La reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE, prevista para el 16 de junio en Luxemburgo, donde se tratará un posible levantamiento de las sanciones a Cuba, ha levantado todas las alarmas de Washington quien no está ahorrando esfuerzos en boicotear cualquier acercamiento entre Europa y la isla. Se trata de sanciones establecidas […]
La reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE, prevista para el 16 de junio en Luxemburgo, donde se tratará un posible levantamiento de las sanciones a Cuba, ha levantado todas las alarmas de Washington quien no está ahorrando esfuerzos en boicotear cualquier acercamiento entre Europa y la isla. Se trata de sanciones establecidas bajo la inspiración del eje Aznar-Bush en 2003 tras la detención de 75 cubanos condenados por colaboración con una potencia enemiga al descubrirse que trabajaban para Estados Unidos y que están suspendidas desde 2005.
Ya el pasado mes de abril, la Casa Blanca envió de gira por Europa a su hombre para Cuba. Se trata de Caleb McCarry, nombrado por George Bush en el denominado Plan para la Transición en Cuba, en julio de 2005, procónsul para la isla, algo así como aquel Paul Bremen que designaron para Iraq.
La gira de McCarry comenzó el 10 de abril e incluyó Berlín, Bruselas, Oslo, Estocolmo y Madrid, si bien, a diferencia de otras ocasiones, la tónica dominante fue una discreción rayana con la clandestinidad puesto que en algunos casos sus visitas no fueron anunciadas ni publicitadas. Esto confirma que se trataba de una labor de zapa y lobby más que de llevar a la opinión pública europea una posición de enfrentamiento contra Cuba que saben de antemano que no tendrá acogida por la ciudadanía europea.
El pasado 4 de junio, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, ya hizo públicas las presiones de la Administración Bush pidiendo a la Unión Europea que mantenga las sanciones contra Cuba.
No es esta la única información que se ha conocido de las presiones estadounidenses a los europeos. En un documento no público enviado por la Administración Bush a las autoridades de la UE se adopta sin ambages el discurso coercitivo en el que Estados Unidos se adscribe el derecho a exigir un cambio de gobierno en Cuba:
«Instamos a la UE a que garantice que los intereses de la UE de promover un transición democrática y los derechos humanos fundamentales en Cuba se coloquen en el primer plano de su política».
Comienzan previamente insinuando que la UE no cambie su posición:
«El gobierno de Estados Unidos reconoce que la Unión Europea (UE) está actualmente examinando su Posición Común sobre Cuba. Les instamos a que sean pacientes antes de que la UE tome alguna acción para eliminar las medidas restrictivas que fueron suspendidas en 2005, que podría legitimar al gobierno Raúl Castro».
Incluso sugieren a Europa que siga chantajeando mediante las sanciones al gobierno cubano:
«Les instamos a que utilicen colectivamente el debate sobre las medidas restrictivas para promover silenciosamente acciones concretas en materia de derechos humanos del gobierno cubano, tales como la ratificación y aplicación del pacto internacional sobre derechos civiles y políticos, y la liberación incondicional de todos los prisioneros políticos».
Los miembros de la UE están divididos respecto a Cuba. Si bien la gran mayoría de los países es partidaria del acercamiento, en especial España, un grupo de naciones ex comunistas de la Europa Oriental, liderados por la República Checa se han alineado con Washington. Se trata de los mismos que se pusieron a su disposición para las cárceles clandestinas de la CIA y que más apoyaron los vuelos con secuestrados de la agencia estadounidense. A cambio, la administración Bush ha destinado millonarios recursos a los grupos anticubanos de estos países y apoyado a sus gobernantes en diferentes foros internacionales.
Sin embargo, no parece que lo tengan fácil los sectores anticubanos. Recientemente e l comisario responsable de Cooperación al Desarrollo, Louis Michel, ya se pronunció por la eliminación de las sanciones adoptadas por la Unión Europea contra Cuba: «El objetivo es normalizar cuanto antes nuestras relaciones».
Michel viajó a La Habana el pasado mes de marzo. «Creo que el compromiso constructivo y el diálogo constituyen la mejor vía para alcanzar nuestros objetivos respectivos (de la UE y de Cuba). Por este motivo, ya me he expresado a favor de la eliminación de las medidas de 2003, que de todas formas están suspendidas y que ya no se aplican», dijo Michel en un discurso ante una conferencia organizada por el Grupo de Amistad y Solidaridad con el Pueblo de Cuba de la Eurocámara, presidido por el diputado socialista Miguel Ángel Martínez y del que forma parte también el representante de Izquierda Unida Willy Meyer.
El comisario de Cooperación al Desarrollo aseguró que la UE y Cuba comparten el mismo objetivo: «la normalización, lo antes posible, de nuestras relaciones». Pero dijo que las sanciones de 2003 impiden avanzar en este sentido. «Para Cuba, la existencia misma de estas medidas es un obstáculo para normalizar las relaciones. Su supresión es una condición sine qua non para retomar el diálogo político formal con la UE y la cooperación con la Comisión», explicó.
Por otro lado, la promoción de la democracia y el respeto de las libertades fundamentales y de los Derechos Humanos se discuten en las reuniones con todos los socios internacionales de la UE, y dijo que «no hay motivos para no hacer lo mismo con las autoridades cubanas».
Cuba ha firmado recientemente el Pacto Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos y del Pacto Internacional sobre Derechos Sociales, Económicos y Culturales o la visita del enviado especial de la ONU para el derecho a la alimentación.
Por su parte, la sociedad civil europea no ha dejado de exigir el fin de las sanciones. El pasado mes de mayo 40 organizaciones y más de 30 personalidades difundieron una carta abierta dirigida a las máximas autoridades de la UE y de la comisión y el parlamento europeos pidiendo la normalización de las relaciones. Entre los firmantes están la Red Europea de Organizaciones No Gubernamentales de Cooperación al Desarrollo y la Red Medicuba Europa, así como agrupaciones de Alemania, Bélgica, España, Francia, Grecia y otros países.
A título personal suscribieron el texto una treintena de profesores universitarios, políticos, periodistas, investigadores y profesionales de diversas naciones europeas.
En España, donde el desarrollo de la situación cubana es seguido muy de cerca por los ciudadanos, 72 asociaciones de amistad con Cuba pidieron en su Encuentro Estatal en Sevilla el pasado 2, 3 y 4 de mayor el fin de las medidas de castigo de la UE