Dos noticias de dos resistentes, uno en Alemania, el otro en Italia por la laicidad
Con un escrito de una sola página, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo ha desestimado con carácter definitivo y sin argumentación ni vista alguna la demanda del Dr. Peter Nittmann contra Alemania, referente al impuesto eclesiástico forzoso recaudado a cargo de los desempleados sin confesión religiosa, en base al Concordato de Hitler. Lo único que dice el escrito es que no existe «ninguna apariencia» de una violación de la Convención Europea de los Derechos Humanos (como si se tratara de una queja injustificada). Se evita cuidadosamente cualquier tipo de explicación en el escrito del tribunal de justicia. Éste se limita simplemente a comunicar que no desea más notificados en esta cuestión, y que en un año destruirá el acta. Este formulario cumplimentado, firmado por algún empleado, es, después de tres años de completa inactividad por parte del tribunal de justicia, la única respuesta que el Dr. Nittmann ha recibido a las sesenta páginas del minucioso y justificado escrito de demanda y a las miles de firmas de solidaridad procedentes de todo el mundo que se adjuntaron a la copia. La demanda fue rechazada, por tanto, en una vista secreta, que no ha sido ni será nunca vista en Estrasburgo, y el acta -en vista de la importancia del caso y de su eco internacional, sin duda un documento histórico- ¡deberá ser destruida sin dejar huella! ¡Qué comportamiento tan despreciable! No se puede aceptar primeramente una demanda y declarar tres años más tarde, para eludir la responsabilidad, que ésta nunca será vista ni se dictará sentencia sobre ella. ¡Ya lo podían haber dicho de inmediato! Este modo de proceder es un insulto para el Estado de Derecho y un preludio de lo que nos espera en la futura UE.
Este papelucho de cuatro párrafos de largo, escrito por algún subsecretario, contiene no obstante una información reveladora: la desestimación de la demanda sin vista ni argumentación alguna fue acordada por un comité de tres jueces que tuvieron que decidir por unanimidad y al que pertenecía, además de la jueza Berro-Lèfevre de Mónaco y de la jueza búlgara Kalaydjieva, la jueza alemana Renate Jaeger. El Gobierno alemán, representado por la Sra. Jaeger, pudo así decidir en Estrasburgo como juez en su propio interés. La Sra. Jaeger había estado ejerciendo anteriormente y durante muchos años su cargo de jueza en el Tribunal Constitucional Federal alemán y en la Corte Federal de Asuntos de la Seguridad Social, es decir, exactamente en los dos tribunales que habían encubierto y aplicado reiteradamente con escandalosas sentencias el anticonstitucional impuesto eclesiástico forzoso practicado a los desempleados sin confesión religiosa en Alemania. La jueza Jaeger no ha cesado de exigir en la prensa desde su nombramiento -al igual que en los años anteriores, cuando el acta del Dr. Nittmann se encontraba en un cajón de Estrasburgo, lo hacía el mismo Gobierno alemán- que el Tribunal de Justicia Europeo debería abstenerse ante Alemania, «respetar» las decisiones del Tribunal Constitucional Federal alemán y «concentrarse en otros Estados». Esta misión, al estilo Animal-Farm, en la causa más delicada y desagradable que el Gobierno alemán haya podido tener en Estrasburgo desde hace mucho tiempo, y la ha cumplido, por tanto, la propia Sra. Jaeger. El Gobierno alemán nunca tendrá que justificar con una sola sílaba esta violación de la Constitución y ese saqueo del impuesto eclesiástico, que asciende a miles de millones, practicado a los más pobres de entre los no pertenecientes a ninguna Iglesia, y menos aún reconocer dicha violación y dicho saqueo, y no tendrá que indemnizar tampoco a las víctimas. Aunque se haya abolido la ley anticonstitucional gracias a las fuertes protestas internacionales, los miles de millones de euros saqueados en favor de la Iglesia no retornarán jamás a los afectados.
Este acto de violencia, con que el Tribunal de Justicia Europeo se quita de encima y de un plumazo un total aproximado de 6000 firmas de protesta procedentes de todo el mundo, y la demanda minuciosamente justificada -en la cual está documentada detalladamente desde 1975 la ampliación del Concordato de Hitler, hasta incluir el impuesto eclesiástico forzoso anticonstitucional a cargo de desempleados sin confesión religiosa por el Gobierno del SPD (Partido Socialdemócrata Alemán), partido al que también pertenece Renate Jaeger,- muestra sobre todo lo siguiente: que nadie puede ya hacerse ilusiones sobre la servidumbre completa en la que nos encontramos, visto el papel de la Iglesia y el desprecio del Estado de derecho por parte de una supuesta «justicia europea independiente» que, la tarde anterior a la prevista puesta en marcha de una ley de autorización -la del Tratado de Lisboa de la UE con su mal afamado artículo proclerical 52 (ahora Art. 17 del planificado «Tratado sobre Métodos de Trabajo de la UE»)- quiere imponer a Europa el efecto continuo y la ampliación de los privilegios de la Iglesia concedidos al Papa por el propio Hitler.
El súbito acto de violencia de Estrasburgo, después de largos años de espera, muestra sin embargo también que al Tribunal de Justicia Europeo no le ha salido el cálculo de que la atención del público se adormeciera en los tres años de dilación. Cientos de escritos de protesta sobre el caso Nittmann han estado llegando incesablemente hasta el final. El tribunal de justicia ha optado así por suspender el proceso bruscamente, para detener las continuas protestas. Quiere borrar el recuerdo de esa mancha de la historia europea y alemana. Nosotros, por nuestra parte, haremos todo lo que esté en nuestras manos para que dicho recuerdo persista en la memoria de la humanidad.
Como se ve, la parte contraria no desaprovecha nada. Por lo tanto, tampoco nosotros nos podemos permitir desaprovechar el tiempo ni nuestra capacidad de respuesta. Sólo una ciudadanía consciente de sus derechos es capaz de combatir eficazmente la planificada reclericalización de Europa. Sin la determinación del Dr. Nittmann aún existiría hoy día en Alemania el anticonstitucional impuesto eclesiástico forzoso para desempleados sin confesión religiosa, y sin un público que actúe ahora y sin ilusiones nunca habrá una absolución en otro proceso pendiente, el del juez Luigi Tosti.
¡Fuera con el decreto del crucifijo de Mussolini!
¡Por el restablecimiento de la libertad de religión y por la separación de Estado-Iglesia garantizados por la Constitución italiana!
¡Absolución para el juez Luigi Tosti!
Con este motivo adjuntamos de nuevo nuestro llamamiento de solidaridad con Luigi Tosti enviado hace tres semanas. Quedan ya muy pocos días para la celebración de la vista en Roma. En el llamamiento se hace mención, además de a la dirección del Tribunal de Casación en Roma, a su número de Fax. Asimismo pedimos la asistencia al juicio contra Luigi Tosti el 18 de noviembre de 2008 a todas las personas y organizaciones fuera y dentro de Italia que les sea posible estar.
¡Por una Europa laica, sin Concordato de Hitler y sin decreto del crucifijo de Mussolini!
* * *
El juicio se celebrará el día 18 de noviembre de 2008 ante el Tribunal de Casación en Roma
Queridos amigos:
Esta sentencia ha sido objeto de indignación en todo el mundo. En noviembre de 2005, el juez italiano Luigi Tosti fue condenado a siete meses de prisión y una suspensión de un año de todos los cargo públicos por oponerse a hacer justicia en presencia del crucifijo en la sala de audiencia del tribunal. Ello es debido a la persistencia de una directiva del gobierno mussoliniano del año 1926 que prescribe la colocación de crucifijos en las salas de audiencia del tribunal, violando de flagrante manera la Constitución italiana. La condena fue aumentada finalmente a 12 meses en febrero 2008.
Miles de personas y numerosas organizaciones del mundo entero han demandado con sus firmas:
¡Fuera de una vez con la directiva del crucifijo de Mussolini!
¡Absolución para Luigi Tosti!
Ahora el juicio ha iniciado la fase decisiva: el 18 de noviembre de 2008 se celebra ante el Tribunal supremo italiano, el Tribunal de Casación en Roma, el juicio sobre la condena de Tosti. Hagamos todo para que en ese día no se dicte una sentencia funesta que sirva de precedente para una Europa del Papa.
Ahora todo depende de que el público internacional no muestre signos de cansancio, sino que actúe. Por eso hacemos un llamamiento:
Renovemos todos ahora, antes de la fecha decisiva, nuestra demanda con un escrito dirigido al Tribunal de Casación italiano.
¡Anulación de la sentencia penal contra el juez Luigi Tosti por violar ésta la libertad de religión y la obligación de neutralidad religiosa del Estado garantizadas en la Constitución italiana a favor de la directiva fascista!
¡Absolución para Luigi Tosti!
Por favor, dirija su escrito de protesta (a ser posible, con una copia para nosotros) a:
Corte di Cassazione
Sesta Sezione Penale
Palazzo di Giustizia
Piazza Cavour
I-00193 Roma (RM)
ITALIA
Fax: ++39/(0)66883406
No olviden el número de registro: Oggetto: R.G. n.2007/03482400
Informaciones detalladas sobre el caso Luigi Tosti en http://bund-gegen-anpassung.
(Alliance against Conformity)
Postfach 254
D-79002 Freiburg i.Br.
http://www.bund-gegen-
Federación Internacional de Ateos (FIdA)
http://www.federacionatea.org