La siempre sonriente jefa de Essalud, Fiorella Molinelli, declaró hace más de una semana, bien oronda, “…que el Coronavirus no es letal y puede tratarse en casa…hemos trabajado como en China…la muestra la hace el INS y en 24 horas se dan los resultados…y tranquilidad total…”, (Tv Perú, 09/03/20). Tranquilidad la de ella, porque si bien es cierto que el paciente 0 fue declarado de alta, pues, los demás no tuvieron la misma suerte. Y ya vamos por el quinto fallecido. Y según informa el Colegio Médico, van 10 médicos infectados y 80 aislados, sin que de parte del gobierno haya una respuesta contundente al respecto.
Por estas razones, varios Gremios Unidos de EsSalud exigen que, “… Fiorella Molinelli, presidenta del Seguro Social de Salud, sea removida de su cargo ante la emergencia sanitaria que atraviesa el Perú por el coronavirus…aducen que EsSaludtiene que ser manejada por un profesional de la salud y no puede ser botín de aventureros; asimismo, expresan que la institución se ha llenado de gestores políticos…que los hospitales Rebagliati y Almenara recién se están habilitando y que las pruebas de muestra recién se efectivizan al cuarto día y que el personal médico debe pasar esa prueba inmediatamente… ”, (El popular, 22/03/20).
Y en efecto, Mollinelli, es economista de profesión y según su hoja de vida fue funcionaria de gobiernos “neoliberales” como el de Alan García como asesora de OSINERGMIN (2006-2013), asesora del Congreso (2012) durante la gestión humalista de Daniel Abugattas y asesora del MEF (2013-2014), durante la gestión de Miguel Castilla.
Así las cosas, Mollinelli, no tienen ningún estudio sobre salud. Al parecer, el único mérito que tendría la jefa de ESSALUD es ser parte de la corona de la camarilla del presidente Vizcarra ya que Mollinelli fue viceministra en Transportes cuando el actual mandatario era jefe de esa cartera. Además, Mollinelli, está comprendida en un juicio por el affaire Chincheros, donde se vislumbró un grave conflicto de intereses (donde Mollinelli firmó una adenda al contrato con un privado donde el Estado prácticamente financiaba casi todo el proyecto y donde cualquier error, el Estado se hacía responsable), que produjo la marcha atrás del gobierno de PPK sobre la construcción del aeropuerto.
Horas después y con el pretexto del Estado de Emergencia y la lucha contra el contagio del Covid-19, fueron detenidos por la policía dirigentes del sector médico como el Dr. Teodoro Quiñones Sánchez, Sec. Gral. del Sindicato de Médicos de ESSALUD, y la Lic. Marlene Vargas, Sec. Gral del SINESSS, entre otros (en la reunión también se encontraba el congresista etnocacerista Posemoscrowte Chagua), que justamente estaban demandando lo que señalamos líneas arriba (Prensa Latina, 22/03/20).
Esta intervención policial si bien es cierto puede enmarcarse dentro del marco del Estado de emergencia, tiene un carácter represivo porque quiere callar cualquier denuncia de un sector estratégico como es el de los gremios médico y de enfermeras, que son los más vulnerables y que tiene en su haber cerca de 100 infectados/aislados por la incompetencia de los responsables de las carteras respectivas como la pro capitalista Molinelli.
Lo que no se comprende es como el hombre que se jacta de “luchar contra la corrupción” como Martin Vizcarra, siga defendiendo a una mujer que está involucrada hasta el tuétano en un caso tan escandaloso como el de Chincheros, y que según, periodistas como Diego Pereira, “…Fiorella Molinelli —quien firmó la adenda— es mencionada hasta en dos correos, como precisa aquí La República. Junto con ella, son en total 13 exfuncionarios del MTC, Ositran y Kuntur Wasi quienes están siendo investigados por colusión agravada. Este delito sanciona la concertación entre un particular y un funcionario público. Su forma agravada implica que esta, además, se hizo causando un perjuicio al Estado. Y repetimos: Molinelli tiene una investigación preparatoria formalizada en la Fiscalía. No obstante, sigue a cargo de EsSalud…”, (Utero.pe, 21/10/19).
Finalmente, es un menester que los gremios sociales y sindicales y la oposición política, denuncien la tendencia represiva y antidemocrática que se está imponiendo con el Estado de Emergencia, que opera como un pensamiento único “neoliberal” represivo y delicado contra los sindicatos, en un marco de contradicciones e incertidumbres en las alturas y del colapso del sistema sanitario nacional.