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Italia

«Debemos pararles. Para ellos la deuda, para nosotros la revuelta»

Fuentes: Viento Sur

La decisión tomada por Berlusconi de anticipar las cosas, obedeciendo así a los diktats del Banco Central Europeo (BCE) y de los «mercados internacionales», nos revela la hipocresía de las letanías oídas durante estos últimos días. La traducción de la crisis económica es ciertamente lo que nos esperábamos, una enésima masacre social, producida por la […]

La decisión tomada por Berlusconi de anticipar las cosas, obedeciendo así a los diktats del Banco Central Europeo (BCE) y de los «mercados internacionales», nos revela la hipocresía de las letanías oídas durante estos últimos días. La traducción de la crisis económica es ciertamente lo que nos esperábamos, una enésima masacre social, producida por la carrera desenfrenada por la ganancia de un capitalismo que no sabe garantizar ni el bienestar ni la dignidad.

Gracias al apoyo de las políticas dominantes, sean de «centro derecha» o de «centro izquierda» (ver Obama), el capitalismo ha buscado, durante los dos últimos decenios, salvarse él mismo a pesar de su carencia de fuerza propulsiva que le ha hecho acumular una avalancha de deudas. Para evitar la explosión del sistema, los gobiernos han asumido la carga de estas deudas transfiriéndolas a las cuentas públicas. Y, hoy, la cuenta se ha presentado a los trabajadores y trabajadoras, a los jóvenes precarizados, a las mujeres, a los pensionistas.

El hecho de que esta anticipación de las maniobras se haga esencialmente vía deducción fiscal para los más favorecidos y por «reformas» de los sistemas de seguridad social es, por otra parte, significativo. A partir de ahora, la situación corre el riesgo de echar a la miseria a millones de personas mientras las categorías más acomodadas no deberán sacar un euro de su bolsillo. Es la mayoría social la que va a servir de garantía para las ganancias que han sido acumuladas durante todos esos años y para las que lo van a ser todavía.

Frente a esta decisión impuesta por el BCE y sus controladores, la oposición parlamentaria sigue sin respuesta. Farfulla frases incomprensibles mientras se debate entre la «responsabilidad» ordenada por el Presidente y la necesidad de demostrar una diferencia de política que no existe. No existe ninguna alternativa en el seno del Parlamento y es por tanto inútil esperar una señal interesante de ahí. El Parlamento italiano está de hecho controlado por los bancos centrales y los bancos privados.

Signos inquietantes nos vienen también del lado sindical. La CGIL (principal sindicato de oposición, de origen comunista) ha logrado finalmente ser «comisionado» por Cofindustria (federación patronal italiana ndl) en la carrera de la «responsabilidad nacional». Una carrera hecha de saneamiento de las finanzas públicas, de privatizaciones, de liberalizaciones y de reformas del mercado de trabajo. Ahora que el gobierno ha decidido realmente ir en esa dirección, ¿cómo podrá la CGIL seguir justificando su oposición, sobre todo teniendo en cuenta que una de las medidas a aplicar será el saneamiento de las finanzas públicas, lo que equivale a dejar depender el futuro del país de los mercados, es decir de la gran finanza y de la especulación?.

La situación es realmente dramática, pero no por las razones que nos son presentadas por la prensa dominante. La amplitud de las medidas puesta en marcha (30 millardos de recortes son anunciados para 2012, pero se prevén 100 millardos de aquí a 2014) va a traducirse en pobreza, en pérdidas de empleos, en explotación y en indigencia para millones de trabajadores y trabajadoras, de jóvenes, de pensionistas. Una respuesta es necesaria y urgente.

Si una izquierda real, de clase, alternativa, y realmente independiente del Partido Demócrata existe, debe preparar la oposición y decidir movilizar, teniendo en cuenta la gravedad de la situación, para llegar a una huelga de masas, eficaz y generalizada.

Sinistra Critica se ha implicado en serio en la iniciativa «Hay que pararles» («Dobbiamo fermarli»); un llamamiento firmado por representantes sindicales de la CGIL, por militantes de base, activistas sociales, estudiantes, militantes políticos y personalidades. El número de firmantes alcanza ahora el millar. Este llamamiento invita a reunirse en Roma el 1 de octubre para preparar una gran manifestación nacional el próximo 15 de octubre.

El corazón de esta iniciativa es el llamamiento a «no pagar la deuda por ellos», recortando en los gastos militares, por la defensa y la reconquista de las conquistas del mundo del trabajo, de poner bajo tutela pública los bienes comunes y extender la democracia. Si el objetivo es realmente sanear las finanzas públicas, entonces es preciso coger el dinero de donde está: de las ganancias y las rentas capitalistas imponiendo una investigación patrimonial y eficaz contra las grandes riquezas, conocidas pero ocultadas.

Pero la movilización debe comenzar antes, desde finales del mes de agosto, con asambleas, reuniones, concentraciones, acciones simbólicas y todo lo que pueda servir para expresar la oposición difusa de la mayoría social frente a las maniobras económicas del establishment.

17/08/2011

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR

http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=4272