El Parlamento de Rumanía votó ayer a favor de revocar al presidente, el derechista Traian Basescu, por presunta violación continuada de la Constitución, con lo que el controvertido mandatario enfrenta por segunda vez un referendo que decidirá si debe ser destituido. Los rumanos, que tienen la última palabra, decidirán su revocación en una consulta que […]
El Parlamento de Rumanía votó ayer a favor de revocar al presidente, el derechista Traian Basescu, por presunta violación continuada de la Constitución, con lo que el controvertido mandatario enfrenta por segunda vez un referendo que decidirá si debe ser destituido. Los rumanos, que tienen la última palabra, decidirán su revocación en una consulta que se celebrará el 29 de julio.
En total, 256 senadores y diputados de 432 votaron por la destitución de Basescu.
Mientras el Parlamento se preparaba para votar, la Comisión Europea y Alemania -como ya lo hiciera París la víspera- dijeron estar «muy preocupados» por los posibles atentados contra la democracia cometidos por la coalición de centro-izquierda en el poder, que ha llevado a cabo, entre otras reformas, cambios legislativos que recortan la independencia de instituciones como el Tribunal Constitucional. Advirtieron a Bucarest de que esas actuaciones «pueden poner en riesgo los progresos de los últimos años» para consolidar el Estado de Derecho en Rumanía.
«El Estado de Derecho, los controles y equilibrios de poder democráticos y la independencia judicial constituyen la piedra algular en el seno de la Unión Europea», explicó Olivier Bailly, portavoz del Ejecutivo comunitario, que insistió en que el Gobierno rumano «debe respetar estos principios y valores».
Alemania señaló que se tendrían en cuenta los últimos movimientos políticos a la hora de examinar la «plena adhesión» de Rumania al espacio Schengen de libre circulación en Europa.
«Rumania seguirá siendo un país estable donde el Estado de derecho, la Constitución, las normas europeas e internacionales serán respetadas», respondió el primer ministro, Victor Ponta, quien viajará el jueves a Bruselas para calmar las inquietudes europeas y «dar garantías».
La Jefatura de Estado interina recaerá en Crin Antonescu, líder de la USL, la coalición que llegó al poder en mayo, tras una moción de censura. Antonescu fue elegido presidente del Senado el martes en una contestada votación, después de que en solo cuatro días la USL provocara la salida por sorpresa de los presidentes de las dos cámaras, ambos opositores.
La USL acusa a Basescu de violar la Constitución, imputaciones que el presidente volvió a rechazar ayer al tiempo que advertía del riesgo para la estabilidad del país.
En un dictamen consultivo, el Tribunal Constitucional indica que el presidente incumplió algunas de sus prerrogativas pero no menciona violaciones graves de la Constitución. Según la Ley Fundamental rumana, el presidente solo puede ser destituido en caso de «violaciones graves».