El Tribunal Constitucional italiano decidirá esta noche o mañana por la mañana si Silvio Berlusconi puede ser procesado antes de que termine su mandato como primer ministro (2013), a pesar de una ley que aprobaron los conservadores por la que los cuatro primeros cargos del Estado gozan de inmunidad. Gianfranco Fini, presidente del Congreso y […]
El Tribunal Constitucional italiano decidirá esta noche o mañana por la mañana si Silvio Berlusconi puede ser procesado antes de que termine su mandato como primer ministro (2013), a pesar de una ley que aprobaron los conservadores por la que los cuatro primeros cargos del Estado gozan de inmunidad. Gianfranco Fini, presidente del Congreso y del mismo partido de Berlusconi, renunció al privilegio la semana pasada, en un gesto polémico. De ser procesable, Berlusconi debería responder de constitución de fondos ilegales (por la compra de derechos cinematográficos) y corrupción de testigo ante los jueces, dos procesos parados actualmente en Milán.
La más alta instancia judicial italiana debe decidir si la ley es o no conforme a la Constitución, resolviendo el recurso presentado por la fiscalía de Milán, que alega que todos los ciudadanos deben ser iguales ante la ley. La defensa del primer ministro sostiene por su parte que una declaración de inconstitucionalidad podría dejarle indefenso y obligarle a presentar la dimisión.
Según filtraciones recogidas por la prensa italiana, los 15 jueces del Constitucional lamentan el cariz político que se está dando a su sentencia, para la que, por otra parte, no tienen una visión unánime. Ello puede aplazar su decisión.
El «caso Mondadori»
El suspense por lo que decida el Constitucional va acompañado de un profundo malestar de los conservadores por otra sentencia, emitida en firme por un tribunal civil de Milán, por la que la editorial Mondadori (propiedad de Berlusconi) debe indemnizar con 750 millones de euros a Carlo De Benedetti, editor del grupo Espresso-La Repubblica. El proceso penal por la compra de Mondadori ya concluyó ante el Supremo con la condena definitiva de Cesare Previti, parlamentario, abogado y exministro de Berlusconi, y del juez de Roma Vittorio Metta. Este último fue quien en su día resolvió el contencioso sobre la propiedad de Mondadori con una sentencia favorable a Berlusconi cuyas disposiciones el tribunal reconoció como redactadas en el despacho del letrado de Berlusconi.
Zanjado el aspecto penal con la expulsión de Previti del Parlamento y de Metta de la judicatura, el tribunal civil impone ahora una indemnización equivalente al precio que la editorial tenía en 1991. Berlusconi dijo estar «desconcertado» por esta «barbaridad jurídica» y los conservadores amenazan con manifestarse por la calles contra el «ataque concéntrico» que sufre a su juicio el primer ministro.