El partido Rusia Unida, cuyas listas encabezaba el presidente Dmitri Medvédev, es el claro vencedor de las elecciones legislativas en la Federación Rusa pese a sufrir un fuerte descenso en unos comicios que son un test al curso político actual tras el anuncio del primer ministro, Vladímir Putin, de volver a presentarse a los comicios […]
El partido Rusia Unida, cuyas listas encabezaba el presidente Dmitri Medvédev, es el claro vencedor de las elecciones legislativas en la Federación Rusa pese a sufrir un fuerte descenso en unos comicios que son un test al curso político actual tras el anuncio del primer ministro, Vladímir Putin, de volver a presentarse a los comicios presidenciales del próximo marzo.
Con el 93,2% escrutado , el partido de Putin roza la mayoría absoluta, según la Comisión Electoral Central (CEC), que otorga un 49,7% de los sufragios . El Partido Comunista de Rusia se convierte en la segunda fuerza más votada con el 19,15% de los votos, mientras que los socialdemócratas de Rusia Justa obtienen un 13,16%. El Partido Liberal Democrático logra un 11,67% de los votos.
Medvédev argumentó que el 50% de los votos es un buen resultado que «refuerza la democracia» y que refleja el apoyo real que tienen los partidos políticos en Rusia. Pero el presidente reconoció que, a partir de ahora, Rusia Unida tendrá que pactar y tener buenas relaciones con el resto de formaciones, cuando antes dominaba dos tercios de la Cámara. Putin calificó el resultado de «óptimo» y aseveró que el electorado ha conservado la confianza en la formación gobernante.
En cambio, para Borís Nemtsov, ex viceprimer ministro y actualmente uno de los líderes del Partido de Libertad Popular (Parnas), que no pudo ser registrado ante el Ministerio de Justicia, los resultados son una «demoledora derrota para Putin», porque está convencido de que el apoyo real de la población al partido gobernante sin los fraudes ni abusos del recurso administrativo no alcanza el 30%.
Mijaíl Kassiánov, ex primer ministro y también líder de Parnas, declaró que cree que «a partir del 5 de diciembre empieza el final del régimen actual» , porque la gente que tenía la esperanza de que participando en las elecciones podía influir en algo quedará totalmente decepcionada.
Rusia se despertó ayer con los ciberataques contra varios medios de comunicación que se caracterizan por dar voz a opiniones críticas con el Kremlin, como la emisora Ekh Moskvy, el periódico Kommersant, la revista New Times, y también Live Journal, el portal más popular entre los blogueros rusos que tienen en la red una plataforma de libertad de expresión, y la web del proyecto Antikarusel.ru, con el que se quería informar sobre los intentos de grupos de electores organizados para votar varias veces en distintas mesas.
«Silenciar las infracciones»
Durante buena parte del día fue imposible acceder a estas páginas y Aleksei Venedíktov, el director de Ekh, emisora financiada por el monopolio estatal Gazprom, ya declaró a primera hora de la mañana que estaba claro que era «un intento de silenciar las informaciones de las infracciones electorales». Además, Venedíktov responsabilizó a los que cometen las irregularidades «de organizar los ataques de denegación de servicio para que su actividad ilegal no sea muy conocida». Ekh envió una petición a la Comisión Electoral Central y a la Fiscalía para que investiguen los ataques informáticos.
Ayer tampoco funcionaba la web de la asociación independiente de defensa de los electores, Golos, que denuncia las infracciones electorales y en los últimos días ha sido víctima de un acoso judicial e informativo tras publicar en internet un mapa detallado de más de 5.000 irregularidades . Los observadores de Golos, que pudieron pasar informaciones a través de Twitter, denunciaron durante todo el día que habían tenido muchas dificultades para llevar a cabo su trabajo.
Entre las irregularidades, los observadores independientes y de partidos destacaban el lanzamiento masivo de papeletas a las urnas, infracciones en el voto a domicilio, problemas en el censo electoral, el llamado karusel (la atracción del tiovivo, cuando el mismo elector vota varias veces) y las irregularidades con los votos de los electores que por estar fuera de su ciudad disponen de un certificado que les permite votar en cualquier sitio.
El líder comunista, el veterano Guenadi Ziugánov, había alertado de que en caso de fraude sacaría a sus partidarios a la calle. Ayer declaró que «a pesar de las infracciones masivas» no lo haría, pero que defenderían sus votos y que los comunistas están «dispuestos a dialogar con cualquier fuerza política saludable del país».
Ola de ciberataques contra los medios independientes durante la jornada
Ekaterina Kalátskaya, candidata a diputada del Partido demócrata ruso Yábloko, que según todos los sondeos no entrará en la Duma, denunció que sólo en el centro de Moscú su equipo pudo registrar cinco casos de mesas electorales en las que ya se habían lanzado a las urnas centenares de papeletas antes de que los colegios abrieran al público. Kalátskaya explicó que los ciberataques y las dificultades que estaban experimentando muchos observadores son un ejemplo más de que «la libertad de voto y de expresión está censurada» y que Rusia «es un estado policial, al que intentamos combatir. A ver si el desencanto desemboca en una revolución, porque hay muchos jóvenes activos».
En las calles de Moscú y de San Petersburgo hubo varios intentos de manifestaciones contra las elecciones por parte de partidarios de la oposición extraparlamentaria que terminaron en detenciones masivas. Paralelamente, los grupos juveniles proKremlin ayer realizaron varias campañas en la capital rusa.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/410523/el-partido-de-putin-se-hunde-y-cae-por-debajo-de-la-mitad-de-los-votos