Convocada por los dos principales sindicatos, ADEDY (el sector público, que representa 750.000 trabajadores y trabajadoras) y GSEE (sector privado), una nueva huelga de 24 horas paralizó Grecia el pasado miércoles 15 de diciembre. Esta huelga, que ha tenido un impacto elevado en los transportes aéreos, marítimos y ferroviarios, estaba destinada a protestar contra el […]
Convocada por los dos principales sindicatos, ADEDY (el sector público, que representa 750.000 trabajadores y trabajadoras) y GSEE (sector privado), una nueva huelga de 24 horas paralizó Grecia el pasado miércoles 15 de diciembre. Esta huelga, que ha tenido un impacto elevado en los transportes aéreos, marítimos y ferroviarios, estaba destinada a protestar contra el nuevo paquete de medidas de austeridad del gobierno «socialista» de Georges Papandreu, y en particular contra dos reformas de la legislación del trabajo, aprobadas con urgencia por el parlamento griego en una sesión nocturna el 14 de diciembre.
Estas reformas, impuestas por el FMI y la Unión Europea, prevén una reducción salarial del 10 al 25% en las empresas públicas deficitarias como los ferrocarriles, los transportes urbanos y la televisión pública. Instaura un verdadero chantaje: ¡bajada del salario o despido! La otra reforma ataca frontalmente a las negociaciones colectivas haciendo ya primar el acuerdo de empresa sobre los convenios colectivos sectoriales, abriendo así el camino a un igualación por abajo de las condiciones de trabajo y salariales, autorizando particularmente reducciones de salarios al nivel del salario mínimo.
Además del sector de los transportes, la huelga ha tenido una tasa de participación elevada en la enseñanza, el sector de la salud, la justicia, los bancos, correos y el sector de la electricidad. Los farmacéuticos, abogados, ingenieros civiles y los periodistas de la prensa escrita y audiovisual se han sumado también al movimiento. Según el sindicato GSEE, la huelga ha sido casi total en las refinerías, los astilleros, los puertos, el sector de la energía y en numerosas empresas industriales.
En Atenas se han manifestado unas 50.000 personas y varios miles en otras ciudades del país. Cerca del parlamento griego, el exministro de derechas de transportes y excomisario europeo Kostis Hatzidakis ha sido verbal y físicamente agredido por 200 manifestantes a los gritos de «¡ladrón!» y de «¡sinvergüenza!». La policía ha cargado brutalmente usando gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Grupos de jóvenes se han enfrentado con los policías con cóckteles molotov y han sido incendiados un piso del ministerio de hacienda, algunas oficinas del parlamento así como algunos coches.
La víspera de la huelga, Ilias Iliopoulos, el secretario general del sindicato ADEDY, que reclama «la retirada del memorándum de acuerdo con la UE y el FMI y el abandono de las políticas contra los trabajadores», advirtió al gobierno de que tendrán lugar nuevas movilizaciones durante el período de navidad: «Hay que enviar al gobierno el mensaje de que no aceptamos las medidas que nos llevan a la pobreza y al paro. ¡No vamos a bajar los brazos!». Los sindicatos de la función pública y del sector privado han llamado así a la movilización contra el proyecto de presupuestos para 2011, que el parlamento examinará la próxima semana y que prolonga la austeridad drástica impuesta a los trabajadores y trabajadoras griegos.
18/12/2010
Traducido por Faustino Eguberri para VIENTO SUR