“La guerra de la Triple Alianza que libraron, entre 1865 y 1870, Argentina, Brasil y Uruguay contra la hermana república del Paraguay es una afrenta ignominiosa, el genocidio de un pueblo heroico, cuya memoria hiere todavía hoy nuestra dignidad de latinoamericanos”.
Reseña del libro La Guerra Del Paraguay: ¡Gran negocio! de León Pomer
“La academia actual está alejada de la realidad y sus interpretaciones de la historia dejan mucho que desear. El mero hecho de que la guerra del Paraguay esté ausente de los cursos en la universidad… eso ya no es ignorancia, sino ocultamiento deliberado”.
León Pomer
El título del presente artículo lleva implícito otras preguntas que trataremos de responder, desde nuestro criterio, naturalmente.
En el siglo XIX América Latina fue escenario (1810–1825) de grandes convulsiones independentista de España y de Portugal. No todas las pretendidas y florecientes naciones Latinoamericanas siguieron un mismo modelo de estructura de gobierno, pues Paraguay fue la excepción en su camino libertario, peculiar, único.
“La estructura social de América también sufrió un cambio. Sin alterar la tradicional estructura de poder de la sociedad de clases de las anteriores colonias, la oligarquía criolla nativa asumió la posición de clase dominante, reemplazando a los españoles en la cúspide de la pirámide social. Este cambio en el lugar de privilegio y poder fue la principal modificación en la estructura social que fue generada por las guerras de independencia”.
Nos ilustra con toda precisión en el párrafo anterior el historiador norteamericano Richard Alan White (1944-2016), autor de “La primera Revolución Popular en América, Paraguay 1810-1840”, en una entrevista realizado por Juan Ciucci.
“Las condiciones básicas de vida para la vasta mayoría de los latinoamericanos permanecieron iguales; solamente cambiaron los amos. Salvo en el Paraguay. Bajo el liderazgo del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia la revolución paraguaya sustrajo a toda la clase superior, tanto española como criolla, sus tradicionales bases sociales, políticas y económicas de poder”.
Estos conceptos nos sirven para iluminar cuanto requerimos para responder al interrogante que plantea el artículo: El modelo productivo. De éste depende la prosperidad, el buen vivir de los pueblos o por el contrario, su infortunio.
Veamos, para desenvolverse en cualquier sociedad, las personas necesitamos los medios de existencia o subsistencia, y dentro de cada modelo de producción o sistema socioeconómico, cual es, en la inmensa mayoría del mundo el capitalismo, las mujeres y los hombres entran en determinadas relaciones económicas, sean como patrones o como empleados, obreros o peones, y esta situación le es dada fuera de su voluntad.
Estas relaciones de producción económica conforma la estructura socioeconómica de determinada sociedad, entonces, el individuo está atrapado en esa estructura en que la clase privilegiada dictamina protegiendo e incrementando sus bienes en detrimento del pueblo.
Hemos señalado anteriormente una verdad incuestionable: “El Paraguay está más atrasado (comparativamente) hoy que en el año 1864” (*)
Sólo nos resta subrayar sobre lo dicho que el modelo o sistema socioeconómico condiciona absolutamente el desenvolvimiento de la vida económica, productiva, social y política. La voluntad de tal o cual personalidad política o de algunos no tiene incidencia en pretendidos cambios positivos para la sociedad en razón simple que reside en que es la estructura o conglomerado del poder real que decide políticamente tales asuntos. Es decir, el problema para el buen vivir del pueblo es un problema de naturaleza política impedida por una estructura de poder de privilegiados.
Estas breves consideraciones sobre el poder de privilegios y su rol de mantener e incrementar su poderío cuanto sea posible, fue percibida con total comprensión por el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia y los López y entraron en acción política revolucionaria.
Pero, debemos anotar un dato relevante-a nuestro juicio-partiendo de la Teoría General de Sistemas (TGS), dado que, a los modelos o sistema socioeconómico, entendiendo por sistema a un conjunto de elementos que funcionan interrelacionados e interdependientes como un todo, les rige los principios de esta teoría.
En el comportamiento socioeconómico de los países subdesarrollados y dependientes políticamente como Paraguay se observa, a partir de cambios o modificación, desgaste o desfase de una de las partes del sistema que afecta sustantivamente a las demás, se manifiesta como crisis (moral, política, económica) al todo. Se podrá suplantar o poner ciertos parches pero es que el sistema está agotado, persistir implica ciertos desajustes sociales, económicos y políticos. No es una cuestión de voluntad humana cambiar, sino de ciencia que explica lo real.
Persistir políticamente en seguir con el mismo modelo actual de desarrollo económico-social equivale a persistir con la injusticia social. El modelo actual socioeconómico paraguayo está agotado irremediablemente.
Es ese el momento oportuno de plantear el cambio, la transformación económica-social del Paraguay, es en realidad una exigencia que marca la ciencia económica y la teoría general de sistemas. Entonces, en conclusión, si se pretende alcanzar un crecimiento económico con equidad, corresponde encarar una total modificación del modelo socioeconómico.
En ese proceso virtuoso de transformación, el sistema cooperativo tiene un rol prioritario y fundacional de la continuidad de la obra revolucionaria del Dr. Francia y los López, proceso interrumpido a sangre y fuego.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
Nota:
Paraguay está más atrasado (comparativamente) hoy que en el año 1864. ¡Que expliquen cómo es posible!
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