El ministro francés de Interior, Nicolás Sarkozy, adelantó ayer en una entrevista que su nuevo «plan antiterrorista» prevé el endurecimiento de penas, el control de las comunicaciones telefónicas y por Internet y la intensificación de la videovigilancia
Nicolas Sarkozy presentó ayer el anteproyecto que el Gobierno francés prevé aprobar en la Asamblea Nacional.
El nuevo plan de Sarkozy contempla el endurecimiento de penas para estos delitos, el control de las comunicaciones, la intensificación de la videovigilancia y el seguimiento de los desplazamientos a los países considerados «de riesgo», entre otras medidas.
Además, contempla un mayor acceso de las fuerzas de seguridad a ficheros como carnés de conducir, demandas de visados y demás.
La ley obligará a los proveedores de servicios de telefonía e Internet a conservar todos los datos de las operaciones que efectúen sus clientes durante un cierto período.
La ley también endurecerá las penas de cárcel, que pasarán de 20 a 30 años, para aquellas peronas consideradas «organizadoras de actos terroristas».
Una de las medidas más polémicas es la que prevé la denegación de la nacionalidad «a los ciudadanos franceses naturalizados, condenados por delitos terrorista». Estos «perderían la nacionalidad francesa si la condena se produce antes de que hayan transcurrido 15 años desde su naturalización».
El Partido Comunista ha tachado las medidas de «liberticidas».