Empresas privadas llevan a cabo actividades madereras y petroleras en distrito de Toledo sin consulta previa a comunidades afectadas. En un comunicado emitido el 6 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación sobre la situación de los derechos humanos de las comunidades indígenas mayas en el distrito de Toledo, al […]
Empresas privadas llevan a cabo actividades madereras y petroleras en distrito de Toledo sin consulta previa a comunidades afectadas.
En un comunicado emitido el 6 de mayo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación sobre la situación de los derechos humanos de las comunidades indígenas mayas en el distrito de Toledo, al sur del país.
Según la CIDH, el gobierno de Belice ha otorgado concesiones madereras y petroleras a empresas multinacionales en tierras ancestrales mayas sin consultar previamente a las comunidades indígenas, lo cual ha puesto en peligro los recursos naturales que son esenciales para su sobrevivencia.
En el 2004, las comunidades indígenas mayas del distrito de Toledo presentaron a la CIDH la petición N° 12.053 en la cual denunciaban que el Estado de Belice había violado la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre «con respecto a las tierras tradicionalmente usadas y ocupadas por el pueblo maya, al otorgar concesiones madereras y petroleras en esas tierras y por no proteger por otras razones dichas tierras, no reconocer y garantizar los derechos territoriales del pueblo maya a dichas tierras y no otorgar al pueblo maya la protección judicial de sus derechos e intereses en las tierras debido a las demoras en los trámites judiciales por ellos instituidos».
En respuesta a ese caso, la CIDH emitió un informe que encontró, entre otros aspectos, que el Estado de Belice había violado el derecho de las comunidades «al no adoptar medidas efectivas para delimitar, demarcar y reconocer oficialmente el derecho de propiedad comunal a las tierras que han ocupado y usado tradicionalmente» y recomendó «delimitar, demarcar y titular el territorio a través de una consulta previa, libre e informada, y hasta entonces, abstenerse de cualquier acto que pudiera afectar estos territorios».
Sin embargo, en todos estos años, el gobierno beliceño nunca respondió a los numerosos pedidos de la CIDH solicitando información sobre el cumplimiento de esas y otras recomendaciones presentadas anteriormente.
En 1998, las comunidades indígenas presentaron una petición a la CIDH que llegó a la conclusión que el Estado de Belice había violado importantes derechos de las comunidades indígenas al autorizar la tala y el desarrollo de la actividad petrolera en territorios ancestrales mayas. La CIDH instó al gobierno a proteger los derechos colectivos del pueblo Maya y que reconozca y proteja legalmente los derechos comunitarios sobre sus tierras. También demandó a las autoridades se consulte a las comunidades antes de realizar cualquier actividad en sus tierras.
Dos años antes, el Ministerio de Recursos Naturales había otorgado dos concesiones madereras a empresas multinacionales, que talaron más de 200,000 Ha de bosques en el distrito de Toledo. Las comunidades mayas entablaron una demanda ante la Corte Suprema de Belice, pero el caso continúa sin ser resuelto hasta el momento.
En el 2000, el gobierno firmó con líderes indígenas el llamado «Acuerdo de 10 puntos», que reconoce los derechos del pueblo Maya a los recursos y territorios ancestrales. Sin embargo, las autoridades han continuado otorgando concesiones madereras y petroleras en los territorios indígenas.
La CIDH ha insistido que la obligación de consultar a las comunidades es un importante paso que el gobierno debe cumplir y que se debe obtener su consentimiento antes de aprobar cualquier acción administrativa o legislativa que las afecte. La participación efectiva de los pueblos indígenas a través de sus propias organizaciones también es requisito para la implementación de cualquier plan, ya que garantiza su sobrevivencia individual y colectiva.
Belice fue hogar de los más antiguos asentamientos mayas y un importante centro comercial de esta antigua civilización que se extendió desde México hasta El Salvador entre los años 1000 AC y 900 DC. El número de comunidades mayas fue siempre alto en Belice, sin embargo, en el siglo XIX se incrementó significativamente a raíz de la expropiación masiva de tierras indígenas en Guatemala que dio lugar a la migración.
De los 28 grupos mayas que actualmente existen, tres están ubicados en Belice: Yucateco, Mopan y Kekchi, que se dedican en su mayoría a la agricultura de subsistencia.
Fuente: http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=6824