tercero en la jerarquía de Naciones Unidas después del secretario general Ban Ki Moon y su vice-secretaria, la tanzaniana Asha-Rose Migiro. La oficina de Dervis fue, en efecto, la encargada de anunciar el nombramiento de Alberdi el lunes, pero todas las fuentes consultadas en Nueva York coinciden en señalar que la decisión fue tomada personalmente por el propio Ban Ki-moon. El comunicado oficial dice que el proceso de selección (que demoró siete meses) fue «exhaustivo y extenso» pero no explica porqué se inició como un proceso basado en méritos y luego no se tomaron en cuenta sus resultados.

A pesar del escaso reconocimiento formal, la tarea de UNIFEM es enorme, ya que sus cometidos son la reducción de la pobreza y la exclusión de las mujeres, combatir la violencia de género, reducir la propagación del sida entre la población femenina y apoyar la presencia de más mujeres en la gestión pública. Para tan ambicioso objetivo, UNIFEM cuenta con un presupuesto anual de menos de cien millones de dólares, mientras que UNICEF, el fondo para la infancia tiene dos mil millones. El principal país donante de UNIFEM es… España, que aportó 7.3 millones de euros en el periodo 2006-2007, seguida de Suecia (7 millones), Gran Bretaña (5), Estados Unidos y Noruega.

El portavoz de la misión española ante la ONU José Caballero dijo a Inner City Press, pocas horas antes de anunciarse el nombramiento de Alberdi, que «España no está bien representada en los altos niveles de Naciones Unidas» y anunció que debido a esto «tendremos más y más representación» en el futuro. España contribuye en la actualidad con unos 700 millones de dólares al año a los distintos programas y agencias de la ONU y esta cifra debe crecer, ya que el presidente Zapatero se comprometió en la reciente campaña electoral a aumentar en un cincuenta por ciento la ayuda externa española y llegar al 0.7% del producto bruto antes del fin de la actual legislatura. España se uniría así al reducido grupo de donantes que han alcanzado esta meta, junto a los países escandinavos, Holanda y Luxemburgo.

Pero esto no debiera querer decir, como comentó Inner City Press que «hoy en día en Naciones Unidas hay que pagar para jugar». En el sistema internacional los funcionarios no son representantes de sus países sino empleados públicos mundiales y como tales no deben lealtad a sus gobiernos sino a la carta de las Naciones Unidas. Si las designaciones dependieran de las contribuciones, los ciudadanos de países pequeños o pobres no tendrían ninguna chance en el medio internacional.

Que la administración pública se base en designaciones competitivas y procedimientos transparentes es algo que el PNUD recomienda a todos los países, pero está lejos de aplicar en su propia casa. Así, en el mismo momento en que se anunció la designación de Alberdi a la Unifem, el PNUD anunció la designación del ciudadano indio (y funcionario del Banco Mundial) Ajay Chhibber como administrador asistente del PNUD y director de la oficina regional para Asia y el Pacífico, un cargo de similar o mayor jerarquía que el de Alberdi en Unifem, aunque con muchísimo menos visibilidad política. La simultaneidad de los anuncios es un mensaje diplomático claro… para la India, que no consiguió un puesto pero sí otro equivalente.

Pero no es muy bueno lo que este mensaje dice sobre la gobernanza de las Naciones Unidas. En los próximos días Ban Ki-moon tiene que designar tres miembros claves de su gabinete: el alto comisionado de derechos humanos (en sustitución de la canadiense Louise Arbour), el encargado de operaciones de paz (en sustitución del francés Jean-Marie Guéhenno) y el principal asesor legal (en sustitución del suizo Nicolas Michel), todos ellos con rango de subsecretarios.

Un grupo de organizaciones no gubernamentales le escribió a Ban Ki-moon una carta hace tres semanas solicitándole que «anuncie los procedimientos que utilizará para estas designaciones». Los firmantes afirman que «hay personas altamente calificadas en cada región, filosofía, género y raza» y le sugieren al secretario general que demuestre su compromiso con un mejor gerenciamiento de las Naciones Unidas aplicando buenas prácticas de selección tales como «el anuncio público de las vacantes a llenar, la publicación de la lista de candidatos y la solicitud de opiniones sobre los mismos». «De esta manera –dicen los firmantes– el secretariado evitaría toda apariencia de estar involucrado en acuerdos recíprocos con ciertos estados miembros.»

Este tipo de apariencias no se evitó en el caso de UNIFEM. Y eso complica la tarea de por sí enorme que Inés Alberdi tiene ahora entre manos de elevar a este Fondo a la categoría jerárquica y dotación presupuestal que las mujeres del mundo necesitan y merecen.

* El autor es director del Instituto del Tercer Mundo y co-autor del informe «Unifem: Pasado, presente y futuro» solicitado por el Comité Consultivo del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer.


Este artículo fue publicado Agenda Global, un suplemento semanal que circula los jueves con el periódico La Diaria de Montevideo, Uruguay www.ladiaria.com.uy