El último que faltaba por unirse a la fiesta de Ucrania era… el FBI. El oligarca ucraniano Dmitri Firtash ha sido arrestado en Austria por una orden de detención solicitada por un tribunal norteamericano. Las primeras informaciones indican que el magnate está acusado de pertenecer a una organización criminal. En otras, se cita una acusación […]
El último que faltaba por unirse a la fiesta de Ucrania era… el FBI. El oligarca ucraniano Dmitri Firtash ha sido arrestado en Austria por una orden de detención solicitada por un tribunal norteamericano. Las primeras informaciones indican que el magnate está acusado de pertenecer a una organización criminal. En otras, se cita una acusación de soborno. También se dice que el FBI llevaba investigándole desde 2006 y que está en el origen de la detención.
De Firtash escribí ayer en el artículo sobre los oligarcas ucranianos. Recordaba su reunión con el embajador de EEUU en 2008, desvelada por Wikileaks, en la que el empresario admitió que en el inicio de su carrera se relacionó con mafiosos rusos, en especial con uno muy poco recomendable:
«El embajador preguntó a Firtash por sus presuntos contactos con los jefes del crimen organizado ruso, como Semión Mogilevich. Firtash dijo que muchos occidentales no comprendían cómo era Ucrania tras la ruptura de la Unión Soviética, y añadió que cuando un Gobierno no gobierna, el país se rige por ‘las leyes de la calle’. Comentó que era imposible tener tratos de ningún tipo con el Gobierno si no te reunías a la vez con algún miembro del crimen organizado. Firtash reconoció que necesitó, y recibió, el permiso de Mogilevich para poner en marcha varios negocios, pero negó tener una relación estrecha con él».
Mogilevich es un pájaro de mucho cuidado. Sólo su entrada en la Wikipedia daría para varias películas. Nacido en Ucrania, lleva mucho tiempo residiendo en Moscú y, para el FBI, es uno de los principales capos de la mafia rusa. Por tal motivo, figura en la lista de los diez criminales más buscados.
Sin embargo, esa conexión entre ambos era conocida desde hace tiempo. También la sospecha de que Mogilevich tiene intereses en el mayor empresa que dirige Firtash.
El empresario no ha estado escondido en Ucrania todo este tiempo. Ha viajado al extranjero en varias ocasiones, por ejemplo al Reino Unido, donde financió una cátedra de estudios ucranianos en la universidad de Cambridge e hizo otras donaciones. Por eso, fue invitado a formar parte del consejo de patrocinadores de la universidad (la foto, con el príncipe duque de Edimburgo, pertenece a ese acto).
No tardarán en decir que la petición del FBI para que sea detenido no tiene nada que ver con los acontecimientos de Ucrania. Faltaría más. Qué sospecha tan absurda.
Hay algunos hechos que se pueden comentar al respecto. Firtash es uno de los oligarcas más ricos de su país, y hasta no hace mucho era un fiel aliado de Yanukóvich. Fundamentalmente, era un enemigo declarado de Yulia Timoshenko, a la que desde luego le encantará la noticia de su arresto.
Como comentaba ayer, los magnates habían comenzado a separarse de Yanukóvich incluso antes de que comenzara la revuelta contra el presidente ahora destituido. No tengo pruebas para estar seguro, pero, según Der Spiegel, Firtash había decidido apostar por el exboxeador Vitali Klitschko como alternativa de futuro. Klitschko es el principal competidor en el campo conservador y liberal del partido de Timoshenko y del actual primer ministro en funciones Yatseniuk. Y el Departamento de Estado no ha escondido lo mucho que le gusta Yatseniuk, al que ya han recibido en Washington Obama y Kerry. Como exministro de Economía y exgobernador del banco central, Yatseniuk es el tipo de tecnócrata dispuesto a negociar con el FMI al que EEUU querría ver al frente del Gobierno después de las próximas elecciones.
Otro detalle que conviene aclarar. Los oligarcas rusos habrán recibido el mensaje. No importa cuánto dinero tengas, cuántas propiedades en el extranjero o cuántos honores hayas recibido. No importa qué protección te conceda Putin. Algún día viajarás al extranjero y te estaremos esperando.