La Comisión Europea ha anunciado que dedicará 225 millones de euros durante el periodo 2009-2011 para ayudar a países terceros a luchar contra el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. Las grandes prioridades para los tres próximos años serán Pakistán y Afganistán y la región del Sahel (Burkina Faso) en África. «La […]
La Comisión Europea ha anunciado que dedicará 225 millones de euros durante el periodo 2009-2011 para ayudar a países terceros a luchar contra el terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva.
Las grandes prioridades para los tres próximos años serán Pakistán y Afganistán y la región del Sahel (Burkina Faso) en África.
«La Comisión debe jugar un papel clave en la lucha contra el terrorismo apoyando el refuerzo de las capacidades en países terceros como Pakistán y en la región del Sahel», explicó la comisaria responsable de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, a través de un comunicado.
Según la propaganda oficial, el terrorismo islamista es lo que más debe asustarno en las regiones del Sahel y el Norte de Africa. Y eso que la muerte de unos turistas no es nada en comparación a las prácticas efectuadas por los regímenes africanos, donde millones de inocentes son encarcelados, torturados y muertos de hambre. La población local en estos países esta aterrorizada por el hambre, la dictadura y la expoliación de sus riquezas por las potencias europeas. La complicidad europea con estos regímenes es también un acto de terrorismo, con mayor escala, ya que se trata de aterrorizar a pueblos enteros con el fin de robar sus riquezas y mantener el control de sus destinos. Así es como Europa sigue desplegando sus barcos de pesca en las costas del Sáhara Occidental, donde el pueblo saharaui sufre cada día el martirio de la salvaje represión marroquí.
El mantillo del terrorismo es la pobreza, la desesperanza, la ausencia de perspectivas, la frustración creados por gobiernos marionetas de Europa y de Occidente en general, para asegurar la continuidad de sus intereses económicos. El seguimiento de esta política de ley de la jungla, donde los más débiles son las víctimas, representa una injusticia que puede crear la violencia como respuesta por parte de los más vulnerables.
Europa abre las puertas a los diferentes riesgos con su políitica neo-colonial de apoyo a los regímenes más podridos de Africa en Marruecos, Túnez, Bourkina-Fasso, Guinea Ecuatorial, Tchad, Denegal, RD del Congo, Gabon, etc, países donde las víctimas del terrorismo europeo se cuentan por millones.
Para refrescar la memoria a los teóricos del terrorismo internacional, conviene recordarles que es Occidente quien creó la nebulosa de Ben Laden para expulsar los rusos de Afganistán. La cólera de los musulmanes aumenta cada vez más debido a la otra Shoah de la que es víctima el pueblo palestino. Irán fue víctima de una salvaje agresión por parte de Irak con el apoyo declarado de Occidente. Son hechos que conviene mirar en frente.
La política colonial europea, como la de sus seňores americanos, aspira a suscitar y mantener el miedo como medio propicio para seguir dominando a los pueblos africanos y obligarnos a aceptar guerras sin fundamento real. Sin embargo, no pararemos de sonar la alerta a todos aquellos que duermen confortablemente sobre lujosas camas compradas con el dinero de los africanos hambrientos. La inercia de los pueblos puede durar un cierto tiempo, pero no durará todo el tiempo. Algún día vendra en el que sus vientres gritarán venganza y reclamarán justicia. En ese momento, el fantasma de la amenaza terrorista no tendrá ningún sentido y aquello que Europa llama terrorismo se convertirá en el único arma a su alcance para preservar sus riquezas naturales y despojarse de los regímenes fantoches cuyo único objetivo es la salvaguarda de los intereses coloniales.