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Entrevista a Antonio Cuesta Marín sobre “Solidaridad y autogestión en Grecia” (II)

«El papel de las mujeres ha sido fundamental»

Fuentes: Rebelión

Entre muchas más cosas, Antonio Cuesta es periodista, corresponsal en Grecia de la agencia Prensa Latina, colaborador del periódico Rebelion.org y coordinador de la editorial Dyskolo (www.dyskolo.cc), un proyecto sin ánimo de lucro por la cultura libre. Además de autor del libro «Solidaridad y autogestión en Grecia. La hora de las alternativas» (1). La primera […]

Entre muchas más cosas, Antonio Cuesta es periodista, corresponsal en Grecia de la agencia Prensa Latina, colaborador del periódico Rebelion.org y coordinador de la editorial Dyskolo (www.dyskolo.cc), un proyecto sin ánimo de lucro por la cultura libre. Además de autor del libro «Solidaridad y autogestión en Grecia. La hora de las alternativas» (1). La primera parte de la entrevista se encuentra aquí.

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Estamos en la segunda parte de tu libro. «Buscando alternativas» es el título del apartado. ¿Cuándo una alternativa es realmente una alternativa?

En mi opinión un proyecto alternativo es aquel cuyos objetivos buscan superar el actual modelo socioeconómico, planteándose modelos social, económica y medioambientalmente más igualitarios, y su funcionamiento y organización son acordes a esos fines.

¿Quiénes, qué sectores sociales están buscando esas alternativas?

Bueno, básicamente las personas de a pie. Creando estructuras y organizaciones que son de nuevo cuño y para lo que solo han contado con el apoyo de sus conciudadanos, y en algunos casos el tímido apoyo de los ayuntamientos. Lógicamente, entre esta amplia base popular hay profesionales, técnicos, intelectuales, académicos… que han aportado sus capacidades y participado de igual a igual con el resto de los integrantes en cada proyecto.

Comienzas con una cita de Vassilis, un trabajador griego supongo de unos 30 años. «Somos parte de la solución a los problemas. No importa el problema social o financiero si trabajamos juntos para mejorar nuestra conciencia y actuar en consecuencia». ¿No importa realmente? ¿No hay demasiada complejidad en los asuntos político-económicos para que, aun trabajando juntos, consigamos soluciones adecuadas?

Aunque parezca sorprendente, no. Hay mucha inteligencia colectiva puesta al servicio de cada iniciativa de manera que, pese a la indudable complejidad de la situación en Grecia, en líneas generales se han fortalecido y desarrollado por encima de sus expectativas. Si miramos, por ejemplo, a las cooperativas de carácter asambleario surgidas desde 2011 veremos que han tenido un enorme crecimiento y no solo han conseguido mantenerse pese a la grave situación de crisis, sino que en muchos casos han mejorado sus previsiones.

La segunda cita que añades: «La cooperación ha predominado en el curso de la evolución porque sus ventajas son superiores a los costes que supone. Se ha visto favorecida al proporcionar a los individuos una mejor adaptación a las imposiciones del medio que las estrategias individuales». ¿Esto no es biologismo social? ¿Y si se probara o argumentara con fuerza que no es la cooperación sino la despiadada lucha por la existencia lo que ha predominado en el curso de la evolución? ¿Estarían entonces justificados el capitalismo y la competitividad desalmada?

El intento de legitimar lo que llamas «la despiadada lucha por la existencia» para justificar la imposición del libre mercado es uno de los argumentos más manidos, y fraudulentos, por los ideólogos neoliberales. Como explico en la tercera parte de mi libro, existen muchas evidencias que demuestran la falsedad del mito capitalista que pretende hacer creer que en el pasado el espíritu emprendedor del comerciante individual le condujo de los mercados locales al incremento de la producción y la acumulación de capital -mediante la división del trabajo-, y de ahí a dar el salto al intercambio con el exterior, lo que hoy llamamos la economía globalizada. La realidad es bien distinta. Los mercados han sido, tradicionalmente, lugares de encuentro del comercio a larga distancia, funcionando en los márgenes de la sociedad y no en el interior de una economía local con la que no guarda relación. Como recuerda la investigadora Claude Mossé, todas las sociedades anteriores a la economía de mercado desarrollada en Europa occidental, estuvieron organizadas bajo los principios de reciprocidad, redistribución o de administración doméstica, o de una combinación de los tres

¿Por qué fue tan importante el alzamiento zapatista de 1994? ¿Qué han conseguido? México, en su conjunto, sigue en las mismas manos.

Al margen de los resultados logrados por los zapatistas en México, lo cierto es que en Grecia una parte muy importante del movimiento libertario y antiautoritario extrajo valiosos conceptos que le sirvió para armarse teóricamente y construir numerosas experiencias sociales y económicas, alcanzando un nivel de funcionamiento muy notable.

Insisto en este punto. El movimiento zapatista, afirmas, había inspirado año atrás a una importante corriente del pensamiento libertario griego. ¿Hay rasgos libertarios en el movimiento zapatista? ¿No parece inconsistente que las prácticas y reflexiones de un subcomandante y amigos puedan inspirar a un movimiento libertario?

No, el pensamiento zapatista y el movimiento libertario en Grecia no son incompatibles. Antes que nada el movimiento libertario es antiautoritario y comparte la idea de que lo fundamental no es la toma del poder sino la de crear estructuras horizontales, abiertas y participativas, que comiencen a cambiar la realidad desde la base. Un movimiento sin líderes ni dirigentes que pretende que todas las personas, en pie de igualdad, vean reflejadas y reconocidas sus aspiraciones.

Durante años, afirmas, el sistema productivo del sector privado en Grecia se sustentó en el trabajo autónomo y las pequeñas empresas principalmente. ¿Y qué papel jugaron entonces las grandes empresas, las corporaciones multinacionales? Pienso en Siemens por ejemplo.

Las empresas multinacionales solo juegan un papel de lobby, como elemento de presión contra el gobierno para que acabe con todos los derechos laborales y convierta a la clase trabajadora griega en la más inerme y barata de Europa. No con el fin de facilitar la llegada de otras empresas extranjeras, sino únicamente para aumentar los beneficios en tiempos de crisis y esclavizar a los trabajadores al no tener otra forma de subsistencia. Para hacernos una idea, las pequeñas empresas en Grecia constituyen el 99,6%, pero durante la crisis han sido las más duramente castigadas. Se calcula que unas 200.000 han cerrado dejando en la calle a cerca de la mitad de los desempleados que hoy engordan las filas del paro. En contraposición, las grandes corporaciones aumentaron sus beneficios en un 26% durante 2013 después de haberlo hecho en un 44,3% en 2012.

¿Cuándo irrumpe entonces el cooperativismo social en Grecia? ¿En qué sectores principalmente? ¿Qué papel jugó aquí Sporos?

Tradicionalmente el cooperativismo en Grecia no ha desempeñado un papel demasiado importante en la economía nacional. Y se encontraba prácticamente circunscrito a las cooperativas agropecuarias en las que los pequeños agricultores juntaban su producción para comercializarla conjuntamente. La introducción del concepto de «economía social» en la legislación se dio a finales de 2011, con la nueva ley sobre cooperativas. Y gracias a ella adoptaron forma jurídica numerosas iniciativas de autoempleo, muchas de ellas procedentes de Sporos, que buscaban un modelo en el que estuviera reconocida la opción de la gestión colectiva y asamblearia por parte de todos los integrantes de la cooperativa.

La mayoría de estos proyectos se sitúan en el sector servicios: cafés, restaurantes, tiendas de comercio justo… pero también en otros sectores de la economía.

¿Por qué crees que fue tan brutal la agresión neoliberal contra el pueblo Grecia? ¿También ellos vivieron «muy por encima de sus posibilidades»?

Esa es una frase realmente deleznable, un insulto para los trabajadores que han debido pagar muy caro un modelo que les obligó a endeudarse, aunque en el caso griego fue el Estado el que con más alegría e irresponsabilidad aceptó el juego. La agresión por parte de las instituciones financieras se debió en gran parte a la facilidad con que sus gobernantes aceptaron préstamo tras préstamo, y al hecho de que era el eslabón más débil de los países del sur, dentro de la eurozona. Grecia apenas contaba con industria, el sector primario no cubría ni de lejos la demanda interna del país y había un gran número de empresas públicas que debían ser privatizadas. Se mirara por donde se mirara Grecia ofrecía muchos atractivos para ser intervenida por los tiburones neoliberales.

¿Nos puedes dar algún ejemplo, para las personas que desconocemos lo sucedido, de lo que fueron aquellos embates contra los servicios públicos y las conquistas sociales y obreras en general?

Grecia contaba, entre otras cosas, con unos derechos laborales que garantizaban conquistas muy valiosas para los trabajadores, una sanidad pública que con todas sus imperfecciones no tenía rival en la medicina privada y unas coberturas sociales dignas para los sectores más desfavorecidos. Todo eso ha sido demolido. Hoy no existen convenios colectivos, los fondos de pensiones estatales están en quiebra, el salario mínimo se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, esta afecta a una cuarta parte de la población y un porcentaje similar de ciudadanos no tienen ningún tipo de cobertura sanitaria. Se podría profundizar aún más en lo que han supuesto las políticas de austeridad impuestas por la troika, con el beneplácito de los distintos gobiernos, pero creo que con lo dicho podemos tener una imagen de la debacle.

¿Qué importancia tiene que Grecia, como tú comentas, haya «liberalizado» 285 profesiones, la mayoría de las exigidas en un memorando de un préstamo?

El eufemismo de la liberalización no es capaz de esconder los fines que se persiguen. Estas 285 profesiones, de las 345 previstas y exigidas en el memorando de préstamo, corresponden a profesiones «reguladas» que representan un tercio del empleo privado. Es decir, que la legislación ofrecía garantías frente al intrusismo y al dominio de grandes grupos empresariales. El objetivo de esta «liberalización» no era buscar el beneficio para la ciudadanía, ni siquiera para los consumidores, sino despojar a los trabajadores autónomos y a los profesionales de las protecciones legales que impedían a las corporaciones adueñarse, ya sin restricciones, de las materias primas, los recursos naturales, la mano de obra y los mercados. Estamos hablando de cuestiones que afectan a todos los órdenes de la vida social y económica, desde los taxistas a las farmacias, pasando por los abogados, los productores agrícolas, la elaboración de productos alimentarios de primera necesidad y un largo etcétera de profesiones u oficios.

Citas a Michael Hudson: las finanzas se han convertido en la nueva forma de la guerra. ¿Por qué? ¿No exageras un pelín?

No lo creo. Las instituciones financieras internacionales y los acreedores, propietarios de la deuda griega, controlan en todo momento la política económica de Grecia, imponiendo unas transformaciones salvajes contra la clase obrera y los ciudadanos en general. Existen muchos indicadores que muestran de manera directa el aumento de las muertes y el empeoramiento hasta límites inimaginables del nivel de vida en Grecia. Estoy hablando del incremento exponencial de suicidios, del aumento de la mortalidad infantil, de los miles de niños que no pueden ser vacunados, con problemas de desnutrición, del abandono a su suerte de personas sin recursos con enfermedades graves o incurables, de la desaparición de tratamientos públicos para drogodependientes o seropositivos, del aumento de las enfermedades mentales como consecuencia de la crisis y el cierre de los hospitales psiquiátricos… La lista es larga.

Apoyándote en el Movimiento de Mujeres contra la Deuda y la Austeridad, hablas de que los efectos de las políticas neoliberales afectan especialmente a las mujeres en todos los aspectos de sus vidas. ¿Por qué? ¿No les afecta cómo a los hombres trabajadores más o menos?

El papel de las mujeres ha sido fundamental a la hora de poner en pie, y mantener en funcionamiento, numerosos proyectos de solidaridad. Y ello debido a que además de trabajadoras son las responsables, dentro del seno familiar, del cuidado de los niños, los enfermos, los ancianos, los discapacitados e, incluso, de los jóvenes desempleados que se encuentran en el hogar. La eliminación de los servicios sociales ha incrementado esta carga, y las ha movido a organizarse para tratar de dar respuestas colectivas a la práctica desaparición del llamado estado del bienestar.

¿Qué destacarías como más esencial de las iniciativas políticas griegas que han surgido tras la crisis-estafa?

Aun en una fase todavía incipiente, las iniciativas políticas cuentan a mi modo de ver con una visión bastante amplia de los problemas a los que se enfrenta el país y elaboran propuestas que tratan de superar el marco tradicional en el que se han movido los partidos políticos, incluidos los de izquierda.

Citas también a Kazakis: «Otra Europa es de hecho factible. Una Europa cuyos pueblos serán libres, soberanos y dueños de sus países, para decidir su presente y su futuro.» ¿Tú también lo crees? ¿No estamos muy pero que muy lejos de todo ello?

Bueno, ese es al menos un objetivo loable. Lo que desde luego no significa que este cerca de lograrse, ni claro el modo en que se puede alcanzar. Sin embargo, creo que la experiencia organizativa del movimiento social abre la esperanza para que también en el campo de la política puedan surgir o desarrollarse propuestas alternativas que superen el actual sistema de dominio capitalista.

Hablas con mucho respeto de KEERFA. ¿Qué movimiento, qué grupo es ese?

El Movimiento Contra el Racismo y la Amenaza Fascista (KEERFA) ha sido una de las iniciativas políticas que más fulgurante ascenso ha experimentado. No solo debido a la aparición en la escena política institucional del partido fascista Amanecer Dorado, sino también motivado por las políticas racistas y xenófobas del propio gobierno griego. Lo cierto es que en poco tiempo se ha puesto en funcionamiento una organización con una estructura descentralizada y tremendamente operativa, a partir de asambleas de barrio en las que participan una heterogénea muestra de activistas de diferentes procedencias y vecinos, y donde las agrupaciones de inmigrantes tienen un papel destacado. Sus convocatorias son seguidas por miles de personas y sus denuncias públicas y judiciales tienen un impacto innegable sobre el gobierno. Así sucedió tras el asesinato del rapero y militante de izquierda Pavlos Fyssas en septiembre de 2013. La presión social fue tan intensa -y cabe atribuirla a las decenas de movilizaciones convocadas por el KEERFA desde las primeras horas- que incluso desde Europa se forzó al gobierno de Atenas para que pusiera fin a la impunidad del partido fascista, de la que hacía gala hasta entonces. A día de hoy, el KEERFA tiene una autoridad innegable entre la población

¿Qué es ese colectivo de Solidaridad para Todos?

Solidaridad para Todos es una coordinadora de grupos e iniciativas sociales, una red de solidaridad a través de la que circulan la información y los recursos de unas a otras, y sirve también para coordinar campañas que de manera autónoma estos proyectos no podrían llevar a cabo. No es la única plataforma de este tipo, pero es sin duda la más fuerte y aglutina a cerca de 150 grupos.

¿Qué prácticas de desobediencia civil practicada te parecen más interesantes?

Sin duda la más conocida es «No pago», que tuvo su réplica incluso en Barcelona. Pero personalmente me admira la valentía de esos voluntarios y trabajadores de la Empresa Pública de Energía (DEI) que, arriesgándose a penas de cárcel, se han dedicado de forma clandestina a restablecer el suministro eléctrico en los hogares en los que había sido cortada la luz por impago. Solo durante el pasado año más de 350.000 propietarios o inquilinos se vieron en esa situación, y un 10% de ellos se reconectaron ilegalmente gracias a la ayuda de estos activistas anónimos.

En toda esta situación, ¿cómo se han manifestado los intelectuales griegos?

Numerosos artistas e intelectuales se han manifestado abiertamente en contra de las políticas de austeridad. Pero a la vez, muchos de ellos se han implicado de manera anónima en el trabajo cotidiano de diferentes iniciativas de solidaridad. Y eso es sin duda muy importante.

Un punto muy destacable en mi opinión, lo cuentas magníficamente al final del capítulo, es la irrupción de movimientos ecologistas en una situación tan difícil. ¿Nos das un ejemplo relevante?

Por su trayectoria y su dimensión citaría a los Comités de lucha contra la minería en la región de Calcídica, en el norte del país. Su pelea no tiene que ver con la crisis, aunque se ha endurecido con esta, pero su capacidad de resistencia es ejemplar teniendo en cuenta que enfrente tienen a poderosas compañías internacionales y al estado griego. Estos comités están constituidos por los vecinos de los pueblos afectados, las organizaciones sociales y los cargos electos de la región, y representan de forma asamblearia y democrática a la mayoría de sus habitantes. La lucha contra la explotación minera, fundamentalmente de oro, se desarrolla entre denuncias y vigorosas acciones de protesta contra lo que sería un brutal desastre ecológico en un área de elevado valor, el fin de la economía tradicional en las localidades y todo ello salpicado de prácticas mafiosas y violentas por parte de las empresas concesionarias, y de una corrupción desbocada entre los políticos responsables. Su fuerza reside en una ejemplar unidad popular y en el importante apoyo que reciben tanto a nivel nacional como internacional, con el respaldo de intelectuales de primerísima fila como Noam Chomsky, Naomi Klein o David Harvey.

Citas a Rousseau en un paso de esta segunda parte: las leyes debe adecuarse para lograr una igualdad tal que ningún ciudadano «sea lo suficientemente opulento como para comprar a otro, ni ninguno tan pobre como para verse obligado a venderse.» ¿Y esa aspiración se ha conseguido en algún país capitalista? ¿Las leyes se ajustan en algún país a esa noble aspiración rousseauniana?

Como te decía anteriormente las aspiraciones loables no dejan de serlo porque estén lejos de lograrse o porque no exista un ejemplo práctico en el que fijarse. En todo caso parece claro que ese enunciado tan digno no puede darse en un sistema como el capitalista, radicalmente opuesto a la igualdad y a la redistribución de la riqueza, y solo puede lograrse en un modelo socialista en el que prime el interés de las personas sobre el de las empresas. En ese sentido creo que Latinoamérica puede servirnos de guía en esta larga noche neoliberal.

Pasamos a la tercera parte del libro, ¿te parece?

Sí, a la que he denominado de la teoría a la práctica.

Mejor título imposible.

Nota:

(1) Puedes descargar el libro desde aquí:

http://www.mrafundazioa.org/es/centro-de-documentacion/documentos/alternativas-y-autogestion-en-grecia

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.