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Grecia

El PASOK no cambia…

Fuentes: To Vima

Traducido del griego para Rebelión por Juan Muñoz Flórez

Hay una cuestión a la que debe responder el gobierno, especialmente el PASOK: ¿cómo quieren que alguien les tome en serio, a ellos y a sus intenciones en lo que concierne al respeto por la democracia y por el país, si se disponen a cambiar ahora la ley electoral? Muy sencillo: es imposible.

Si el gobierno lo lleva a cabo, lo único que conseguirá es caer en el más absoluto descrédito, especialmente en el sensible asunto del respeto a la continuidad institucional de este país.

Veamos, ¿la apelación a la estabilidad y a la necesidad de que haya un gobierno que han hecho todos estos años sólo vale para ellos? Ahora bien, cuando van a perder ellos el poder, ¿es preferible el caos?

Esto es lo que pone de relieve cualquier modificación, ahora, de la ley electoral. Ley que, por supuesto, debe cambiarse, puesto que es un engendro, pero no de una manera tan ruin, sino en un momento neutro desde el punto de vista político y con el mayor consenso posible.

Es más, un gobierno que haga algo tan oportunista, tan miserable políticamente, ¿qué espera, que en el resto de asuntos va a convencer a alguien apelando a una palabra de honor inexistente?

La propuesta de ley electoral que ahora nos presenta el líder del PASOK, Evánguelos Venizelos, a lo único que recuerda es a los peores días de ese estilo «pasoquista» que tan profundo daño le ha causado a Grecia: a la ley electoral del difunto Menios, que muy, muy caro, le costó al país, pero también al estilo político del 85.

Naturalmente, lo mismo vale para la cuestión de la elección del próximo presidente de la República. Que no atenten contra la democracia ni contra el país, y que no se saquen ases de la manga para convertir los 154 en 180.

Perpetrar semejante irregularidad será un crimen. Si pueden conseguir esos números de manera limpia, lo cual es muy difícil, que lo hagan. Si no, que sepan que estarán desatando la tormenta.

Nadie espera que todo esto no vaya a suceder: es decir, someter al país al trance de elecciones constantes y, lo que es peor, a la irregularidad institucional, única y exclusivamente para que, de manera fraudulenta (¿por cuánto tiempo más, para siempre?, el PASOK permanezca en el poder. El otrora «partido de gobierno» no cambia. Lo tiene muy interiorizado…

En cualquier caso, si el primer ministro finalmente se deja hechizar por estas sirenas cazafortunas que son sus compañeros de gobierno y accede, tendrá que saber que su gobierno pasará a la historia no como el último de ND, sino del viejo PASOK.

Si eso es lo que quiere, él será el que tome la decisión…

Fuente: http://www.tovima.gr/opinions/article/?aid=632144