Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Reino Unido ha detenido a 1.471 personas en virtud de la ley antiterrorista. Pero lo que podría tomarse por empeño en evitar atentados queda muy empañado cuando se sabe que, de acuerdo con las cifras publicadas ayer por […]
Desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Reino Unido ha detenido a 1.471 personas en virtud de la ley antiterrorista. Pero lo que podría tomarse por empeño en evitar atentados queda muy empañado cuando se sabe que, de acuerdo con las cifras publicadas ayer por el Home Office, el Ministerio de Interior británico, dos tercios de los detenidos entre septiembre de 2001 y marzo de 2008 fueron puestos en libertad sin cargos. No había nada contra ellos.
El tercio restante lo componen las 521 personas contra las que se halló algún tipo de prueba. Acusados que, una vez juzgados, dejaron de nuevo claro el exceso de celo policial y de los servicios de inteligencia británicos: 198 acabaron en la cárcel, y de ellos, sólo 102 con el cartel de terrorista al cuello. Unas cifras que hablan por si solas: de los 1.417 detenidos, menos del 10% han sido condenados por terrorismo.
Malestar de una minoría
Una señal de que algo ha fallado, que da la razón a quienes denunciaron la arbitrariedad de las detenciones posteriores al 11-S y, sobre todo, a los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres que acabaron con la vida de 52 personas.
Entre los más perjudicados está la importante comunidad musulmana del Reino Unido, blanco preferente de las sospechas y las redadas, que generaron un sentimiento de persecución en esta minoría.
Con la retirada de Irak recién anunciada, la fuerte presencia británica en Afganistán y la preparación de los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, el Ministerio de Interior dirigido por Jacqui Smith presentó en marzo una revisión de la estrategia antiterrorista del Reino Unido basada en la prevención.
Para promocionarla, el Gobierno empapeló las marquesinas de los transportes públicos con carteles del tipo: «Una bomba no explotó aquí porque un dependiente avisó a la policía de que alguien estaba estudiando el sistema de cámaras CCTV. Si ve o escucha cualquier cosa sospechosa, comuníquelo a la Policía».
Y la prevención puede acabar también en exceso. El mejor ejemplo es la estrambótica redada que la Policía de Manchester y el MI5 llevaron a cabo a principios de abril, a plena luz del día, y que forzó la dimisión del jefe antiterrorista de Scotland Yard. En total, 11 personas detenidas, todas de origen paquistaní y sospechosas de pertenecer a Al Qaeda. Unos detenidos contra los que tampoco había nada pero que, aun así, fueron deportados a su país de origen.
Desde los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, Reino Unido ha detenido a más de 1.400 personas acusadas de terrorismo. Lo peor para los servicios de inteligencia viene de lo siguiente: sólo 196 acabaron en la cárcel y 102 de ellos fueron hallados culpables.
Estos datos no dejan de retratar una vez más a los servicios antiterroristas británicos que quizá pecan por exceso, como se pudo comprobar con la detención, el mes pasado de once ciudadanos de origen paquistaní sospechosos de pertenecer a Al Qaeda. Tras dos semanas de interrogatorios todos fueron puestos en libertad sin cargos.
La estadística, hecha pública esta mañana por el departamento de Interior que dirige Jacqui Smith, cubre el perídodo desde el 11-S a marzo del año pasado. En total fueron detenidas bajo el acta antiterrorista 1.471 personas, 196 acabaron en la cárcel y tan sólo 102 fueron condenados por sus actividades terroristas. La mayoría, por «posesión de artículos con propósitos terroristas, pertenecia a organizaciones ilegales o financiación del terrorismo», explicó Paul Wiles, jefe de la división científica del ‘Home Office’.
Del total de personas arrestadas desde 2001, el 56% fueron puestas en libertad sin cargos. Entre todos los detenidos con cargos de colaborar con el terrorismo, el 62% son británicos y el 91% se declaran musulmanes.