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El Parlamento europeo y el terrorismo

Fuentes: Rebelión

Todos los derechos humanos son iguales e inalienables. Sin embargo, el derecho a la vida y a la paz condicionan los restantes porque constituyen bienes jurídicos supremos: sin ellos peligra la existencia humana. Hay quienes olvidan o silencian ex profeso que el terrorismo también condiciona la vida. Aunque (semejante a lo sucedido con los derechos […]

Todos los derechos humanos son iguales e inalienables. Sin embargo, el derecho a la vida y a la paz condicionan los restantes porque constituyen bienes jurídicos supremos: sin ellos peligra la existencia humana. Hay quienes olvidan o silencian ex profeso que el terrorismo también condiciona la vida. Aunque (semejante a lo sucedido con los derechos humanos) tampoco países pobres y ricos coinciden en su codificación. Resulta indispensable reiterar que el terrorismo es todo acto que infunde temor o terror y constituye un flagelo que atenta contra los derechos humanos desde que las tribus, las etnias y las religiones, se rechazaron por primera vez.

La Santa Inquisición fue una manifestación terrorista. Durante la conquista y la colonización, las metrópolis aterrorizaron a los nativos de África, Asia y de nuestras tierras de América. El nazismo inició las prácticas más feroces del terrorismo de Estado, auxiliado por las mentiras goebbelianas que inauguraron la era del terrorismo mediático.

La infinidad de códigos adoptados no pueden proscribir el terrorismo, porque se precisa atajar y remediar sus orígenes. En los siglos XX Y XXI el terrorismo ha proliferado y sus ejecutores han sofisticado los métodos. En tanto las Naciones Unidas han aprobado 14 convenciones con la finalidad de erradicarlo. Los cubanos sufrimos desde hace medio siglo constantes agresiones y actos terroristas.

Para los países desarrollados el socialismo, el tercermundismo, los movimientos nacional-liberadores, las protestas laborales o las manifestaciones ecologistas son clasificadas como acciones terroristas. Algunas legislaciones europeas aplican el concepto de terrorismo a los inmigrantes indeseados, a quienes defienden en las calles sus reivindicaciones sociales y salariales (Italia, Reino Unido y España, por ejemplo) o recién sancionaron bajo cargos terroristas a dos de quienes protestaron durante la Cumbre sobre el Cambio Climático, celebrada en Copenhague en diciembre de 2009.

El genocidio, el magnicidio, el bloqueo, el mercenarismo, la subversión, la instigación a la sublevación, el financiamiento y apología a grupos «opositores», el ocultamiento de torturas y otros tratos crueles, humillantes o degradantes, transgreden las normas más elementales de los derechos humanos universales. Todos son actos terroristas.

Se supone que el Parlamento Europeo respete sus propios cánones. Sin embargo, el informe anual sobre los derechos humanos en el mundo, emitido en 2006, pedía al Consejo y a la Comisión de la Unión Europea que redoblasen los esfuerzos para que Estados Unidos -un aliado clave en la lucha antiterrorista- ratificara los estatutos de la Corte Penal Internacional (encargada de juzgar los delitos de lesa humanidad). En esa fecha recordaba la necesidad de que 6 países de la UE firmaran y 11 ratificaran la Convención para la prohibición del uso de la tortura. Lo más curioso es que en 2008 todavía faltaban 5: Grecia, Hungría, Letonia, Lituania y Eslovaquia y 11 no la habían ratificado (Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Finlandia, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal y Rumania).

¿Qué hace el Parlamento Europeo respecto al terrorismo? La respuesta podría ser sencilla, pero su explicación no lo es: silencia lo que no conviene a las élites y magnifica los problemas en los países seleccionados. SU verdad reedita, mediante Resoluciones e informes, los tiempos de la Santa Inquisición, de las cruzadas y de la conquista de Nuestra América.

Como no le bastó la Resolución del 11 de marzo, el día 18 el presidente de la fracción del partido popular europeo del citado Parlamento, Joseph Daul, declaró: La UE no puede tolerar el nuevo abuso contra las Damas de Blanco»; y enfatizó «su defensa a quienes en Cuba arriesgan su vida para una transición pacífica hacia la democracia». ¡Lástima que el ilustre parlamentario no pueda ocultar las fotos del terrorista Luis Posada Carriles, desfilando en Miami a favor de las laureadas Damas! Por si alguien lo ha olvidado, el citado terrorista es el autor intelectual de la voladura en Barbados de un avión cubano que costó la muerte de 72 personas, el mismo torturador de la DISIP [1] venezolana y el narcotraficante involucrado en el escándalo Irán-Contra. El Parlamento Europeo no parece recordarlo ¿alguien ha conocido alguna Resolución condenatoria del mayor terrorista, asesino a sueldo en nuestro Continente?

Días más tarde, el 25 de marzo, la Cumbre del Partido Popular Europeo emitió una Resolución donde se atribuyó «la vanguardia de la lucha por la libertad y la democracia en Cuba», mientras encomiaba la supuesta «nueva política» del Presidente de Estados Unidos hacia nuestro país, abogando por profundizar el diálogo y la convergencia entre Washington y la UE; defendía la intromisión de la Oficina de Intereses estadounidense en La Habana en sus relaciones con los grupúsculos mercenarios; la vigencia de la Posición Común de la UE sobre Cuba y exhortaba a «involucrarse en una acción política cuyo objetivo es una transición pacífica a la democracia». Cualquier semejanza con la Ley Helms-Burton no es una coincidencia.

Y ya que se habla de convergencias con Estados Unidos, nada más claro que la adopción en 2007, por parte de la Unión Europea, del listado de Washington sobre organizaciones y personalidades que considera terroristas. En la actualidad algunos países miembros de la UE analizan si también harán suya la nueva relación de Washington sobre países «promotores del terrorismo». Un tanque pensante de la Unión analizaba que «sólo juntos pueden la UE y Estados Unidos persuadir y apoyar a los gobiernos en Afganistán y Pakistán, así como a algunos Estados africanos y mediorientales a reducir la actividad terrorista en sus territorios». [2] Huelgan los comentarios.

El silencio o la locuacidad del Parlamento Europeo -según sus motivaciones- conducen a reflexionar sobre su proselitismo terrorista en relación con Cuba, Venezuela y Bolivia, para solo referirnos a América Latina. Sin embargo, el Europarlamento, tan acucioso en instigar o juzgar a los demás, ha olvidado esta vez condenar el asesinato de cinco periodistas y varios dirigentes sindicales hondureños por fuerzas del nuevo gobierno, aceptado ya por la Unión Europea.

Desde luego, las manifestaciones de terrorismo de Estado, son ayudadas por fundaciones y tanques pensantes europeos titulados no gubernamentales, que auspician eventos para «resolver» nuestros asuntos internos. Destacan el Centro Internacional para la Transición Democrática de Budapest (ICDT), fundado en 2005 por Condolezza Rice; el Comité Internacional para la Democracia en Cuba (CIDC) inaugurado en Praga por José María Aznar, Václav Hável y Lech Walesa en 2006; la Asociación Española para una Transición en Cuba; la Unión Liberal Cubana, la Fundación Hispano Cubana y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), todas radicadas en Madrid y alentadas ¿costeadas? por las agencias encargadas de subvertir a la Revolución Cubana.

Algunos dirigentes de partidos políticos, como el Popular Español cometen errores que evocan la colonización. Por ejemplo: su empeño por adoptar una Resolución condenatoria contra Cuba, rechazada por los restantes parlamentarios de ese país y que en realidad perseguía mantener la Posición Común. Al fracasar, el citado partido tuvo que conformarse con un documento del Ayuntamiento de Madrid, tan virulento que recuerda el «Aznaroso terrorismo anticubano» [3] , cuyo mentor figura como académico (subvencionado por la USAID [4] ) con vasto currículo que se pierde en las arenas y calles de Bagdad, después de que -junto a George W. Bush y Anthony Blair decidieron la más genocida cruzada «antiterrorista» del actual siglo. El citado Aznar acaba de estrenar el Premio a la Libertad con su otorgamiento a la exprimera ministra británica, Margaret Thatcher, la misma que garantizó con sus cañoneras la «propiedad» de las Malvinas, de nuevo asediada con submarinos y aviones decididos a explotar el petróleo argentino.

Y para reafirmar su vocación terrorista, ahora el Partido Popular Español orquesta una campaña que intenta involucrar a Venezuela con la ETA, con vista a entorpecer las relaciones del gobierno español con el hermano país. Al tiempo que el actual dirigente del partido, Mariano Rajoy acaba de visitar Colombia, ensalzando a su «gobernante amigo», el mismo que acoge la proliferación de bases estadounidenses amenazantes contra nuestro continente.

No sería posible abarcar el espectro del terrorismo en el territorio de los 27 Estados de la UE. Un resumen arrojaría: la existencia de 174 centros de detención contra inmigrantes. ¿Y qué decir de la Resolución contra el totalitarismo adoptada en 2007, que execra a todos los que ejercieron cargos públicos durante el socialismo europeo? ¿Cómo ignorar la ley italiana clasificatoria de los gitanos bajo registros de su ADN y proscripción a zonas específicas? ¿Cómo entender el silencio cómplice y la justificación del genocidio cometido por su aliado israelí contra los palestinos? ¿Cómo excusar los maltratos y torturas durante los secuestros y prisión ilegales hacia y en Guantánamo, Abu Ghraib y Bagram? ¿Cómo justificar el asesinato de civiles por aviadores alemanes en Kunduz, Afganistán? ¿Dónde se juzgará a los agentes de seguridad británicos del MI 5 [5] que han compartido con sus aliados estadounidenses las torturas a los prisioneros? ¿Qué prerrogativas tienen los parlamentarios para impedir el lucrativo negocio de armas y equipos para la tortura que florece entre los 27? Son seguramente preguntas que quedarán sin respuesta del Europarlamento.

La Unión Europea, que perfecciona cada día su institucionalización, ya ha unificado las sanciones mediante EUROJUST y mejora los mecanismos policiales con EUROPOL. EUROGENDFOR, una fuerza de intervención especial cuyo consejo de guerra lo componen los Ministros de Defensa y Seguridad de la UE, está facultada para decidir la intervención en un Estado miembro con vista a restituir el orden y la calma», mediante autorización excepcional, civil o militar. [6] Nada podría hacer el Parlamento Europeo al respecto, sino callar. Y es obvio, que en el convulso mundo donde cohabitan la crisis global, las guerras y la desigualdad, oponerse sería un frustrado intento.

No se escucha al Parlamento Europeo -tan diligente en censurar a los países no comunitarios- opinar sobre la actual huelga de hambre de 18 activistas saharauíes, presos en la cárcel marroquí de Tznit. Como también ignoran y silencian el prolongado encierro en cárceles de su principal aliado (Estados Unidos) de los 5 Héroes cubanos, que mantienen su firme lucha contra el terrorismo.

Un renombrado estadista, a quien no puede acusarse de comunista ni tercermundista, sentenció: «La capacidad del hombre para cerrar los ojos es ilimitada…solo así se pueden explicar los horrores del nazismo». [7] Hoy, ante el terrorismo, otros cierran además sus labios y oídos, de los que apenas, se escapa el silencio…

La Habana, 6 de abril de 2010

«Año 52 de la Revolución» 

 

 

 

 

 

 

Leyla Carrillo Ramírez, Centro de Estudios Europeos

Notas:


 

[1] DISIP: Departamento de seguridad venezolano durante los anteriores gobiernos.

 

[2] BRADY, HUGO. «Inteligencia, emergencias y política exterior: el papel de la UE en el contraterrorismo «. Centro para reformas europeas. ISBN 978 1901229912.8)

 

[3] CEE, informe 52, 7 de mayo de 2007.

 

[4] USAID: agencia estadounidense que costea actividades subversivas por vía mediático-cultural.

 

[5] MI 5: servicio militar de inteligencia británico, acusado de torturas en Guantánamo.

 

[6] EUROGENDFOR: Fuera de Gendarmería Europea, radicada en Vincenza, Italia (sitio donde se halla base militar estadounidense). Diseñada durante el ministerio de defensa francés, Michèle Alliot-Mari, para reprimir con mayor eficacia las manifestaciones crecientes.

 

[7] BRANDT, WILLY. Excanciller federal alemán y presidente de la Internacional Socialista.