Con estupor leí el que el parlamento europeo aprobó el miércoles una ley migratoria que en esencia es un perfecto manual racista. Con esta ley resulta que los latinos que se han visto obligados a emigrar a Europa, pueden ser detenidos hasta por 18 meses antes de su repatriación. Esto significaría ni mas ni menos, […]
Con estupor leí el que el parlamento europeo aprobó el miércoles una ley migratoria que en esencia es un perfecto manual racista. Con esta ley resulta que los latinos que se han visto obligados a emigrar a Europa, pueden ser detenidos hasta por 18 meses antes de su repatriación. Esto significaría ni mas ni menos, que se deben construir campos de concentración para la cantidad de latinoamericanos que viven en condiciones precarias en Europa. Solo ecuatorianos hay 500, 000.
La verdad es que las leyes gringas son menos brutales que la nueva legislación europea, pues agarran a los indocumentados y los echan del país de manera sumaria. Mientras que la ley del retorno como ha sido calificada la iniciativa del parlamento europeo, es una muestra de una ley racista.
La pregunta que queda en el ambiente es si se prohibirá el ingreso de latinoamericanos a Europa como recientemente se prohibió a rumanos y perros, a tiendas. O si se iniciara la persecución de los latinos como a los gitanos en Italia. Creo que la ley Retorno permite pensar en estos términos. ¿Hacia donde se dirige Europa?
Lo grave del asunto es que en la actualidad Europa y Centroamérica discuten un Acuerdo de Asociación, comercial se entiende, en donde no hay ni de lejos la menor consideración hacia las personas, menos los inmigrantes. Con la ley en cuestión se cayeron las máscaras. No hay diferencia entre las relaciones de los TLC y el Acuerdo de Asociación de Centroamérica con Europa. La misma vaina como dirían los venezolanos.
No es casual que Daniel Ortega Presidente de Nicaragua califique esta ley como terrorista, y que Hugo Chávez diga que evaluará la venta de petróleo a países que expulsen a los compatriotas de Latinoamérica. Sin duda estamos ante una crisis en las relaciones entre los diferentes países con de América Latina con Europa.
Por mi parte, lo que creo es que Centroamérica debe de suspender de manera indefinida, la discusión de un Acuerdo de Asociación con Europa, pues no hay las condiciones adecuadas para decir que los países europeos respetan los derechos humanos y condenan las prácticas racistas. Todo lo contrario.