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El creacionismo se prepara para asaltar Europa

Fuentes: Diagonal

Las comunidades científicas y académicas de Italia y Reino Unido ya han tenido que encajar los primeros embates de esta nueva ola de intervencionismo religioso contra las teorías de la evolución.

Un auditorio abarrotado, enardecido, escucha y jalea a Nazareth Casti Rey. «¡Dicen que somos de la evolución ! ¡Dicen que somos parientes del mono ! ¡Dicen que somos de la nada ! Bueno, pues lo dicen porque unos cuantos hombrecitos, mentirosos, sabelotodos, inventores de falacias, se lo han dicho y ellos se lo han creído ; que son del mono. Pero quiero decirles (…) que el mono y la mona producen monitos, hasta hoy». Nazareth tenía seis años y su homilía, en Puerto Rico, sembrada de pausas dramáticas y una indisimulada ironía, le hizo mundialmente famoso como el ‘niño predicador’ en YouTube.

La iracundia precoz del pequeño Nazareth en el vídeo de YouTube podría pasar por una mera anécdota antropológica. Una ocurrencia discursiva en las atomizadas sectas evangélicas que siembran Latinoamérica. Pero no. Aunque el debate está infectado de ‘trolls’ (internautas que buscan reventar la discusión con exabruptos), los comentarios al vídeo exhiben una bronca encendida, furiosa, y cierta entre quienes comulgan con las revelaciones del muchacho y quienes aseguran, burlescos, que el espectáculo del pequeño confirma que somos primates.

La evolución del creacionismo

El creacionismo, qué paradoja, ha ido evolucionando. En la Edad Media quería explicar el don divino del alma humana. Luego llegó a convivir simpáticamente con las primeras explicaciones de Darwin en forma de teísmo evolucionista. Pero al final ha terminado por designar a la proposición pseudocientífica neocon que defiende la literalidad del Génesis bíblico y pretende falsearlo con técnicas propias de las ciencias naturales.

Nazareth insiste y corola un monólogo inspirador : «¡La gallina y el gallo producen pollitos ; y los peces, pececitos ; y la nada no es nada !». ¿Asistimos a un renacimiento del integrismo cristiano ? Y si es así, ¿amenaza el consenso público sobre la prevalencia de la ciencia ?

Este nuevo integrismo se reavivó en EE UU, si es que alguna vez se apagó, pero en Europa cierta tradición académica y laicista parecía ahuyentar cualquier veleidad pseudocientífica lejos de las escuelas. En junio del año pasado, el Consejo de Europa emitía un demoledor informe titulado Los peligros del creacionismo en la Educación. Sin embargo, científicos, profesores y estudiantes ya habían tenido que salir a las calles de Italia en 2004 para frenar el intento de Berlusconi de echar a Darwin fuera de clase en los niveles de enseñanza media.

En el Reino Unido una red de escuelas incluyó preguntas sobre el creacionismo en un examen de Ciencias en 2007 y este mes Michael Reiss, un eminente miembro de la Royal Society británica, ha tenido que dejar su cargo después de defender, en la Feria de la Ciencia de Liverpool, que el creacionismo se incluyese en el currículo escolar como otra «idea sobre el mundo».

Hundido en un trajecito que le viene enorme, el chico apóstol mantiene en éxtasis a una parroquia de miles de fieles que vibran con la reivindicación ontológica de Nazareth : «¡A mí no me trajo la cigüeña ! ¡Yo no soy de la Evolución ! ¡Yo no soy pariente del mono !». La amenaza del creacionismo, ¿puede llegar a España ? Lo cierto es que ya lo ha hecho. En enero, los doctores Tom Woodward y Geoffrey Simmons vinieron a España para criticar el darwinismo ante quienes quisieran escucharles en universidades de Barcelona, Málaga, Madrid, León y Vigo. Simmons y Woodward pertenecen a la asociación estadounidense Médicos y Cirujanos por la Integridad Científica (PSSI) y son dos de los más afamados líderes de opinión en el bando conservador del debate.

«¿Cómo se explica la aparición de fósiles marinos en alta montaña ?», le preguntaron a Woodward en Barcelona. «Existen dos teorías : la de que se debe a movimientos de rocas a lo largo del tiempo, o aquella en la que yo creo, que es la del Diluvio Universal», contestó.

En la recién clausurada Expo de Zaragoza la delegación del Vaticano logró colar como coloquio científico una conferencia sobre el diseño inteligente. Esta versión del creacionismo antievolución predica que la complejidad del universo se entiende mejor si se atribuye su invención a un agente intelectual, que resulta ser muy parecido al Dios de las religiones monoteístas. El propio Benedicto XVI ha asegurado que la teoría de la evolución no se contradice con el Génesis y, con vaivenes ideológicos y la enrevesada retórica del Vaticano, que sigue su propia lógica, no termina de apoyar los postulados creacionistas del diseño inteligente.

Ciencia y religión

Algunos parecen desoír la llamada del pastor de la Iglesia y siguen por su propia senda. Preguntado por la BBC, Miguel Andrés Costa, de la Universidad católica CEU-San Pablo defiende, por ejemplo, que «el neodarwinismo es una teoría que todavía tiene muchas lagunas. Nos dan por hecho una serie de teorías científicas, pero una teoría tiene sus fallos». «Lo que no puede admitir la Iglesia es que una dimensión espiritual, es decir, capacidades humanas como el amor, la inteligencia o la libertad, puedan surgir de la materia», remata. Nazareth acalora su proclama ontológica. Grita, se crece y levanta a quienes le escuchan : «¡A mí me creó Dios en el vientre de mi madre !».

Otros sostienen que el mundo ha sido creado por un todopoderoso plato invisible de tallarines : el Monstruo de Espagueti Volador, y que Él se ha encargado de sembrar la tierra de falsas pruebas sobre la evolución. «El que tenga oídos que oiga (Mt, 13, 43)».


Sarah Palin, una soldado de Dios

El 29 de agosto, el candidato republicano a la Presidencia de los EE UU zanjaba el suspense : junto a McCain, la fórmula para asaltar la Casa Blanca incluiría a una tal Sarah Palin, la perfecta desconocida que gobernaba Alaska. Los focos la iluminaron. Pero no sólo ellos. Palin se opone a la interrupción voluntaria del embarazo, es contraria al matrimonio homosexual, cree que la invasión de Iraq era una misión encomendada por Dios a los líderes de EE UU y, cómo no, defiende que el Creacionismo debe enseñarse en las escuelas, junto a la Evolución : «Enseñemos ambas, es decir, no hay que tener miedo a la información. El debate saludable es muy importante y muy valioso en nuestras escuelas. Mi opinión es que se enseñen ambas». Según publicaba recientemente F. William Engdahl en Global Research, Sarah Palin ha pertenecido durante más de 25 años a una iglesia de Alaska que forma parte de un proyecto fanático de culto cristiano. Palin provendría de la corriente más radical del evangelismo, conocida como Ejército de Joel, parte de lo que se llama dominionismo, en ocasiones conocido como Movimiento de la Lluvia Tardía o Manifestación de los Hijos de Dios. Esta corriente tiene fe en que cuando se acabe el mundo «habrá una efusión de poderes sobrenaturales sobre un grupo de cristianos que tendrán autoridad sobre la Iglesia existente y el mundo. Los cristianos creyentes del mundo serán reorganizados bajo el Ministerio Quíntuplo y la iglesia reestructurada bajo la autoridad de profetas y apóstoles y otros ungidos por Dios. La joven generación formará el Ejército de Joel para que se alce y combata el mal y recupere la Tierra para Dios», explica Engdahl.


La Iglesia Anglicana evoluciona

Se acerca el 200º aniversario del nacimiento de Darwin y el 150º aniversario de la publicación de El Origen de las especies, su obra fundamental. Darwin era inglés y la Iglesia de Inglaterra siente que le debe una disculpa. La web del cisma anglicano ha dedicado toda una sección a reconstruir sus opiniones sobre las teorías de Darwin sobre la evolución : www.cofe.anglican.org/- darwin/. Y entre los artículos publicados destaca el del reverendo Malcolm Brown, director de Asuntos Públicos y Misión. En su texto, titulado La buena religión necesita buena ciencia, Brown desgrana los errores cometido por su Iglesia en el trato dado a la Teoría de la Evolución y cierra con una disculpa pública. «Charles Darwin : 200 años después de tu nacimiento, la Iglesia de Inglaterra te debe una disculpa por malinterpretarte y por, además de tener una reacción equivocada, haber animado a otros a no comprenderte tampoco. Tratamos de practicar la antigua virtud de ‘fe buscando la comprensión’ y confiamos en que esto suponga una reparación».