El Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, en una entrevista al canal ruso Rossiya, afirmó que Washington no trata de cambiar el régimen de ningún país y, al ser preguntado sobre Siria, sostuvo: «Déjeme que me explique. No nos entrometemos en los asuntos de otros países», y como para muestra basta un botón, déjenme […]
El Secretario de Estado de EEUU, John Kerry, en una entrevista al canal ruso Rossiya, afirmó que Washington no trata de cambiar el régimen de ningún país y, al ser preguntado sobre Siria, sostuvo: «Déjeme que me explique. No nos entrometemos en los asuntos de otros países», y como para muestra basta un botón, déjenme rememorar a Nicaragua, uno de los tantos lugares de floridas intervenciones yanquis.
Y no se le va a recordar a Augusto César Sandino, «General de Hombre Libres», quien por luchar contra la ocupación estadounidense fuera asesinado por Anastasio Somosa, ni del escándalo Iran-Contras, operación que consistía en venderle misiles a Irán, que se financiaba con droga de Colombia, porque dirá que todo eso es historia, sino sobre el Canal de Nicaragua, vía de navegación interoceánica de gran calado que unirá el Pacífico con el Atlántico a través del territorio nicaragüense.
Esta obra, cuyo costo supera los 50.000 millones de dólares, dará empleo a 50.000 personas y generará unos 200.000 empleos indirectos, comenzó a ser construida el 22 de diciembre de 2014 y se finalizará el 2019. Entonces, con sus 278 Km de extensión, será tres veces más larga que el Canal de Panamá y se convertirá en la infraestructura más grande construida por el hombre. Adicionalmente se creará una zona de libre comercio, un aeropuerto con capacidad para un millón de personas, un lago artificial, carreteras y puentes que unirán a Nicaragua con la región sur del país.
Por todas estas razones, el Departamento de Estado de EEUU, en un intento por controlar América Latina, aparenta preocuparse por la violación de los derechos humanos en esta región y cataloga al Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, de ser «extremadamente hostil» a los intereses de Washington. El gobierno del Presidente Obama habla de los «efectos devastadores del canal en la ecología de la región», por lo que ha puesto en marcha «una operación regional a gran escala para interrumpir la construcción del canal», pese a que la empresa ambiental británica Environmental Resources Management considera a este proyecto viable en relación a la conservación de la naturaleza y los recursos hídricos.
Encabeza esta operación, como no podía ser de otra manera, la embajada de EEUU en Managua, que cuenta con el respaldo de sus testaferros, la oposición nicaragüense, la misma que para desestabilizar la situación política de Nicaragua acusa a Daniel Ortega de «desmantelar el Estado de derecho» y califica al Gran Canal de Nicaragua de «económicamente erróneo y dañino para el medio ambiente». Lo cierto es que según el Presidente de Nicaragua, «Lo que hace Estados Unidos es sembrar el caos en la economía mundial, lo que afecta a todo el mundo y termina afectando a ellos mismos y a los europeos».
De más está recordar que en el pasado hubo numerosas intervenciones de EEUU no sólo en nuestra América sino en el resto del mundo. Como se supone que el Sr. Kerry no va a rectificar sus mentiras, porque ignorante no es, se escribe esta líneas por si acaso haya algún ingenuo que todavía le crea.
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