En las últimas elecciones europeas se registraba una altísima abstención. Más de la mitad de la población no acudió a las urnas, en algunos países como Estonia sólo el 25% del electorado acudió a votar. Incluso en los países dónde el voto es obligatorio (Chipre o Grecia) se registraba una abstención de más del 30%. […]
En las últimas elecciones europeas se registraba una altísima abstención. Más de la mitad de la población no acudió a las urnas, en algunos países como Estonia sólo el 25% del electorado acudió a votar. Incluso en los países dónde el voto es obligatorio (Chipre o Grecia) se registraba una abstención de más del 30%.
Como hecho objetivo queda demostrado que los partidos elegidos representan a menos de la mitad de la población total. De ese 40% que fue a votar «gobernarán» los representantes, más o menos, de la mitad pactada (en este caso la social-democracia). Es decir, los nuevos gobernantes del parlamento europeo «gobernarán» con el apoyo, tan solo, de un 20% del total de la ciudadanía europea. Aun dando por buenas sus reglas del juego, queda demostrada la rotunda gobernabilidad en minoría de unos pocos, y no en mayoría como se nos quiere hacer creer.
La conciencia y los escrúpulos de quien decide gobernar con tan ridículo apoyo lo dejo para otro artículo.
Como aspecto más subjetivo está la interpretación de tan vasta abstención. No me cabe duda que es una muestra más de la apatía que la gente siente hacia la política europea, un descrédito hacia la UE y sus instituciones. ¿Sirve para algo el parlamento Europeo? La gente lo ve como algo abstracto y lejano.
Ciertamente el parlamento Europeo, el único órgano de la UE elegido por sufragio universal, es el organismo dentro de ésta que menos (por no decir ninguna) capacidad de decisión posee. El rumbo del Unión Europea lo marcan los grandes poderes financieros tales como el BM, el FMI y los países más poderosos del mundo (el llamado G-8). Las Naciones Unidas tienen también un peso específico en estas materias. Unas Naciones Unidas que se nos plantean como una «asamblea democrática» cuando en realidad es un organismo que se reúne para mostrar los amplios intereses económicos, muchas veces enfrentados, de los países que lo componen. Donde sólo 5 países tienen derecho a veto (que son a su vez los países que mas armamento tienen), donde las decisiones se suelen tomar por fortísimas presiones y amenazas, sobre todo por parte de EEUU. Sirva como muestra de lo que digo que la Constitución Europea no ha sido redactada y aprobada por el parlamento Europeo, por los supuestos representantes de la ciudadanía, sino por la Comisión Europea, órgano de «expertos» tecnócratas, elegidos (a dedo) por los gobiernos de cada país, y en última instancia por el Consejo Europeo, formado por los Ministros o Jefes de Estado o de Gobierno, que son los acaparan gran parte de poder ejecutivo y legislativo.
Una constitución Europea que, por otra parte, es un paso más en la construcción de ésta Europa del Capital y la guerra. Algunos de sus artículos lo dejan bien claro:
«Los Estados miembros se comprometen a mejorar progresivamente sus capacidades militares. Se creará una Agencia Europea de Armamento, Investigación y Capacidades Militares» Artículo I-40.3
«Los Estados miembros participantes cooperarán estrechamente con la Organización del Tratado del Atlántico Norte [OTAN]» Artículo I-40.7
El artículo III-210 apoya la doctrina de «ataques preventivos» seguida en los últimos años por el gobierno estadounidense en países como Irak o Afganistán al justificar «las misiones de prevención de conflictos» o de «gestión de crisis», y realizar un respaldo genérico a la «lucha contra el terrorismo, incluso mediante el apoyo prestado a terceros Estados para combatirlo en su territorio».
La Constitución Europea no garantiza ningún derecho, como lo hace la española (aunque luego no se cumplan), habla de los servicios públicos como «servicios generales» que se tendrán lugar si «se adecuan a las leyes del libre mercado». Una CE que legalmente es de «rango superior» a las constituciones propias de los estados miembros. Todo ese miedo que tienen determinados partidos a modificar la Constitución ¿Por qué no lo tienen ahora que la CE es de rango superior, por lo que, puede eliminar aspectos de la actual Constitución Española? ¿Si reclamamos, pongamos por caso, por vía judicial, el derecho a vivienda que nos garantizado en la constitución española (artículo 47) podrá abolirse en post de la interpretación de la Constitución Europea que no lo garantiza?
La CE será aprobada por una aplastante mayoría en el referéndum. Un referéndum éticamente invalido pues los medios de comunicación ya se están encargando de predisponer a la gente para el SI. Las televisiones, periódicos y radios hablan de la CE como si fuera algo excepcional que los propios diudadanoa/as demandamos pero, paradójicamente, nunca hablan de su contenido. La desinformación es total, no abren si quiera el debate sobre un SI o un NO, sólo hay cabida para el SI. ¿Creen que la gente irá a votar al referéndum habiéndose leído la CE y reflexionado sobre ella?
Por lo tanto este referéndum-farsa sólo valdrá para luego poder afirmar ante las quejas «es que fue elegido por el pueblo», cuando en realidad, la gente no sabe ni lo que eligió porque no quieren que la gente lo sepa. Entre otras cosas para eso sirven los referéndum y las elecciones: para legitimar, a posteriori, cualquier atropello.
La abstención en las elecciones españolas venia siendo de un 30%, en estas últimas fue menor porque el PP – nunca dejó tan claro lo bien que le viene ETA para ganar votos- engañó descaradamente a la gente los días después al 11M. Muchas personas votaron, no por un partido, sino buscando el voto útil que echara a los canallas del PP.
La abstención viene siendo alta siempre, en las elecciones europeas lo ha sido aún más. Ese parlamento europeo que tiene la misma utilidad y fines que aquella democracia orgánica franquista: camuflar, a duras penas, un sistema totalitario que parece ser elegido pero que realmente no lo es. Y aún siéndolo no sirve de nada. ¿Cuanto dinero se gastan en las elecciones los Estados y los partidos políticos? Ese dinero que es de todos/as; cientos de miles de millones para cosméticos políticos, como esas personas que se maquillan para parecer menos feas.
No es una abstención reflexiva que responda a una campaña de los movimientos sociales. Pero es una apatía manifiesta. «¿Sirve para algo votar? No». Algo es algo.
Actualmente participas más en democracia yéndote de merendola el día de las elecciones que acudiendo las urnas.
Este totalitarismo Europeo que ilegaliza los partidos que suponen una amenaza contra el capitalismo como HZ, mientras deja presentarse a los partidos de extrema derecha y nacionalsocialistas; ese totalitarismo europeo que nos requiso el material y llevo a comisaría a quienes realizamos la Consulta Social Europea, que encarceló y multó a un compañero, presidente de mesa electoral (a su pesar) en Jerez de la Frontera, por llevar una camiseta en la que ponía «Estoy aquí en contra de mi voluntad y bajo amenaza de ir a la cárcel. CNT.»
Ese totalitarismo europeo que se disfraza en estas «democracias occidentales» donde los medios de comunicación de masas son sus mejores herramientas para engañarnos.
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