Los primeros días de abril de 1944 las paredes de París amanecieron cubiertas de quince mil carteles rojos que portaban los rostros de diez de los veintitrés partisanos fusilados en febrero del mismo año. Con estos carteles, en los que se calificaba a los activistas de criminales, la propaganda nazi pretendía desvirtuar su lucha e […]
Los primeros días de abril de 1944 las paredes de París amanecieron cubiertas de quince mil carteles rojos que portaban los rostros de diez de los veintitrés partisanos fusilados en febrero del mismo año. Con estos carteles, en los que se calificaba a los activistas de criminales, la propaganda nazi pretendía desvirtuar su lucha e insultar su recuerdo. No sirvió de nada. Los nombres de los hombres y mujeres que, desde las filas de la MOI (Mano de Obra Inmigrante), combatieron el fascismo en la Francia ocupada, perviven hasta nuestros días como ejemplo de valentía y dignidad. Este libro narra las vivencias de judíos, polacos, húngaros, búlgaros, austríacos y alemanes, poetas de la acción, que mataron y murieron en nombre de la libertad cuando más se necesitaba.
Sobre el autor
Philippe Ganier Raymond es el autor de Rideau étranglé (Fayard) y de dos novelas, Rien que la guerre y Les Chanteurs de cordes (Balland). Para El cartel rojo, la obra que narra la vida de los partisanos extranjeros, llevó a cabo una larga investigación por toda Europa con el fin de recoger no sólo los documentos necesarios, sino también los testimonios de los familiares de las víctimas y de sus jefes militares y civiles.
«Philippe Garnier-Raymond se fue a Bielorrusia. La enfermedad y la muerte le impidieron escribir su reportaje. Pero aún tuvo tiempo de contarnos cuánto le sobrecogieron la humanidad y las preocupaciones de este pueblo. Philippe atravesaba los pueblos con paso decidido, como todos los grandes reporteros. Pero los amaba. A menudo hablaba sus lenguas. Los estudiaba desde dentro y en cada viaje trababa amistades duraderas. La muerte de este loco de la libertad aflige a mucha gente en Praga, en Bucarest, en Moscú y también en Madrid. En 1978 acosó, hasta su retiro madrileño, a Darquier de Pellepoix, ex comisario para asuntos judíos del Gobierno de Vichy. Gracias a esa entrevista estremecedora se supo que René Bousquet había sido el verdadero responsable de la gran redada de los días 16 y 17 de julio de 1942. Fue a raíz de las confidencias arrancadas a un verdugo que historiadores tales como Paxton, Marrus y Klarsfeld, pudieron establecer las complicidades francesas en la solución final. Con Garnier-Raymond no sólo lloramos por el amigo, también lloramos por un hombre de convicciones, por un aventurero riguroso».
Philipe Ganier Raymond. El cartel rojo. Editorial Txalaparta. http://www.txalaparta.com