Ed Miliband ha iniciado la campaña del Partido Laborista contra la independencia de Escocia. Durante una intervención en Glasgow, Miliband defendió la unión por un «Reino Unido más justo e igualitario». Desde el SNP, el diputado Bill Kidd rechazó los argumentos del líder laborista, cuestionando su llamamiento por un «Reino Unido» progresista, recordándole que durante su tiempo como ministro creció la desigualdad social y la explotación laboral.
El líder laborista Ed Miliband, ha aprovechado una visita a Glasgow para erigirse en uno de los líderes de la oposición a la independencia de Escocia que propugna el SNP (Partido Nacionalista Escocés) desde su Gobierno de mayoría en el Parlamento escocés.
Entre los argumentos que utiliza Miliband no se incluye el económico, y el líder laborista parece aceptar que la independencia económica de Escocia es posible, un giro en los argumentos esgrimidos tradicionalmente por laboristas y conservadores, que apuntaban que Escocia no podría sobrevivir sin las subvenciones de las que disfruta como parte de Gran Bretaña.
Aunque Miliband apuntaba que hay cuestiones importantes que analizar en cuanto a los beneficios de la independencia, explicó que quiere racionalizar sus argumentos no desde el miedo, sino desde la esperanza de «un Reino Unido justo, equitativo e igualitario, con Escocia como parte de este».
«Porque creo que Escocia como parte del Reino Unido es mejor para los trabajadores de Escocia, mejor para los trabajadores de todo el Reino Unido», explicó el líder laborista, que apuntó las dificultades que presentan los niveles de desempleo, la subida de los costos energéticos y la cesta de la compra como razones para que Escocia permanezca en la unión con Inglaterra, Gales y el norte de Irlanda, ya que desde su punto de vista, la estabilidad socio-económica es más importante que la independencia política de una nación.
Escocia decide las reglas
El líder laborista no quiso tomar partido en el debate entre el SNP y los conservadores, sobre la legalidad de un referéndum convocado desde el Parlamento de Edimburgo, afirmado que «es correcto que la nación de Escocia decida las reglas y fecha para este referéndum», para luego acusar al primer ministro escocés, Alex Salmond, de forzar una fecha.
También criticó la posibilidad de que, si así lo desean los escoceses, se introduzca la posible independencia fiscal para Escocia dentro del Reino Unido como una de las opciones en la papeleta del referéndum.
Desde el Partido Nacionalista Escocés, el parlamentario nacionalista Bill Kidd acusó a Miliband de no aportar con este discurso aspectos nuevos o positivos al debate.
Kidd recordó que los resultados en las últimas elecciones legislativas en Escocia fueron una muestra del rechazo de los votantes a las políticas laboristas, y con los datos en la mano, le recordó a Miliband que fue bajo el Gobierno laborista cuando aumentó la desigualdad en el Reino Unido y aumentó la explotación laboral. «La actitud de líderes británicos como el señor Miliband hacia la ambición de Escocia de gobernar sus asuntos y ser responsables de sus propias decisiones es uno de los factores que le ha restado votos al laborismo en Escocia, y por lo que la gente, como el concejal laborista de Glasgow Irfan Rabbani se está pasando al SNP», aseveraba Kidd.
Igualmente, el diputado nacionalista recordaba que mientras los nacionalistas escoceses defienden políticas progresistas, los laboristas no lo han hecho.
«El SNP ha elaborado una agenda política progresista durante los últimos cuatro años, acabando con el castigo fiscal contra los enfermos, manteniendo la educación gratuita. Mientras tanto, Ed Miliband fue parte del Gobierno laborista que falló a la hora de llevar a cabo una agenda progresista», acusó el nacionalista Kidd.
McGuinness quiere que Irlanda siga la estela de Escocia en 2016
El viceprimer ministro norirlandés, el republicano Martin McGuinness, ha anunciado que el referéndum sobre la unidad de Irlanda podría tener lugar el mismo año que Irlanda conmemora el centenario del Levantamiento de Pascua de 1916, que marcó el inicio del fin del control británico sobre los 26 condados de la república irlandesa.
McGuinness considera llegado el momento de que los habitantes de los seis condados aún bajo jurisdicción británica consideren la posibilidad de unirse con el sur de Irlanda. Las declaraciones de McGuinness en una entrevista con el diario «Irish Examiner», se producen días después del anuncio por parte del primer ministro escocés, el nacionalista Alex Salmond, de un referéndum sobre la independencia de Escocia. Salmond ha escogido 2016, como el año en el que Escocia declararía su independencia si es apoyada por los votantes en el referéndum planeado para el año 2014.
McGuinness afirmó que cree que es posible conseguir el apoyo del Partido Democrático Unionista (DUP), sus socios en el Ejecutivo de Belfast, para la celebración del referéndum, que según el Acuerdo de Viernes Santo debe ser convocado por el secretario de estado británico en el norte de Irlanda.
No obstante, el líder republicano si reconoció que será difícil convocar la consulta antes de las elecciones a la Asamblea norirlandesa, que se celebrarán en 2015 o 2016. Para entonces, los expertos en demografía esperan que la mayoría de los habitantes del norte de Irlanda sean católicos, aunque McGuinness explicó que no quiere que la reunificación de Irlanda adquiera un carácter sectario.