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El «pensamiento crítico» ante el genocidio en Gaza y la sociedad de guerra en Alemania

Fuentes: Rebelión

Es vergonzosa no solo la brutalidad de la represión antipalestina que sufren los que se oponen al genocidio en Gaza, sino también la silenciosa complicidad de la Academia universitaria que sigue “con lo suyo” como si nada realmente estuviera ocurriendo. Al final los que protestan y hablan de la destrucción de Gaza como el “crimen de los crímenes” son también los que se rehúsan a negarles humanidad a los palestinos.     

Obviamente la “Academia” es suficientemente inmensa como para no considerarla un bloque monolítico, ya que representa a diversas corrientes de saberes y de distintos grados de compromiso político. Pero si le hacemos caso a los llamados a “descolonizar la universidad” e indagamos un poco en estas propuestas, rápidamente nos percatamos de que esto es un difícil cometido ya que como señala Bhambra et al, sus cimientos siguen siendo inquebrantablemente coloniales [i]. Aun así, al menos en lo que respecta ciertas corrientes de investigación y grupos de investigación en el Norte –pero en su mayoría conformado por investigadores del “Sur”- esperaba un poco más de valentía, un poco más de ruido. En mi caso, que provengo de un instituto interdisciplinario de estudios sobre “relaciones humano-medioambiente” en Berlín, observaba con estupor que la vida académica en ese lugar sigue tal cual como si estuviera blindada ante los sucesos externos. 

Entonces nace la pregunta: ¿Acaso aún existe pensamiento crítico en este país que no se deje arrastrar por la propaganda sionista o que tácitamente acepta hablar de cualquier cosa menos de “genocidio”?  Al parecer no. Al menos no desde estos lugares. 

Esto es especialmente evidente en el caso de Alemania donde la grotesca utilización de la memoria del Holocausto ha servido como escudo ante cualquier crítica al régimen genocida de Netanyahu y su coalición etnonacionalista. El espectáculo de la memoria del Holocausto en ese país sigue siendo el dispositivo más eficaz como para purgar la “culpa histórica” y asegurar una alianza de conveniencia entre Alemania e Israel. No es que a los alemanes les importen los judíos, sino más bien redimir su gran culpa. Este espectáculo ya no es ni triste, ni grotesco, ni hipócrita, sino que ya raya en lo criminal. Se supone que alguna vez a los políticos de ese país les importaba lo que las instituciones como el ICC y el ICJ declaraban, sobre todo cuando se trataba de regímenes en el Sur global. Pero ahora, como se trata de un “aliado”, es menester socavarlas.

De hecho, ya conocemos de sobra que más allá de toda referencia a la realidad de un régimen de apartheid, racista y genocida, en estos países del Norte los apelativos “genocidio”, “apartheid” o “régimen colonial de asentamiento”, que se refieren a Israel y sus prácticas hacia el pueblo palestino y sus territorios, son tachados de “radicalismo de izquierda”, “antisemitismo”, “islamismo” o incluso “simpatías hacia el terrorismo”. Estas acusaciones desbordan disonancia cognitiva e ideología sobrepasando con creces el mundo orwelliano en pos de un control político a partir de una narrativa vertiginosa.

De esta forma, en Alemania se intenta oponer otra realidad a las masas, y las masas obedecen. Señal de ello: el principal partido votado en las últimas elecciones, la fuerza de la democracia cristiana CDU es declaradamente pro-Israelí (de hecho aseguraron que Netanhayu podría viajar a Alemania sin temer ser arrestado). El único partido crítico al genocidio no alcanzó el 5%, quedando fuera del parlamento. Estos son los representantes políticos en Alemania hoy.  

Pero más allá del esfuerzo de los medios y de políticos en Occidente por escudar, defender y justificar un genocidio en curso, lo más triste es constatar que los investigadores que se dicen “progresistas” o “de izquierda” y que defienden sin chistar causas como la protección de la naturaleza, la protección de ecosistemas, y otros temas ecológicos, no son capaces de levantar la voz por los palestinos cuya vida es sistemáticamente negada por la academia alemana en la cual ellos operan. De hecho, los académicos a través de su silencio y su cobardía ayudan a completar un triple exterminio de los palestinos: un exterminio físico al que todos asistimos en vivo en Gaza y ahora en Cisjordania (este incluye el llamado escolasticidio); un exterminio metafísico, el de la memoria y de las innumerables historias de vidas palestinas aniquiladas, censurados y silenciados por las instituciones mediáticas, políticas y académicas en Occidente; y el exterminio ecológico, -que de paso debiera alertar a todos los científicos sociales que trabajamos sobre asuntos medioambientales- el ecocidio de la franja de Gaza y la destrucción de los habitad y formas de vida ancestrales que los palestinos han practicado por siglos. Hay trabajos de investigación muy serios que hablan de toda esta sistemática aniquilación[ii], pero que sobre todo nos muestran que esto no comenzó el 8 de octubre de 2023 como respuesta a lo ataques de Hamas, sino que obedecen a una práctica de lenta destrucción que ahora se ha acelerado.  

Es en este escenario donde queda muy claro que la Academia como institución es parte de algo más grande que obedece a otras lógicas y que de cierta forma, aquí, para este caso, si funciona como un bloque monolítico. Investigadores de la paz como Jan Oberg desde hace años que nos hablan de MAIMAC, del complejo Militar-Industrial-Mediático y Académico[iii]. La brutalidad de Gaza ha ido desenmascarando el “trabajo de bloque” con que este complejo quiere obligar a no mirar lo que estamos viendo, ya sea silenciando toda historia de palestinos que intentan hacer visible esta carnicería, silenciando a las voces solidarias que “públicamente” condenan el genocidio; reprimiendo y criminalizando la protesta pro-Palestina; la lista de etcéteras es muy larga. Ya numerosos académicos han sufrido las consecuencias por levantar la voz por lo que sucede en Gaza, pero estos siguen siendo una minoría ante la gran mayoría silenciosa que con su silencio aportan a un clima de indiferencia ante lo que sucede o que no tiene las agallas para decir las cosas por su nombre. Esa “gran mayoría” de académicos acomodados en sus puestos -ya de por si precarizados -, son de temer.  

En países como Alemania la represión anti-palestina (llamada ”lucha contra el anti-semitismo”) probablemente se dirigirá hacia todo aquel crítico no solo a la continuidad del apoyo irrestricto del gobierno alemán a Israel en su cometido genocida, sino también hacia quien ose criticar el actuar de Europa y la OTAN en la guerra en Ucrania. En ese país crece el clima represivo y la sensación que para salvaguardar tu carrera es mejor no decir ciertas cosas en público. Sin duda que las tácticas represivas en Alemania han cambiado: antaño te metían en prisión o campos de concentración, ahora te persiguen públicamente y te dejan en la calle, privándote de tus medios de vida[iv].

Claramente los “académicos” saben que esto está mal pero solo una minoría han tratado de oponerse a estos desarrollo nefastos[v]. Pero la transformación de Alemania en un estado policial está ocurriendo lentamente frente a nuestros ojos. Ya los “liberales” abrieron la caja de Pandora, ahora habrá que esperar que los conservadores continúen con el trabajo[vi]. Esto obviamente ocurre a sabiendas de la academia alemana que tácitamente parece aceptar esta transformación hacia el autoritarismo, sino que también parece estar dispuesta a jugar un papel más activo dentro de esta guerra cognitiva[vii].                               

Habrá que ver como estos procesos se irán acelerando ahora que enfrentaremos otro gobierno con los conservadores al frente, los que ya declararon total apoyo a Israel y a Ucrania, es decir, van por más guerra, mientras que Alemania de a poco se arruina. Pero lo que si esta claro, es que de la “Academia” no se podrá esperar mucho, al menos nada bueno en lo que se refiere a la libertad de opinión y libre pensamiento en un espacio que se supone debiera fomentar estos valores. Lamentablemente el movimiento estudiantil pro-palestino en Alemania, que ha sido valiente pero no muy fuerte, sabe lo que esto va a significar para todo aquel que se oponga el genocidio. Desde un Estado crecientemente autoritario se va perfilando la idea de un “enemigo interno” donde valen todas las armas –políticas, mediáticas, y jurídicas- para combatirlo[viii]. De esta forma la creciente islamofobia y el rechazo al inmigrante, con los que la alta política ha hecho gala y campaña electoral, se relacionan con la idea que el antisemitismo es un fenómeno importado. El problema ya no es el alemán con tendencia de ultra-derecha y realmente antisemita (es decir anti-judío), ni el neo-nazi, sino el izquierdista radical o el inmigrante árabe, todos “antisemitas”, obvio[ix]. Es probable que este discurso de guerra en Europa -y especialmente en Alemania-, se infiltrará más y más en las instituciones universitarias asegurando una la lenta pero continua transformación hacia una “sociedad de guerra”, cuya lógica y mensaje implícito es que puede ser peligroso el pensar diferente. 

Estoy convencido que Gaza redefine nuestro horizonte de sentido como científicos sociales y pensadores críticos. Esto exige un ejercicio de introspección, claridad ética y ecuanimidad. Si no lo has hecho ya, te recomiendo que lo hagas. Porque, como bien señala el escritor Omar El Akkad en un libro recientemente publicado: Un día, todo el mundo habrá estado siempre en contra de esto[x]


[i] Gurminder K. Bhambra, Dalia Gebrial and Kerem Nişancıoğlu. (2018) Decolonising the University. P. 6 https://www.jstor.org/stable/j.ctv4ncntg.3

[ii] Véase, Molavi, S. C. (2024). Environmental Warfare in Gaza: Colonial Violence and New Landscapes of Resistance. Pluto Press. Wind, M. (2024). Towers of Ivory and Steel: How Israeli Universities Deny Palestinian Freedom. Verso Books.

[iii] Jan Oberg, „DNS The Necessary Teacher Training College“ (2021, June 2). MIMAC – El Complejo Académico de Medios Industriales Militares [Video recording]. https://www.youtube.com/watch?v=wO29vp4HcFY

[iv] Vease, Cornejo P., S. M. (2024). La persecución “anti-antisemita” se intensifica en las universidades de Alemania. https://eldesconcierto.cl/2024/12/07/la-persecucion-anti-antisemita-se-intensifica-en-las-universidades-de-alemania Gary, Roser. (2024). Alemania: Un año siendo cómplice de genocidio—Viento Sur. https://vientosur.info/alemania-un-ano-siendo-complice-de-genocidio/ Gary, Roser. (2024). Berlin Judge declares “From the River to the Sea” chant to be illegal. The Left Berlin. https://www.theleftberlin.com/from-the-river-to-the-sea-banned-berlin/

[v] [decoco] (2024). Germany Must Stop Supporting the Annihilation of Palestinians  [Teach-In] [Video recording]. https://www.youtube.com/watch?v=7dOumgZEnNg

[vi] Solty, Igmar. (2024). In Germany, Liberals Lead the Authoritarian Turn. Retrieved 22 November 2024, from https://jacobin.com/2024/05/germany-afd-liberalism-militarism-authoritarianism

[vii]Véase, Tögel, Jonas. (2023). Kognitive Kriegsführung: Neueste Manipulationstechniken als Waffengattung der NATO.

[viii] Strick, S. (2025, February 20). No Wall, Only Fire. The Diasporist. https://thediasporist.de/no-wall-only-fire/

[ix] Véase el excelente ensayo de Strick, op.cit.

[x] Akkad, O. E. (2025). One Day, Everyone Will Have Always Been Against This. Knopf.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.