La segunda autopsia descarta que la causa del fallecimiento fuese un ataque al corazón, como sostenían las autoridades
Una nueva autopsia sobre la muerte del británico Ian Tomlinson durante las protestas del G-20 ha obligado a cambiar la versión oficial sobre las causas de su fallecimiento y ha puesto en el punto de mira al agente de Policía que le agredió pocos minutos antes de su muerte. La segunda autopsia, desvelada ayer, elimina el fallo cardiaco como causa de la muerte de Tomlinson y apunta, en cambio, a una hemorragia interna.
El nuevo examen forense se hizo a petición de la familia del fallecido y de la comisión independiente, la IPCC, encargada de investigar si la agresión policial contribuyó a la muerte de la víctima del G-20 el 1 de abril (ver fotogalería). El policía, cuya identidad no ha sido revelada, fue suspendido de sus funciones al difundirse un vídeo donde se le ve empujando con fuerza a Tomlinson hasta tirarlo al suelo. El vendedor de periódicos, de 47 años, murió poco después a escasos metros de allí.El segundo patólogo, el doctor Nat Cary, sostiene que la causa de su muerte fue una hemorragia abdominal.
Cary observó síntomas de una lesión coronaria al practicar la autopsia, pero rechaza la opinión del forense original y mantiene que Tomlinson no sufrió un infarto. Ambos exámenes son todavía inconclusos, pendientes de los resultados de algunas pruebas. Aunque el doctor Cary no ha aclarado qué pudo precipitar la hemorragia, la investigación ha cambiado notablemente de curso.
Scotland Yard habla desde el principio de una tragedia, de un fallecido por causas naturales y ahora se ve ante la posibilidad de sentar a un agente de élite en el banquillo de los acusados.
Para la familia de Tomlinson, el vídeo es una rotunda prueba de agresión policial sin provocación.
Golpe a la reputación policial
Agentes de Policía, manifestantes y curiosos filmaron y fotografiaron las protestas del G-20. Las cámaras de Scotland Yard apuntaban a los violentos entre la masa , para identificarlos y detenerlos en fechas posteriores. Pero las imágenes del público han puesto en entredicho la reputación de la Policía como un cuerpo que recurre a la fuerza de forma proporcionada y comedida. La difusión en Youtube de un vídeo llevó a la suspensión de un segundo agente, que abofeteó y agredió a una mujer el 2 de abril.
Los dos pertenecen a la brigada de élite de la Met, una unidad de 720 oficiales entrenados para actuar en disturbios serios y redadas antiterroristas. Ambos son investigados ahora por la IPCC, que ya ha recibido 145 quejas del público.